lunes, 26 de julio de 2010

Aconteceres

Y si amanece por fin.

Y si amanece por fin - Joaquín Sabina



Vivimos al borde del desastre que es para la vida morir.

Apenas entras en las webs de prensa diaria para comprobar lo cerca que se está de cosas terribles que pueden acontecer en cualquier momento. Mira las 19 personas que murieron pisoteadas por otras personas en el Love Parade. Dos de ellas españolas, a las que les pasaron literalmente por encima, a una al tiempo le robaban la cartera...

El hombre, lobo para el hombre. Pero no solamente estamos expuestos a que otros nos dañen, asesinos y homicidas que eran como nosotros antes de matar a nadie, también pueden ocurrir accidentes imprevisibles que nos arruinen la vida. Que se lo digan a la familia de la señora que se cayó de la escalerilla cuando subía a un barco atracado en puerto. No fue por la poca maña de la señora, fue que la escalerilla se desenganchó, o voló un parte de ella. Que se lo digan a familiares y amigos del hombre que según leo esta mañana murió a causa del golpe de una hélice de un helicóptero mientras tomaba fotos.

Que la vida es muy poca cosa lo sabe todo el mundo. Somos frágiles. Solamente cabe tener una seguridad en la vida.

Un día se acaba.

domingo, 25 de julio de 2010

Maillot amarillo

Tuve un plan, escapé.

Blues del alambique - Joaquín Sabina



Al final va a ser Sestea la culpable de que no me siente a escribir aquí. Marcha de farra con unos compañeros de promoción y es quedarme libre para, lejos de posibilidades más obvias como poner por fin la PS, termino aquí sentado oyendo música de fondo.

Y esta mañana de domingo sería propicia si no fuera porque las noticias de la prensa digital no me inspiran lo más mínimo. Así que llego como otras veces sin nada que decir. Porque no quiero ni mencionar lo del críaco ese que mató a toda su familia y le prendió fuego a la casa. Esas cosas solamente se le ocurrirían a un perturbado, aunque tenga 14 años. Por otro lado la tele esta mañana da algunas noticias inquietantes, nada menos que prolegómenos de dos guerras, en dos partes del mundo, que habrá que añadir a las que se están desempeñando en este momento, de forma sorda y acostumbrada. Colombia contra Venezuela que acabará en empate a cero, y Corea del Norte frente a Corea del Sur y unos cuántos buques militares de Obama ¿a éste no le habíamos dado el Nobel de la paz?

Así que a falta de pan, buenas son tortas. Si los titulares (que es lo único que necesito para ponerme aquí) no me dicen nada y tiro por la de en medio e invento. Pues si Contador gana el Tour a mí también me gustaría. Puesto que no lo haya hecho aún no significa que no quiera ganarlo yo, algún año de estos. Cierto que ya no voy teniendo edad de prodigios físicos, que vale que corriendo 100 metros ya reconocí que no iba a ganar ninguna medalla de oro, pero para ganar al ciclismo sino hay que mover las piernas menos si es verdad que hay que menearlas distinto. Y en eso puedo ser toda una incógnita.

Vale que sigo teniendo las patas delgadas como dos ramas medio dobladas, y vale que no me puedo doblar por la mitad para tocar la punta de los pies, pero engañan bastante, pues a estas horas me siguen llevando de un lado a otro sin novedades apreciables, aunque desde que tengo coche lo cierto es que hasta los tramos cortos los hago pulsando pedales. Pero el mismo movimiento de frenar y acelerar el coche, tan singularmente consecutivos, han de servir para algo más que para frenar y acelerar, por ejemplo para tonificar piernas y prepararlas, convenientemente para alzar un Tour o dos, en función de cuando llegue el primero.

Claro que yo ya no voy teniendo la tripa para ponerme uno de esos "maillots" tan ceñidos. Que dudo ser capaz de pasar las 7 horas de cada etapa metiendo barriga como en la playa. Que eso uno lo hace en momentos determinados, para la foto, como si dijéramos, pero no permanentemente por si acaso a los de la moto les da por mostrar mi perfil atlético en medio de una etapa insulsa.

Además, pensándolo bien la apariencia de mis piernas es una invitación a los ataques. Que se iba a sentir nuevo hasta el último de la general. Seguro que al verlas a todos se les vienen ganas de probarme en las rampas del Tourmalet. Y yo saldría a todos, como un torito bravo. Pero ay de mi físico si no acompaña...

Y no será por falta de corazón que me quede. Será de piernillas.

Las mías, que solamente de tenerlas recogidas me parece que duelen.

Mejor espero que hagan un juego de ciclismo a ver que tal se me da.

O un libro... igual me leo la biografía de Armstrong.


Eso cuenta ¿no?

sábado, 24 de julio de 2010

Enemigos y Maradona

Si la luna sería tu premio.

Cuando me enamoro - Enrique Iglesias y Juan Luis Guerra



Tengo que reconocer que valgo más iracundo. Como ya se puede entrever en esta web mi enemigo natural son los políticos, sin que importe condición o circunstancias. Yo los echaba a rodar a todos, cuesta abajo, al fondo de un río, los prendía fuego. De hecho mantengo y no lo hago como pose o para adornarme que los ciudadanos debíamos tener derecho y obligación de apedrear a nuestros políticos corruptos (que son casi todos) en cuanto se demostrara cierto lo muy ladrones y chorizos que son (que sería, en todo caso, a no mucho tardar). Lo mismito que hacen los trogloditas fundamentalistas con las mujeres que picotean fuera de hogar. Es obvio que no puedo estar de acuerdo con ellos en estos procedimientos, lo que no significa que ellos no puedan estar de acuerdo conmigo en cuanto al tratamiento que debiéramos dar a los políticos.

Quizá la culpa la tenga este país mundialista. Que tenemos fútbol para soñar y unos políticos de puta pena. Pero no en todo se puede destacar, y bastante suerte tenemos con Nadal y Contador como para encima pedir un presidente de gobierno que no parezca Chuky, el muñeco diábolico, y que no se comporte, rodeado de políticos internacionales tan fuleros como él, como si estuviera completamente tarado. Pero es que la oposición casi es peor que él. Con ese PP de rancio mohoso. A mí me va gustando cada vez más el tal Durán i Lleida así que no sé si no terminaré haciéndome nacionalista catalán de derechas, que me parece como más entero y más centrado, literalmente con la cabeza más centrada, que todos los demás. Y tendrá su gracia porque soy un vasco que vivió toda la vida fuera de Euskadi, dispuesto a votar la independencia de Catalonia aunque solo sea porque en Duran i Lleida veo menos bazofia de la que acostumbro a ver cuando miro a un político. Claro que para joder los planes aparecen en el horizonte el Millet y el otro, ladrones como tantos y que según creo son también de CIU, con lo que mi gozo en un pozo, y de vuelta a tirar por la calle de en medio, la de prender fuego a nuestros políticos como haría un pueblo civilizado.

Sospecho que el motor que me mueve es la ira, la rabia contenida. Por eso puedo pisotear el nombre de Maradona, que es tan aclamado en Argentina, como si fuera el salvador de la patria, y es solamente pura escoria que no vale lo que pesa un montículo de abono (que en él ni su pasado huele bien). Al paisano los nuestros le repasaron su medianía por la cara. Pero seguirá yendo por la vida dando lecciones, como si fuera un modelo para alguien...

Pensándolo bien creo que a Maradona le falta hacerse político, y si en Argentina no lo quieren para esos menesteres (lo que no me creería) nos lo podemos traer a España para que nos explique cual es la clave de su éxito hoy cuando las razones quedan tan lejos. Que el retaco nació con estrella y no hay nada que pueda hacer que se le arruine. Así se cague en todo y en todos en su misma cara.

Éste es como nuestros reyes y cohorte monárquica (príncipes e infantado), un as para vivir del cuento. ¿Nadie oyó a la Leticia hablar de él y Felipe como los príncipes en tercera persona? Menudo saca de joyas. Éste es el de los fondos reservados. El que tenía tanta pasta en tiempos de González y que se repartían gerifaltes, y que ahora debe andar con pinta de vaso medio vacío Es el saco de los príncipes y demás vividores, en el que hay que meter, como no a la Belén Esteban.

Todos ellos valen más o menos lo mismo.

Vaya país. Somos la envidia del resto de galaxias, desde los OVNIS (de haberlos) o nos admiran o pusieron pies el polvorosa a toda prisa.

Yo me prefiero iracundo, a punto de estallar incluso. Malo que luego se me va la ira y me vuelvo como Bruce Banner cuando deja de ser el increíble Hulk.

Entonces me ocurre que voy a buscar dos pares de calcetines y nunca los encuentro iguales. Aunque compre un montón de una tacada cuando los voy a coger no me casan...

Pero eso lo cuento otro día.

martes, 13 de julio de 2010

¿Un regreso?

El final no empieza hoy.

Tiramisú de limón - Joaquín Sabina



Si alguien me hubiera dicho que iba a pasar todo este tiempo sin escribir el blog, simplemente no le habría creído. ¿Qué podría haber más importante que sentirme escritor? Escritor de blog nada más, pero escritor aún.

Ocurre que somos animales de costumbres y yo fui perdiendo el rato en que venía a escribir aquí y luego se me olvidó que lo solía hacer, hasta que en los últimos días recobré el conocimiento para darme cuenta de que yo habitaba un blog, no hace tanto. Pero es curioso, pues no es recurso literario decir que se me olvidó que esta era mi casa desde hace 10 años (contando el Vivo y digo original), sino que el olvido fue real. Habitualmente el navegador me abre con las últimas pestañas visitadas y fue hace unos días que abrí una ventana nueva para no mezclar contenidos y allí apareció mi página de inicio, el blog que había abandonado primero y olvidado después. Y fue un descubrimiento, como una vuelta de la amnesia para dar con mis ojos de joven, con mis textos huracanados contra la política y el mundo.

Y no es porque no haya habido noticias candentes, que para despotricar de la realidad política e institucional uno no necesita abrir las persianas, por no hablar de que en los últimos tiempos haya sabido que mi añorado Michael Jackson, al que admiré tanto, estaba loco de remate. Más loco que un rebaño de cabras. Eso sí, viviendo según sus propias reglas, en su mundo de Peter Pan donde nadie le dirá qué puede y qué no puede hacer.

Por no hablar de mi Nadal, al que habré de aferrarme cuando me quede sin héroes. Que ha ganado su segundo Wimbledon y ya lo hacían muerto y enterrado. Puede que en la vida se nos marchiten las esperanzas lentamente, puede que vayamos pensando que en esta tragedia que es la vida, cómica de lejos, dramática de cerca, se nos van los buenos y nos quedamos nada más medianos y malos, hasta que los medianos evolucionados en buenos se vayan también. En cualquier caso conviene no perder la esperanza en lo inesperado, pues quién iba a decir a nuestro fútbol que ganaríamos un Mundial, quién me iba a decir a mí que Shakira me gustaría tanto...

Quizá estemos descubriendo un nuevo futuro a estas horas.


Y puede que en este tiempo yo no esté tan por la labor de ser altavoz inútil, pero en mi descargo he de decir que no todo fue malo. En este plazo sin palabras no fui idiotizado por la PlayStation 3 más de lo que ya estaba, de hecho la tengo casi tan abandonada como las maneras mías al teclado. Eso sí, tras representar la historia del oeste más hermosa con un santo John Marston de desenfundar rápido para no morir deprisa. Cierto que he aprendido a hacer con mis fines de semana algo más de lo que eran hace unos años, cuando tenía mi soledad en todos los rincones de mi espacio, entonces era más sencillo hallar el momento de inspiración a la que conduce el aburrimiento, el no saber qué hacer.

Hoy vuelvo y no sé si esta continuación es una continuación en realidad. Desde luego no es una despedida, pues yo habré de seguir escribiendo porque mi parte mejor escribe. No obstante me alegra admitir que he vuelto a la lectura, paso muchos ratos leyendo y quizá esa sea la mejor noticia.

¡Maldita sea, así es como quería ser yo!


Si hay que dar a mis ojos nuevas dioptrías, al menos que tengan algún sentido.