lunes, 30 de marzo de 2009

¡Qué viva el IPOD!

Quien ocupa el lugar.

No puedo enamorarme de ti - Antonio Flores



Contaría más cositas, pero va a jugar Nadal, y dudo que pueda ganar sin mi ayuda mental. A ver si alguien cree que las bolas pisan línea por casualidad...

Solamente decir con gran alborozo que el Ipod volvió en si milagrosamente. Lo conecté a la Playstation y al rato había recuperado el color. Lo que no cure la consola...

Por eso se llama así, consuelo de soledades.

Alegría infinita.

jueves, 26 de marzo de 2009

IPOD RIP

Una historia de amor interrumpida.

Siete vidas - Antonio Flores



Aparentemente, el Ipod ha muerto.

El otro día se quedó en estado catatónico. Esto es, encendido pero con el pause echado, es decir, en mitad de una canción y sin responder a los estímulos de los botones. Algún listo apuntará por ver si tenía desplazada la pestaña que bloquea las teclas, pero no fijarme en eso sería demasiado incluso para mí. Y eso que reconozco que fueron mis manos las que lo pusieron en BARRITA BARRITA ( || ), porque quería ver el final del telediario a la hora de comer. Y fui tan torpe como para pulsar el PAUS en vez del ESTOP que lo desactiva por completo, así que se quedó allí en suspenso con la lucecita encendida esperando nuevas instrucciones. Claro que en mi descargo diré que lo hice como alguien que se levantara a tientas de la cama. Sin convicción y sin darle importancia. Quizá no del todo dormido, pero tampoco despierto del todo.

Así que, como tengo solución para todo, (menos para lo inevitable, es decir devolverlo a la vida ahora que parece definitivamente muerto) y por ver si lo recuperaba cuál Lázaro con piernas, lo conecté al portátil y el Atunes me dio al instante un diagnostico estremecedor, que el Ipod estaba corrupto, en su parte más esencial supongo, que por fuera bien podría pasar por nuevo a estrenar.

¡Hasta a estas cosas domésticas alcanza la corrupción! Merecido lo tengo por hablar tan a menudo de los políticos...

La mera mención contagia.


Pero como quiera que a determinadas horas soy bastante listo decidí no restaurarlo pese a tener la opción de hacerlo. Francamente no tengo la seguridad de que esa medida copiara todas las canciones sin dejarse ni una. Mi sagacidad me abrió una puerta. Dejarlo encendido así, en su estado alelado toda la noche. Después de todo la batería terminaría por rendirse a la evidencia. El hombre puede más que la máquina en todo menos en el ajedrez.

Y así fue, a la mañana siguiente el chisme al ser pulsado ofrecía el dibujo de la manzanita, que es síntoma de un desmayo por falta de fuerzas. Y consecuentemente a la tarde le insuflé energía conectándolo al ordenador. Resultado obvio por cuanto soy protagonista:

Humano 1
Aparato electrónico 0

Todo había salido a pedir de boca. Hasta anoche.


Puedo jurar y juro que creo que lo apagué cuando era yo quien me quedaba sin energía. Sin embargo a la mañana el aparato estaba frito. Como si hubiera perdido las neuronas que le hacen abrir los ojos. Ni una respuesta a los botones, ni entonces ni ahora que permanece intubado al ordenador. Ni se lanza el Itunes como por ensalmo ni arrancado manualmente lo encuentra. Está durmiendo el sueño de los justos. Necesitado de al menos un milagro benedictino (imprescindible para hacer santo a este papa, que yo creo que va a ser que no).

Así que en conclusión lo del otro día fue uno de los despertares de Robert de Niro en aquella película. Salir del trance como un condenado en el día del bis a bis. Un pestañeo para quedarse de nuevo fijo.

Pero vaya faena para hoy. Habiendo pagado 147 euros de gas por dos meses comprar otro me mata.

Si al menos le pudiera crujir a Hacienda...

miércoles, 25 de marzo de 2009

Pasitos de cien pies

Pregúntame si quieres.

No puedo enamorarme de ti - Antonio Flores



Tiene mérito venir sin saber pa qué. Mira que he estado mirando la prensa por ver si logró activar mi sentido arácnido de Spiderman para que las palabras se encuentren solas. Encontrar algo digno de mención en eso, la actualidad, tan en boga desde siempre.

Y vaya que no hay un chisme político que logre enervarme lo suficiente, ni siquiera recordando mis bestias pardas del Partido Popular, pasado y presente. Ni tampoco el desharrapado pelotón de náufragos que gobiernan, sin saber muy bien si es gobierno lo que hacen. O quizá estamos bajo el gobierno de las olas, esta marejada tormentosa como un Titanic en minúsculo contra un iceberg que es la Antártida entera.

Nada me impulsa a seguir escribiendo. Y mira que podría contar cosas...

Volviendo a la actualidad nada más mencionar que han cogido a Pepe "el del Popular", que hizo un butrón a las cuentas allá por el 91 en las cuentas de su oficina del Popular en Santander. ¡Pero quién querría tener cuenta abierta en ese banco! ¿Acaso no queda ninguno más?

Claro que los más sagaces observadores, gentes que no miran sino auditando, que van por la vida audita que te audita, hoy el reloj y mañana el partido del fútbol de pago. Ahora, éstos debían ser los mismos del mercado de valores americano con Madoff, pues encontraron, así mirando desde lejos, aguanta y tente tieso, que alguna anomalía debía haber. Escucha, algo hay, no me digas qué, pero vamos a ver si echamos un vistazo al tema como más en profundidad, mañana te enviamos a un par de avezadas águilas reales.

Es el sexto sentido que yo quiero tener y que tienen solamente ellos. El sentido arácnido del que presumo para darse cuenta de que hay algo que no cuadra. Un presentimiento, puede que hasta una intuición femenina.

Claro que el bueno de Pepe no se espera a que lleguen. Y pone pies en polvorosa rumbo a México. ¡Porque no todo México es pasto de terrorismo y de atentado! ¡Ni todos los taxistas son secuestradores!

Así que cuando los pavos reales se quieren dar cuenta, un poco a las corrientes y otro poco a las libretas, les están faltando 6000 millones de las antiguas pesetas. Gracias que lo vieron. Éstos no tienen porque ir a graduarse la vista.

Lo peor es que cuentan que el Peponcete (hay que ver que carrillos), ofrecía sus anotaciones paralelas a un muy selecto grupo de clientes. ¡Que no todo el mundo merece la pena ser estafado!
¡Para serlo hay que valer!

Unos trescientos de un total de dos mil que tenía la oficina. El alma de la fiesta. Claro que este Pepete les decía que él les daba un interés estupendo ¡quién lo pillara! del 12% cuando la competencia ofrecía dos puntos menos. Claro que les aclaraba que por amor de dios se movieran por la vida con discreción y sin hacer alarde de esos dos puntos ante los pobres que sacaban solamente el 10% para sus ahorros. Y ya en voz baja terminaba aclarando que estas cuentas eran absolutamente opacas para Hacienda (que somos todos), supongo que porque él mismo estaba dispuesto a poner su corpachón entre el sol y la luna, o eso debieron pensar todos, pues nadie se preguntó acerca de porqué habrían de ser opacas sino se trata de un chanchullo de lucrativas proporciones. Así que todos dieron su bendición a los manejos, aunque resultaran sospechosos hasta para Rompetechos. Y se dedicaron mientras tanto a compartir ascensor con los vecinos mientras los miraban por encima del hombro, pensando para sus adentros aquello de un 12 por cien, pasmado.

Lo malo fue que no hubo 12% sino puente de plata. Y el fulano se fue a vivir a México. Y luego su esposa, burlando el férreo control judicial y extra-policial al que estaba sometida, con la obligación ineludible de presentarse cada 15 días en el juzgado, así dejando tiempo pero sin atosigar, pues todo el mundo sabe que planear y coger un vuelo al extranjero no lleva menos tiempo de 20 días. Al menos si uno aspira a que las vacaciones queden medianamente apañadas.

Y luego, reunidos los amantes (y la guita) triunfó el amor. Marido y mujer se hicieron uno en las calles de México. Y se dedicaron a vivir sin cometer delito, desfalco o falta leve durante los últimos 18 años. Hasta que la Interpol se tomó en serio su consideración de Interpol y se dijo que, faltaría más, con la Interpol has topado, ahora te vas a enterar. No encontraremos a Antonio Anglés, que ni sabemos quien es ni lo estamos buscando, pero a ti te tenemos intervenido el zulo bajo la alfombra, al estilo Sadam Hussein, con nuestros micros indetectables por GPS. Y mirando por la ventana con nuestras miras telescópicas y nuestros satélites hemos detectado que la alfombra que cubre tu techo quedó movida dos pulgadas cuando tuviste que salir corriendo hacia el retrete.

Claro que no hubo que usar tanta tecnología para cazarlo. Después de todo el tipo solamente necesitó emplearse allí con identidad falsa, a buen seguro no muy difícil de conseguir por esos lares, ¡si hasta yo mismo gasto aquí una identidad más falsa que una moneda de dos caras! ¡Que Anado Uni es un invento! ¡Que no me llamo así!

Pero de vivir en un zulo nada de nada. El hombre era representante comercial para no sé cuantas firmas. Vamos que por lo que leo casi era un pez gordo.

¡Pero no habías pillado 6000 millones!

Madre mia que mal está la cosa si con 6000 millones uno no puede parar de trabajar.

He aquí dos vicios poco comunes, por lo que voy observando:

Uno bueno,

trabajar;

y otro malo,

robar.


Robar a manos llenas. Robarlo tó.

martes, 24 de marzo de 2009

Nadalisco

Puedo correr sobre las olas del mar.

Cuerpo de mujer - Antonio Flores



Con el tocho que llevo escrito aquí y todavía no he dicho palabra de Rafa Nadal. Para que luego digan que Internet no es alienante, incluso hay quien no cree que sea un espejo deformado, en los chat, en las redes sociales, en los blogs malditos, como éste. En los que no se vislumbra a la persona como es realmente, lo que piensa íntimamente, sus anhelos, sus ansiedades, sus frustraciones... sus espinillas y sus poros.

Al contrario, es todo presunción, fachada, pose en apariencia y mientras dure la foto. ¿O es que alguien comparte en facebook la foto en la que salió tan mal parado como para ser confundido con un imbécil?

Pues no. ¿Y acaso yo hablo de lo que espero de la vida y de lo que he conseguido? ¿Hablo de cómo es mi vida o de cómo pudo ser? ¿Hablo de cómo será?

Pues tampoco.

¡Pero tú hablas de la política y de los políticos!

Basura nada más, en contenido y continente, esencialmente basura que no vale ni para juntar dos letras.

Vivimos tiempos de puro exhibicionismo. Todos nos exhibimos de algún modo. Jane Goody, petarda, también lo hizo. Hasta ofrecer su muerte al mejor postor. Pero la culpa no es de ella. Es de los que están dispuestos a pagar por ver su caída ladera abajo dejándose la salud a rastras.

Pobre mujer, la enfermedad que es menos espabilada que la muerte no hace distinciones, al igual que aquella. Está dispuesta, tarde o temprano, a llevarnos a todos.


Tanto escrito y no hablé aún de Nadal. Me centré sólo en esta personalidad emergente junto al teclado del portátil. Al calor de una canción por ver que sale.

Me encantaría ser Rafa Nadal, algún día, de viejo.

Y no me importaría para entonces ser incapaz de dar diez pasos sin sustento.

Entonces me habrá venido la cordura, el juicio como al Quijote, a última hora.

lunes, 23 de marzo de 2009

El sueldo del senador

Un velo de alquitrán en la mirada.

Y sin embargo - Joaquín Sabina



¿Luis Bárcenas senador del Partido Popular (y tesorero) gana 5000 euros brutos?

¿A cambio de queeeeeeé?

¿De pulsar un botón?

¿Que tiene casas por valor de más de tres millones de euros?

Ay, ay, ay que aquí algo huele a podrido. Llámalo intuición.

Creo que tengo un sexto sentido. Como el niño de la película que veía muertos. Pero en vez de muertos veo chanchullos a a legua. Y es más, me llevo las manos a la cara como el niño de Solo en casa.

Quizá haga como él y me de a la bebida (y a las drogas).

Las rebajas

Todos los caminos conducen a Roma.

Sin tu latido - Luis Eduardo Aute



Alguno pensará que voy a detallar las comprillas de las últimas rebajas. ¿Dije alguno? Pues no, no tengo tantos visitantes...

Y no, tampoco voy a detallar mis rebajas porque gasté mazo, que mi tarjeta de crédito no sabe de épocas de crisis si es que cree que comprar en ese instante es una oportunidad que merece la pena aprovechar.

Pero es un modo peligroso de salir de casa. Es mejor salir pensando acerca de lo que uno necesita, si es que necesita de algo.

Cuando yo hablo de las rebajas es porque aunque lo diga con humildad, merezco estar en el Guiness de los récords. Que soy dueño de un cuerpo esbelto con tendencia a serlo cada vez menos es algo sabido. Como bien sabido, lo puse aquí, que tengo colesterol. ¿Dije tengo?

Tenía. De ahí las rebajas. Y de ahí el Guinness.

¿Cuánta gente conoces que rebajara en sesenta puntos su anterior marca del colesterol?

Pues ninguno. Normal.

Yo creo que se lo debo a este cuerpo, que es como un reloj suizo y ha sincronizado mis defensas para hacer frente a lo que sea, ahora que estaba contra la espada y la pared, tan cerca del infarto por ver las cosas que estoy viendo, a diario.

Vale que el Danacol ayudó. No voy a decir que no puesto que de su mano llegó una marca tan fabulosa. Da igual a que laboratorio preguntes, no importan los baremos. Lo mires como lo mires ya no tengo colesterol. Lo he eliminado. Como un Terminator, lo he terminado.

Yo no sé que hizo, no me digas, pero algo hizo el Danacol, con lo poca cantidad que trae en cada botellita. Pero en el Danacol y en la vida lo importante para conseguir metas es la persistencia. Imagino que como en el anuncio de la tele, acompañó a las grasas que entorpecen el normal fluir de las arterias por el tobogán hasta expulsarlas supongo por el conducto natural por el que todo se expulsa. No quiero detallar más.

Desde luego no soy un médico ni un enfermero. Es verdad que cuando me fui a la primera revisión me dieron una dieta en unas hojas. Y es cierto también que en su momento llegué a irme al supermercado con aquellas hojas por ver si encontraban entre las estanterías algo de aquello que podría irme bien, pero lo cierto es que en aquel viaje ni siquiera encontré el puesto de fruta, con lo grande que es (y lo colorido). Yo creo que el mero hecho de que pasara por mis manos una dieta dio instrucciones subliminales al cuerpazo para ir rebajando poco a poco el colesterol.

También contar que aunque no fue ese día, algún tiempo después sí estuve tomando mandarinas, plátanos y fresas. Que cuentan como fruta y son buenas para derrotar al colesterol.

También hacer menos fritos (aunque nunca hice muchos). Y manejar a cambio a las mil maravillas la puertezuca del microondas. Tela de bandejas de verdura cocida en su propio envoltorio de plástico, con una pestañita levantada para que el vapor no haga estallar la casa.

También cuenta que quizá pude hacer más deporte. Un compi me decía que desde que supe que tenía colesterol estaba haciendo aún menos. Pero yo creo que lo decía para hacerme de rabiar :D


En fin, en síntesis de todo y sin ir más allá, es lo que tiene ser un ganador.

Que pillamos un colesterol de nada y lo hacemos polvo.

domingo, 22 de marzo de 2009

En cualquier parte

En estos días el que escribe,
consciente del privilegio,
de nacer en esta orilla,
cree que aún éste será el tiempo.


Somos - Ismael Serrano


La guardia real

Somos los niños burbuja del fin de la historia.

Somos - Ismael Serrano



Ya he dejado constancia alguna vez de mi poco entusiasmo en todo lo referente a las fuerzas armadas. Por dos razones, porque son fuerzas y porque están armadas.

Y dicho eso me resistiré a cuestionarme, otra vez, sobre la agenda del ministro de defensa, en este caso ministra. Acerca de cómo es su día a día. Cuál es verdadero contenido. ¿Alguien lo sabe? Probablemente ni ella misma.

Respecto a los ejércitos, no digo que a lo largo de la historia no tuvieran su importancia, pero hoy... no sé, no sé.

Leo en un semanario acerca de la guardia real. La más próxima al rey. Entre el contenido emerge la idea que el cambio de guardia, que sucede cada primer miércoles de mes, no tiene nada que envidiar a los relevos que se dan en el palacio de Buckinham, ni los de Atenas, Dinamarca...

No es solo eso, sino que estos cambios de guardia nuestros son aún mejores. Hay datos para confirmarlo. Un teniente coronel lo tiene claro. Los ingleses usan un centenar de infantes y no les supone ningún trastorno. Son 8000 efectivos y viven allí mismo. ¿Pero quien sino nosotros hacemos llegar desde El Pardo hasta Madrid a 240 soldados, 26 guardias de seguridad, 8 alabarderos, 5 policías militares, cuatro encargados de transmisiones, 105 caballos, 41 vehículos, dos carros de munición, 9 personas de prensa y protocolo, 5 sanitarios médicos y veterinarios, un puesto de información y hasta un apuntador para contar por megafonía cada movimiento?

Con la mitad de ese despliegue tomamos Perejil.


De manera que subyace la idea de una nueva injusticia. Que lo sepan los extranjeros bien clarito. Nuestro cambio de guardia es menos famoso que el de los ingleses a pesar de que el nuestro mola más. Es otro ejemplo de esas cosas que se hacen bien pero que no se trasladan correctamente a la ciudadanía. Al menos nadie nos negará, a estas alturas, que lo de alianza de civilizaciones es nuestro y solo nuestro. De la cabeza de Zapatero en los tiempos en que se ponía detrás de una ZETA roja gigante.

Que importante es contar las cosas bien contadas. No nos fijamos ahora pero luego la historia nos pone en nuestro sitio. Después de todo hablar de desaceleración para referirse a la tremenda crisis actual no fue sino empequeñecerla un poco. Vamos, que tuvimos un período más largo de felicidad cuando pensamos que esto era poca cosa y no un desplome total. ¡Qué días de vino y rosas cuando creímos que nuestro ascenso era algo más lento pero ascenso al fin y al cabo. Y eso se lo debemos a nuestros políticos.

Que se lo digan al bueno de Rajoy, que ha cogido gusto a que los fulanos le pregunten cosas en la tele. 100 preguntas para que responda las que quiera. ¿Por qué son tan malos? diría yo. Pero a mí no me llevan.

Decía de Rajoy porque al final la historia le ha hecho justicia, y no lo digo porque no haya sido presidente del país nunca, ni probablemente lo vaya a ser, y no porque Zapatero esté para ganar alguna vez unas nuevas elecciones, sino porque Rajoy aparece siempre como a punto de ser engullido por el aparato de partido, con Esperanza imaginando una boa constrictor que lo atenazara. ¿Pero qué fue de aquel escándalo del Prestige? ¿No decían los ecologistas que era una catastrofe medioambiental de la que quizá el Cantábrico no se recuperar nunca? Pues ahí está que de eso ya no queda nada. Ni responsabilidades políticas, ni nada de nada. Vamos que a la postre, la historia demostró que cuando Rajoy dijo aquello de los hilitos de plastilina tenía razón.

Que suerte de políticos tenemos. ¿Que no hay armas de destrucción masiva en Irak? Bastante importa a estas alturas. Ahora Aznar quiere hacerse presidente del Real Madrid para sacar al Madrid del rincón de la historia, para que deje de mirar hacia otro lado, hacia la tele, cuando se desempeñan los cuartos de final de la Champions League.


Pero no basta con tener buenas ideas para asombrar al mundo. Asimismo hay que saber reivindicar lo propio. Si tenemos el mejor cambio de guardia habrá que ponerlo en los folletos de las casetas de turismo en Madrid. Para que nuestros visitantes vayan a ver el afanoso quehacer de nuestros ejércitos, y aún más de su élite. Después de todo, lo cierto es que en la guardia real no ingresa cualquiera, no está ahí para cualquier hijo de vecino, sino que concentra a la élite de nuestras fuerzas armadas. Personal altamente cualificado y en permanente reciclaje. Vamos, que si uno se levanta con un mal día es posible que al anochecer haya dejado de ser de la guardia real. Y es que como ajedrecistas consumados, lo mejor que tenemos lo ponemos en las proximidades del rey, como es lógico. Por si en su labor cotidiana se encuentra con algún problema que requiera de la preparación de nuestros mejores hombres y mujeres. Que hay osos muy traicioneros cuando se ven observados por una mira telescópica, olas que embisten regatas con peores intenciones que las del toro de Paquirri, y salidas en moto, vete a saber donde, como un campechano descubriendo una denominación de origen.

Además toda esta gente se levanta a las 4 de la mañana esos miércoles precisos del calendario, marcados con un círculo, para prepararlo todo. Uniformes de gala que son retales de la historia, peinar y acicalar a los caballos, comitiva de camiones y autobuses hacia el palacio de Oriente...

En fin, que todo el trajín persigue recrear durante casi una hora el cambio de guardia que se daba en tiempos de Alfonso XII y Alfonso XIII, claro que entonces era a diario, pero es que entonces eran otros tiempos. Y los del ejército tenían menos cosas que hacer.

Alguno se preguntará acerca de la necesidad de todo esto. Pero si alguien lo hace estará incurriendo en un error que denota que se es poco avispado, o que se está poco vivido. ¿No es toda la vida sino un teatrillo? No importa lo malo que uno sea, si lo importante es parecer bueno.

De forma que la grandeza de nuestros ejércitos no se mide por el tiempo que pacifican países remotos encerrados en sus cuarteles, sino por lo impresionantemente que hacen los cambios de guardia, lo mejor de lo mejor, o mediante los sincronizados desfiles, con aviones y cabras, cada cosa en su momento, para admirar a los madrileños, entre mimo y mimo, qué bien lo hace.

En estos tiempos gobernados por la imagen, pero sobre todo por las impresiones, no deja de ser notorio que mantengamos la clase política que tenemos.

Que uno ve a Pepiño Blanco de segundo del PSOE y piensa que vivimos tiempos revolucionarios. Lo más tontos mandan.

Pero no es verdad. ¿Dónde está Acebes?

martes, 10 de marzo de 2009

Futbolistas

Compañera de viaje.

Caprichos de colores - Chambao



Yo siempre he querido ser futbolista. Por las perras.

Bueno, en verdad no he querido ser futbolista nunca. Yo quería ser escritor. Escritor de algo más que un párrafo destemplado cada día. Y eso más en los tiempos en que escribía a diario, que ahora casi me contentaría con ser escritor a diario en vez de a artículo por semana.

Pero ser escritor cuesta. Se tiene que tener mucho que decir, y además hay que saberlo decir bien. Y yo soy mucho más exigente como lector que como escritor, pues escribiendo casi todo lo doy por bueno, por eso este vivo y digo tiene esta forma y quedó tal que así.

Sin embargo soy plenamente consciente del valor literario de las cosas que leo. Tengo un sexto sentido, que no es otro que saber si me gusta, si me conmueve, si se podría decir mejor, aunque yo no sepa cómo.

Yo quise ser escritor, no futbolista.

Pero me hubiera gustado tener la vida soñada del futbolista, que dedica el tiempo a todas estas cosas sin importancia, tan importantes como para arruinar la tarde a más de uno, gozar de la euforia desatada de meter un gol o jugar a lo Iniesta, como los ángeles, pese a esa pinta de tener juntas todas las hepatitis, a punto de un desplome.

Son nuestros héroes, capaces de crear las líneas de belleza, sutiles e imaginarias que no logramos encontrarle a un lienzo. Por mucho Goya que lo pintara.


Sin embargo los futbolistas que son los gladiadores que entretienen a las masas despreocupadas de los problemas de la vida, con tantos como son, con lo poco que importan cuando dan fútbol de tu equipo en la tele, o aún mejor si puedes irte al campo, donde sentirte parte de una comunidad aún mayor que la que se convoca a estas horas desde las iglesias, todos bajo las mismas bufandas y bajo los mismos berridos, como parte integrante del equipo. Porque el mayor temor del hombre en el mundo es saberse solo. Y allí rodeado de tus contemporáneos, guiado del mismo frenesí eres uno con ellos. Padeciendo y disfrutando solidariamente.

Existiendo el fútbol se acabaron los problemas. Se olvidan porque lo que importa es el resultado de la tarde, y lo que venga se llevará más bien que mal. Con tres partidos gratis en fin de semana por la tele la crisis es menos. Al fin mientras dura el partido la cabeza no se acuerda de cuestiones menores.

Así las cosas no debiera llevarse las manos nadie a la cabeza al saber que esos sueldos rondan los 6 millones de euros, o aún más. Que además dan para mucho, pues los futbolistas, que hasta son menos mortales que nosotros, por lo sanos, no pagan casi en ningún sitio. Su presencia honra locales de alterne en la madrugada, discotecas cubateras o restaurantes.

No es raro por tanto que luego haya tantos futbolistas cortados por el patrón de Guti, que siempre ha sido muy fashion con los pelos cortados de diseño según tendencia, antes Redondista y luego Beckhaniana. Un muchacho que sale del autocar en el que los han acercado al estadio con la música puesta, o simulando que habla por el móvil delante de la prensa, para que lo intercepten los reporteros en busca de sus agudas palabras de cirujano que analiza el partido como un maestro del fútbol y de la lingüistica. O aún que le entretengan los aficionados, esos paletos que sin tener más que para una sopa se gastan el desempleo en un abono de temporada.

Mejor pasar por delante como alguien con prisas, demasiado importante para parecer accesible, como alguien no dispuesto a detenerse en cosas sin importancia. El mismo individuo del perfil de Guti, que es de los que parece que podría caminar sobre las aguas.

Quizá por eso mi emoción sea tan grande. Un agitación interior cuando reconocí a mi Athletic ganando al Sevilla de rutilantes estrellas mundiales con nuestra gente del barrio. Con los chavales navarros, riojanos, cantábros o vascos que uno podría cruzarse por la calle y ser objeto de un saludo como si nada.

Qué emoción verlos mezclados con el gentío invadiendo el césped. Parecía una manifestación pacífica de amor. Abrazados por la gente de la calle como héroes auténticos, y en sus caras ningún pavor a tratar de cerca con sus seguidores, sino la felicidad inmensa de haber hecho algo grande. De estar allí en medio sin creerlo del todo.


Así pues, renovada mi estima por mi Athletic y para celebrar que mi colesterol se ha metido en cintura, que ya no lo tengo porque ha guardado su guarismo entre los límites de la normalidad he decidido hacer unas comprillas en la web oficial del Athletic. 80 eurillos en ropilla que sirvan para recordar que con éxitos deportivos no habrá crisis demasiado graves.

Un capricho en la vida que la vida es un capricho. Ya lo dice Josep Mascaró, no te distraigas en tonterías, que las hay...

Cumplí además 34 años un tres de marzo, idéntico día al del alborozo de mi melliza.

Estás en la vida para ser feliz.

domingo, 1 de marzo de 2009

Rubianes

Hay corazones y corazones.

Corazones - Miguel Bosé y Ana Torroja



Vaya putada, con perdón.

Yo de Rubianes no sé nada. Nada de nada. Pero ha muerto. Por lo que parece era un actor de larga trayectoria, pionero en monólogos, comediante y de justa fama. Pero hoy que anuncian la muerte dedican el tiempo breve que le dan en los noticieros a destacar el día en que por la radio salió vociferante, con cajas destempladas, acerca de la unidad de España. Declaraciones polémicas en este país verbenero que olvida los mil desmanes de sus políticos, los choriceos, todos los chanchullos, el estado real de la Justicia, las mentiras pre-elecciones y las promesas incumplidas. Pero que es muy capaz de traer a colación el mal día de alguien, justo cuando recién muerto habría que echar un vistazo a su trayectoria, a lo que le dio la fama.

Yo que no entiendo de nacionalismos buenos o malos, estoy seguro de que de haberlo sabido, si alguien le hubiera contado que a su muerte se iban a acordar de eso tan solo, se habría arrepentido al instante, y no porque unos cuantos se llevaran las manos a la cabeza para censurar su libertad de expresión, sino para que sus palabras no fueran el lastre que dejará en el recuerdo.

En esta vida hemos de caminar con pies de plomo.

Están deseando que nuestras palabras se vuelvan en nuestra contra. No importa cuantos años se viva si no están dispuestos a perdonar.

San Mario

Naúfragos en la catedral.

Lágrimas de plástico azul - Joaquín Sabina



Es más o menos notorio que mis viernes noche son como mis sábados por la noche, todos ellos tiempo sin planes. Di que son cosas de la edad, o es cosa de insociabilidad. Soy yo o son los otros.

El caso es que ayer estuve viendo el partido del Real Madrid hasta que haciendo zapping al descanso me encontré en la Noria, que debe pagar muy bien, a lo Muñoz, con Mario Conde desgranando su espiritualidad de inteligente incomprendido. Y como lo otro tenía poco interés y al sábado uno debe sacarle horas para no acordarse de él los lunes decidí llamar al sueño escuchando sus disquisiciones sobre tiempos peores y mejores. Que de todo ha tenido el hombre.

¡Qué gozada dormirse a ratos con la tele puesta!


La verdad es que el tipo sigue dando el pego, con su abogacía del Estado y su primero de la promo en Deusto. Claro que luego le vino el mangoneo y el agujero en las cuentas del Banesto. Sin embargo escuchándolo más bien parecía San Mario o monseñor Conde caído en desgracia.

Lástima que no tire de la manta, porque es seguro que sabe cosas que sonrojarían a más de uno. Que pena que por lo general la sinceridad le venga al hombre a la hora de la muerte.

Entonces casi no queda tiempo.