lunes, 30 de noviembre de 2009

Secuestrando

Que la cuente esté saldada.

Agua pasada - Joaquín Sabina



Pues si no contaba yo que ahora no me atrevería a lanzarme en bus a la aventura por Tunicia que alguien le prenda fuego a todo lo escrito, por inútil. O que lo deje estar, porque parece que en algo voy a tener razón. Resulta que ahora hemos hecho efecto llamada a los secuestradores y nos secuestran un barco o un coche en función de la dificultad, que dicho todo sea de paso, no suele ser demasiada. Hoy nos enteramos que un vehículo a cargo de tres españoles ha sido secuestrado rápidamente por la facción secuestradora de Al Qaeda, que no se dedica en exclusiva a la demolición controlada de edificios. Como toda organización terrorista que se precie diversifica su tarea sin negarse a nada por principio, por mucho que ver a Bin Laden vestido como un zarrapastroso de cueva en cueva no impresione demasiado. Aunque a decir verdad el coche lo han dejado donde estaba, y hasta las cosas de valor de nuestros conciudadanos. Se han llevado lo importante y auténticamente rentable, que son ellos, los españoles como nosotros. Cheques al portador o mochilas por los aires llenas de billetes, todo puede ser cuando uno tiene a un español en su poder.

Lo más enojoso del asunto es que los secuestrados en este caso son buena gente, entregada a repartir ayuda entre los países más desfavorecidos del mundo. ¿No veis que conseguiréis que nadie os ayude?

Pero es que nos hemos convertido en una bicoca, lo que quisiera cualquier secuestrador en cualquier parte del mundo, pero especialmente en África, donde se ignora la existencia de algún tipo de organización policial, que lo único conocido son ejércitos de camisa abierta y tanquetas para desguace, donde la mayor parte de ellos sobrevive más corrompidos y con más ansía de delinquir que los propios secuestradores. Y no es que yo me haya vuelto un analista de ningún tipo, es nada más la sensación que se da, no es culpa mía sino del mundo que muestran en el telediario.

Esto es lo malo de pagar los rescates. Que uno se pregunta que si llegados a este punto no habría valido la pena salvar la vida a Miguel Angel Blanco cuando en aquellos años no se pedía más que acercar los presos al País Vasco. Claro que entonces ceder a cualesquiera forma de coacción ni se planteaba, lo que significó restar esperanzas por esa vía para los violentos y la muerte de aquella persona en concreto, cuando con ella morimos todos un poco.

Ahora se ha corrido la voz de que pagamos. De que no encontramos más respuesta que atender lo que pidan, y claro, les ha faltado tiempo. Si a eso añadimos la total ineficacia de nuestro ejército para tareas aparentemente sencillas entonces nos convertimos en un regalo. Porque yo puedo entender que no se detenga a los gerifaltes del Alakrana, después de todo son los primeros en abandonar el barco, con el montante mayor de la pasta, y dejan allí a los menos importantes, que se hacen valer menos y se quedan cubriendo el culo de los que marchan primero. ¿Pero cómo es posible que no acertáramos a la lancha de los últimos en irse? ¿Para qué tanta fragata y tanto helicóptero?

Nos dicen que intentaron tirarle a los motores, pero claro, fallaron porque lo que los nuestros hacen realmente bien son los pasacalles, caminar por la Gran Via en los días señalados, ir detrás de la cabra y esas cosas tan poco castrenses pero que gustan tanto a los que no se aburren con ellas y no tienen nada mejor que hacer. Esos días sacamos lo mejor de nosotros, los uniformes de gala, los aviones menos desvencijados y las banderas más grandes. Pero a la hora de detener a los cuatro que abandonan los últimos, sin llevar a nadie de rehén, que no pueden más que poner el motor a máxima potencia para salir corriendo, nosotros tiramos sin acertarlos. Son demasiado rápidos, mejor si se quedan esperándonos parados. Alguien se lo tenía que haber dicho por los megafonos.

Cuentan que una de las fragatas se arrimó con cierta celeridad al Alakrana por impedir que alguna otra embarcación la tomara al abordaje en el interín en que bajan los unos y llegamos nosotros. Estaría bueno que la hubieran vuelto a tomar otros tantos, con nosotros mirando. Que nuestras demostraciones de fuerza en isla Perejil tenía que servir para algo...

Pero no le pidamos peras al olmo. Pues los que nos dejan al llegar a la costa tienen la ocurrencia de mezclarse con los cientos de secuestradores en potencia que anhelan poner unos españoles en sus vidas pero que son inocentes de este caso concreto, y ya se sabe que delinquir de pensamiento no es delinquir salvo que vuelva la derecha más recalcitrante. Y asi entre tantos otros que no han tenido nada que ver no los hemos podido distinguir ni detener.

Pero tenemos dos apresados. Los que se han estado pasando de juez en juez sin que éstos supieran muy bien que se esperaba de ellos. Esos dos, el indiscutiblemente mayor de edad, con canas, y el jovencillo que un día tenía 16 y al día siguiente 19 recién cumplidos. Podemos ponerles una multa de millón 400.000 euros por cabeza para que sean ellos los que paguen el dinero que distribuimos entre sus compinches. Me parece que va a ser fregar muchos platos.

Por eso, cuando yo oigo todo eso del CNI y toda esa gaita me da una risa de no parar. Porque hay que ver lo competente de nuestro servicio de inteligencia. Hacen buenos a la TIA de Mortadelo y Filemón. Ahora no preguntes por cosas de Estado, que son alto secreto.

Vaya recursos Mortadelo. Hoy sería todo un super-héroe.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Echa balones

Se me acaba el argumento, y la metodología.

Ciega sordomuda - Shakira



Ya decía Homer Simpson, que ha logrado ganarse la vida, sacar adelante a sus hijos que uno de los trucos para progresar en la vida, o al menos para no encontrar demasiadas trabas, es echar la culpa a otro.

Obviamente la culpa la echa cuando vienen mal dadas, que lamentablemente es lo que le suele ocurrir por pasar el día durmiendo en el puesto de trabajo. Claro que muchos otros lo hacen, y otros es como si lo hicieran, en la práctica da lo mismo, sin necesidad de echarle la culpa al empedrado, que hay gente acostumbrada a no rendir cuentas a nadie, que no tienen además nada que temer.

Y eso hablando de trabajo, que si alguien ha promovido el asesinato de otro, a la sazón superior jerárquico hará bien, en el remoto caso de que alguien lo relacione con el caso con dirigir la mirada al que sea, preferiblemente extranjero, que no saben defender el idioma, nos parecen retardados como Zapatero frente al atril, solamente porque son recién llegados a nuestra lengua ¡si son mucho más listos que tú! Demostración: ni siquiera te diste cuenta.

Para retardado Zapatero, que según viene le tiro un capote, pues le hacen una pregunta en inglés y responde que sí con la cabeza sin haber entendido una palabra. Y no seré yo quién dé lecciones sobre idiomas, pero tampoco soy el presidente del gobierno, así que si a mi me vence la desidia nada más al empezar a pensar en volver a tener horarios fijos de entrada y salida tengo la disculpa de poder hacer con mi tiempo lo que me da la real gana. Y además yo soy casi de pueblo, no alterno con jefes de estado, ni vivo en un palacio, ni puedo pagar una hipoteca...

Pero yo no quería hablar de todo esto. Quería hablar de los que tiran balones fuera. Que son multitud, aunque a mí me interesa uno solo. El alcalde del PP que mandó matar a su antecesor en el cargo, el tal Ponsoda, al que tirotearon frente a su casa.

La verdad es que todo el caso es de echar la papilla del asco. De hecho creo que no debiera comentar demasiado porque esto contamina, como conocer un asunto turbio, lo de la pederastia de algunos curas irlandeses, e ir indagando detalles. Conocer demasiado de determinadas cosas puede llegar a corromperte. Que tú mismo fueras uno distinto antes de haber cruzado el umbral de ese conocimiento. En este caso, atufa a podredumbre, más que nada porque el tal Cano fue apartado del cargo por chanchullos oscuros más bien poco legales, pero como la vida es una tómbola que premia según la ocasión, y ahora estás arriba como luego abajo, y luego arriba otra vez, aunque parezca increíble. Así que al tipo le volvieron a meter en política después de haberlo echado. No me preguntes si es que no quedaba nadie honrado que pudiera vivir del cuento en lugar de quien ya se mostró como un ladrón, probablemente lo había, pero quizá convenía tener a éste con la boquita cerrada.

Lo malo es que no solamente era un ladrón, como tantos que hay en la política y fuera de ella, que leo hoy que el administrador financiero del Guggenheim se pringó también para sacar algo más que lo que concede el sueldo. Éste Cano, el bicho, era también un gran estratega de prostíbulo y en una noche en que las mujeres eran postre si acaso, se dedicó a diseñar la forma de matar al alcalde titular para que no le echara abajo sus proyectos urbanísticos, que le iban a dotar de un chalé de tres plantas y 500 metros cuadrados de planta, un piso y 4 o 5 locales comerciales.

Y claro, estas cosas si se cazan es un par de años más tarde. Que vete a saber porqué ahora, de qué hilo se tira, quien abrió la boca, donde aparecen pistas que nadie supo observar. Porque a nadie le ha de extrañar que alguien que entra en política haga fortuna rápida y ágil, mucho más ágil de lo que tarda el fulano en bajar de un coche oficial con la panza gorda. Eso son cosas muy de ver a diario. Nada relevante que haga tener una leve sospecha. Al PP esos detalles se les escapan, la agenda del comité de garantías está demasiado saturada. ¡Si lo importante es haber ganado la alcaldía! Y Hacienda no está tampoco para estas disquisiciones, ¿y la gente? A la gente se lo trae todo al pairo. Le da igual 8 que 80.

La justicia está sorda y muda que canta Shakira. Y también descontrolada. Ahora bien, quizá corten la conexión a los que pongamos el Emule.

El Cano va directo a la cárcel, más vale tarde que nunca. Y no a podido evitarlo poniendo plata. Aunque a mí lo que más me ha sorprendido de la noticia fue leer tal cuál la dieron al día siguiente de que el alcalde difunto recibiera esos cuantos tiros. Estando grave en el hospital nos cuentan que Cano, entonces teniente de alcalde apuntaba ya unos culpables. Los extranjeros que habían protestado por una expropiación hacía unos días.

Para él que son ellos.


Que listo es el tío. Balones fuera como si fuera Casillas inspirado. (Es él, él está detrás, pero esto es un secreto).


Verás qué pasa. A Mainar lo dejan libre, por loco.


¿No lo estamos todos?

jueves, 26 de noviembre de 2009

El vietnamita

Y desampararte es jugar a los juegos de azar del olvido.

¡Ay Carmela! - Joaquín Sabina




Podría hablar de Tribunal Constitucional, del Estatut que se ha de respetar coma a coma o el fin del mundo en el 2012 será poca cosa... Podría hablar del Rey, que camina bastante poco garboso a la hora de bajar del avión donde ha hecho parada y fonda sin la reina, que anda indispuesta, probablemente allá en el Reino Unido. Podría hablar del divorcio de los Marichalar, que ha sido quedarse sin ducado el bueno de Don Jaime y perder al tiempo su puesto en todos los consejos de administración donde su opinión era tan bien valorada como remunerada, daba el punto de vista de la corona, o del Infantado, o de católico corriente que se ve de repente ahora ante un divorcio más bien poco cristiano, claro que menos cristiano ha de ser mantener en vigor el engaño de querer aparentar que no está roto; aunque esto mío es un presunto, un improvisar aquí y ahora por si regresan los ojos que vienen de cuando en cuando desde Argentina, sin decir nada. Es mera presunción de quién llega hoy cansado del día entero, que lo llevo cargado a la espalda, con los ojos pidiendo menos gafas, o quizá mirar menos.

Pero quiero citar la noticia más importante del 26 de noviembre, que estaba en las primeras planas hasta que otras la han desplazado quien sabe donde, quizá a mañana. La del supuesto loco, un poco quijote, un poco Mainar sin asesinato en este caso, sí puede que tuviera unos tornillos flojos, sí una tuerca donde pone el ojo El Dioni. Hablo del vietnamita que 5 años después de enterrar a la esposa, y tras pasar temporadas durmiendo sobre la tumba, decidió que como fuera que a los hijos esta costumbre se les volvía contra natura decidió llevarse lo que hubiera de ella en la tumba, que fue poco porque los hombres y las mujeres una vez enterrados perdemos bastante. Nos volvemos delgadicos, delgadicos, cadávericos perdidos. Nos quedamos en menos de nada,que ni los gusanos nos quieren para nada que no sea, a lo sumo, introducirse jugando en algún hueco que hubiera sido mejor relleno de algo. Así que como sacaba del asunto algo bastante poco presentable, poco donde agarrar, decidió completar con la arcilla, la tierra y lo que hubiera a mano. Le dio a todo forma de mujer, no genéricamente imagino, sino a la suya, que tiene esas caderitas pequeñitas de mujer vietnamita, de poca estatura, hombros estrechos, como una muñeca. Y se llevó aquel ingenio a casa donde pudo ponerle, con mucha maña, un vestido, del ropero de ella. Y vestida la presencia con aquello la recostó en la cama y pasó no sé si otros 5 años, o los de antes, durmiendo con aquello al ladito. Por sentir a la mujer cerca, por creer en sueños que ella seguía viva, a su lado.

Y es que el amor es un juego arriesgado. Te hace perder la cabeza. Y sin embargo, a su modo, a veces convencional, a veces grotesco, sigue siendo hermoso.

Solamente hay algo mejor que querer.

Que te quieran.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Enemigo natural

No me pidas que muera por ti.

¡Ay Carmela! - Joaquín Sabina



Puede que Soderling sea mi enemigo natural. Como los super-héroes yo también tengo derecho a tener un enemigo del alma, un enemigo íntimo.

Pasé la vida entera creyendo que era Aznar, y mira, ahora transcurrido el tiempo, si no lo pienso mucho, quizá hasta le haya perdonado. O tal vez no, probablemente no, pero ahora parece un enemigo menor, tan pequeño como Zaplana y Acebes, que son la tristísima trinidad que retrata los políticos a los que nos hemos acostumbrado. No es raro que siendo así cualquiera nos parezca bien, o al menos no tan malo.

Aznar es ahora solamente una caricatura, con los calcetos blancos y el pantalón subidito, hasta la tercera fila de abdominales, por lo menos. Y de Acebes y Zaplana ni hablamos, que a cada cual lo estará aguantando quien sea, para su bien, peor que ellos.

Pues no son éstos mis enemigos acérrimos, con los que quisiera verme las caras sin reglas ni leyes, armado a lo más con una raqueta de tenis o con un bate de béisbol por si el tenis no me alcanza para llevar a cabo las mil venganzas que merecen.

Mi enemigo es Robin Soderling, que está mucho más loco que cualquiera, pero ni siquiera se molesta en disimularlo. ¿Dónde se vio eso de taparse la cara con la toalla sudada en los interludios entre los juegos?

Mal arte, sin duda. Para pasar por enajenado, cuál juez decano que maltrata a su mujer, por juez raso, suplente, de ideas rasuradas que deja al propietario viviendo en la calle mientras los okupas les tiran las cosas a la calle. Como el político poco dado a gastar en putas su propio dinero en vez del público, porque en estas cosas, como en todas, mejor gastar lo que no es de uno. O qué diablos, lo que con el tiempo va a ser de uno también.

Habría dado este dinerito que ahorro, ganado con honradamente, con las dioptrías que administro en la pantalla, el que no gasto en la casa que no me atrevo a comprar, el mismo que va camino de volver a Hacienda, de una forma u otra todos los caminos nos llevan, ahora el 1% que me quieres, luego lo que te inventes para engrasar este circo...

... lo daría todo, la fuerza precaria de estos músculos dormidos para aumentar los de Nadal, que ha perdido su condición sobrehumana. Al que no le llega lo aprendido para jugar de tú a tú casi con ninguno de los principales. Mientras su tío mira los partidos sin saber muy bien cómo poner la gorra del hotel que le premia.

¿No viste que tienes tanto que mejorar? ¿No comprobaste ya que tú saque es el peor entre los 100 primeros de la ATP?

Quizá sea hora de cambiar algunas cosas.

Yo quisiera cambiar también, de chaqueta, apostar por el que la luce verde, por un ganador indiscutible aunque sea sólo por una vez en la vida. Que ser del Athletic es cansado y rara vez compensa. Apostar por Federer, que lleva la mustia elegancia del mejor de todos los tiempos.

Pero ocurre que como decía Camps respecto al Bigotes, lo mío con Nadal es muy bonito.

Cuando alguien me gana, será raro que me pierda.

Mi lealtad es a prueba de bombas.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Menuda cochambre

Nunca sabes si romperlo todo o esperar.

Dime por qué - Revolver



Tenía cosas que contar durante esta semana. Estaban inequívocamente relacionadas con la política, o con la sociedad. Una noticia de esas que uno no puede dejar de mencionar, del estilo de la de los pilotos de avión que se quedaban dormidos o de cháchara mientras dejan atrás el aeropuerto de destino.

Pero ahora no me acuerdo, así que me he puesto a ver unos cuantos vídeos de Antonio Vega, un poco por oír canciones que son de mi gusto y para ver los muchos destrozos que le provocó en la salud tantos años a caballo del caballo. Esto es de las drogas. Que si pudiera juntar todo lo consumido por el fulano en una sola habitación quizá se tratara de uno de los mayores alijos nunca apresados. Eso sí, se lo iba dosificando a lo largo de 30 años. Que da para bastantes mordidas.

Leo que el hombre se lanzaba con pasión lo mismo a devorar 9 ensaimadas en una tarde como a las drogas con el fervor de un amor ardiente, como si no hubiera nada más en el mundo. Dice su hermano que según incuestionables test psicológicos arrojaba una inteligencia similar a la de Einstein.

Vaya devastación Antonio. Lo curioso es que cuenta, de nuevo Carlos, que era un deportista nato, ganador de saltos de longitud de niño, alpinista, taekwondista y no sé cuantas cosas más de las que uno se enorgullecería de mostrar a las mozas con las que desee alternar. Que era en definitiva, un fenómeno física e intelectualmente.

Hay algo de voyeur, seguro en esto de asomarse al acantilado en que se despeña este tipo. Descubrir como el hombre asoma un deterioro tan evidente. Lo muy hecho puré que estaba desde hace años, por no hablar de la pinta de estar drogado hasta la médula en algunos conciertos. Un amigo de infancia y juventud se refería a gente en ese estado de ruina total como a una "cochambre" de tío.


Ahora que me acuerdo, ya sé que era lo que quería contar. Lo del juez (¿sustituto?) que ha tenido y tiene a un matrimonio viviendo con su hijo durante 16 meses porque a la vuelta de las vacaciones se encontraron con que alguien había cambiado la cerradura y estaba viviendo en su lugar dentro de su casa.

16 meses después los okupas siguen dentro. Con una fianza eso sí de 1 euro porque ¿el juez? entiende demostrado que pasan por precariedades económicas. Y siendo así no cree que sea justo ponerlos de patitas en la calle. Mejor deja fuera a los legítimos dueños.

Para que luego digan que estudiar tanto no hace daño al cerebro.


Mientras tanto el matrimonio dueño de la casa sigue pagando puntualmente el alquiler puesto que es una vivienda social y no quieren perder los derechos adquiridos. Por lo que parece que tampoco ellos se hacen canutos con billetes morados. Lo último es que los okupas están sacando cosas de la casa, como una tele para los contenedores de basura, vamos que igual les reforman la casa...

Vivimos el gobierno del desgobierno. En medio de la insensatez absoluta.


Yo creo que estas cosas no de dan más que en este país. Tiene tanto prestigio el aparato judicial que va derrochando casos dignos de ilustrar nuevos juicios y a nuevos jueces.

Imagino que a estas horas el sucedáneo de juez que toma resoluciones tan "a su criterio" debe estar yendose "a la pata abajo" con lo que se le habrá venido encima, aunque solo sea porque se le ha de señalar, necesariamente, como enajenado por la calle.

¿Pero quién les devolverá los 16 meses fuera de casa?

¿Y si los okupas hubieran entrado en la casa del propio juez? ¿Seguirían en ella a estas horas?

Yo estoy pensando que esta mía se me queda pequeña. Lo mismo tiro a Madrid y me meto, con el cepillo de dientes, en la Moncloa. Creo que Zapatero está retratando su retardo mental por el extranjero. Seguro que puedo llamar a alguien para que me cambie la cerradura.

Vaya cochambre, cochambre hacia todos lados. En todas direcciones.

martes, 17 de noviembre de 2009

El peor tipo del mundo

¿Dónde crees que vas?

Tiramisú de limón - Joaquín Sabina



Debo ser yo.

Conste que no he leído la letra pequeña. Que solamente sé que se pagan 2,3 millones de euros por liberar a los marineros que estaban secuestrados en el Indico. Que ya los han liberado.

En la tele aparece la gente alborozada, la supongo yo alborozada con la buena nueva. Les devuelven a sus maridos, padres, hijos...

Pues yo ahora me siento bastante mezquino. Por una razón sencilla. No me termina de parecer bien. Quizá porque tal vez nos convirtamos en la gallina de los huevos de oro. No hay más que esperar a que un grupo de españoles se cruce por el camino de un puñado de desalmados para que se les abra de par en par la suerte que anuncia el calvo por Navidad. Una buena lluvia de millones, en este caso para esos desharrapados de brazo firme y muelas podridas que veían desde la orilla como los pesqueros de los países desarrollados esquilman toda la pesca. Por una razón sencilla, en esas latitudes todavía quedan peces.

Pero ocurre que ya no sé si me atreveré a viajar al extranjero. Porque puede que un par de coches se crucen por delante y detrás al autocar que conduce a los españolitos de punta a punta de un país como Túnez. Y entonces quizá nos secuestren y pidan a cambio de liberarnos un montón de millones. Y claro, estas cosas no tienen más solución que ir pagando. Y tras los manejos de Zapatero en la caja dudo mucho que las cuentas estén para muchos rescates, más bien para ser rescatadas de las manos de Zapatero.

Y si todo se enreda, si los casos se repiten quizá tengan nuestros políticos que tirar de vender sus propios patrimonios personales para pagar la libertad de sus conciudadanos. ¿No les dimos todo lo que son?

El que anda necesitado ya no va a desear una vida mejor. Va a pedir anhelante nada más que que el destino le eche un puñado de españoles que valen para cualquier canje.

Brillante partitura la de las mujeres de los marineros. Con que fiereza y sentido común exigiendo la liberación inmediata. Son el único caso en que conozco que alguien haya conseguido algo de la clase política. Quizá porque iban de cara, sin medias tintas, ante la cámara.

Lo han conseguido.


Los pescadores estaban faenando donde les salía del pijo. A cientos de millas de las fragatas que podían brindarles alguna protección. Pero ¿qué más da?

No lo digas, no se vaya a molestar alguien. Ahora el armador descansa, la empresa que los paga lo ve claro. Está todo resuelto. Vivimos en un país grande.

De esta experiencia los listos sacan dos libros y una película.

lunes, 16 de noviembre de 2009

El inocente

¿Quién te parece que soy?

Tiramisú de limón - Joaquín Sabina



Me refiero a Mainar, claro.

Hoy lo empiezan a juzgar. Ya está bastante claro que harto del otro, que debía ser un bicho, decidió quitarlo del medio a trabucazo limpio. Sin embargo hoy Mainar nos aparece en el juicio como una persona ilustrada, demasiado inteligente para fiscales y jueces. Menuda palabrería tan bien traída y tan bien llevada con esa americana puesta, que dan ganas de hacerlo ministro.

Claro que tampoco nos tiene mucha consideración a todos los demás. Puesto que dice que él se atribuyó la muerte para descargar de la tremenda presión mediática que tenía al pueblo de Fago en un sin vivir. Para liberar al pueblo de los que preguntan por el asesino, él va a ofrecerse voluntario, como si fuera para ir a avisar al tío Braulio. Vamos, que para que vuelva la calma él se atribuye el asesinato y queda todo más o menos arreglado. ¿Pero lo pensaste bien? Y para reforzar la cosa hace un discurrir de ingeniero agrónomo y aprovecha los detalles que sibilinamente le va soplando la Guardia Civil para hacer "collage"de toma y pega, para que, como en las novelas, la paternidad resulte creíble.

Y así entre todos, con su inestimable cooperación le dan carpetazo al asunto. Y para todos un beneficio neto. En el pueblo piar de pájaros y en la opinión pública la sensación de que hay un asesino menos casi al tiempo que un muerto más.

Pero ¿y él que saca a favor?

Ser el Robin Hood de los bosques en pleno siglo XXI. No de puertas para fuera, claro. Pero sí dentro de su corazoncito de guardabosques solitario.


Sin embargo, puede que nosotros leamos menos novelas policíacas que él, pero como mínimo se nos hace raro esa forma de pensar. Esa generosidad tan digna, de esquizofrénico paranoico, por lo menos.

Así que Mainar es culpable, más culpable casi que las balas de postas, de esto no parece que vayan a surgir dudas, pero a la vez es inocente, inocente de inocentón, que cree que por creernos algunas promesas electorales estamos dispuestos a creerlo todo.

Claro que el otro día un jurado dejó libre a un fulano que parecía haber prendido fuego a su pareja. Que llamó a emergencias mucho más tarde y dijo en pleno fragor de la llamada haber cometido un homicidio y un crimen, pero luego resultó que era rumano y por cosas del idioma donde dijo homicidio quería decir suicidio. Vale que lo encontraron vagando por ahí y que todo apuntaba a un caso nítido de violencia de género. Pero resultó que no.

Fue un suicidio con un bidón de gasolina que había comprado él. Puesto que es muy razonable que alguien quiera echarse 5 litros de gasolina por la cabeza para prenderse fuego después. Después de todo es una forma dulce de morir.


Visto uno vistos todos. Vistos para sentencia.

Vete a saber si al final Mainar no es tan inocente...

domingo, 15 de noviembre de 2009

Volviendo

Hice un solo desafinado.

Tiramisú de limón - Joaquín Sabina



Como volver hoy si no tengo nada que contar. Porque me dirás que a estas alturas importa o no que la infanta se divorcie del Marichalar. Que ni importa ahora ni importaba antes. Las cosas como son.

Conste que vuelvo porque he comprado unos altavoces nuevos, y yo suelo escribir con música, de manera que ahora que los pruebo, me he dicho: tienes que escribir algo. ¿Pero el qué?

La primera plana de los periódicos no me transmite apenas. Y lo más curioso es que en la última semana he pensado cosas, o las he leído, o qué se yo, pero en definitiva me encontré diciendo eso de "ésto tienes que contarlo". O "tienes que escribir sobre ésto".

Lo malo es que ahora no me acuerdo. O quizá no puedo pensar del todo bien, con esta música atronadora, tan de cerca.

Son unos altavoces de esos de 5.1. Es decir 5 altavoces que te rodean hasta por la retaguardia. Y no los pongo ni cerca de la mitad de su potencia por consideración con mis vecinos, los fantasmas. Pues vivo en un edificio del que sospecho que no hay más existencia que la que Sestea y yo llevamos apaciblemente y la de un matrimonio en el piso de abajo. Lo demás son persianas cerradas.

Así que bien pensado podría ser intrépido y llevar esta música mucho más allá. Pero el hecho de que esté medio sordo (y medio ciego) no significa que se quieran suicidar mis tímpanos.

Por cierto, ¿conté que tengo gafas de nuevo? Son de diseño y de una marca de ropa, como casi todas las gafas de marca. Son fashion y eso, pero el cristal se me empieza antojar más gordo que lo razonable. Cosas de la vista, de tenerla defectuosa.

¿Pero tú no te habías operado?

Claro, me quité 6 dioptrías y media de cada ojo. Pero dejaron a sus crías hibernando y ahora se han hecho mayores. Se me han encalado en mitad del ojo con ganas de desenfoque y siendo así no me atrevo a conducir. Así que como quiera que debo conducir un poco porque haya paz, ya tengo gafas nuevas. Dos dioptrías para volver a ser yo mismo.

El que era antes.


Estamos condenados a repetirnos. Sólo que ahora con altavoces última generación.