lunes, 30 de abril de 2001

30/04/01 13:10

Tengo yo una admiración muy buena por Joaquín Sabina. Algunos ya lo saben, porque opiné sobre él donde se opina. Pero para los otros, si los hay, lo expongo aquí, nada más que para que lo sepan. Como parece que, equivocadamente seguro, alguno llegó de lejos a encontrarse esta página, quiero que le conste, porque que me guste es cosa que me produce cierto orgullo. Ahí van unas letras suyas, magníficas, que ojalá se me hubieran ocurrido a mí:

"Quién sangra por domás pecado hubiere,
quién me cambia por tul desilusión,
quién sazona el amor con alfileres,
quién me descorazona el corazón,
quién quema relicarios, tilas, naves,
quien alquila mujeres de alquiler,
quién ha sacado copia de la llave de los secretos, de mi secreter,

quién oxida el limón de las campanas,
quién se sabe perdido cuando gana;
¿quién me ha metido el dedo en la nariz?
quién roba silba, reza desayuna,
quién planta girasoles en la luna,
quién coño, me ha robado el mes de Abril."

martes, 24 de abril de 2001

24/04/01 23:29

Yo me pregunto a veces,

¿dónde me llevará esta vocación mía por escribir?

Juro de verdad, que la literatura me ha hecho sentir bien. Especial en un universo que me tiene como sujeto finito y limitado, desmemoriado e insignificante pero especial (soy yo ni más ni menos, irrenunciablemente yo y distinto a los demás). Pensé que a quién le importa que yo escriba aquí o allá (que también lo hago), en qué repercute que no me lea casi nadie, aunque quien me lee importa y mucho. Porque la esperanza que es lo último que se pierde, y por las canas del vecino que no vi cortar, sino arrimar al éxito íntimo de sentirse bien consigo mismo. Me concedo una prórroga nueva para ver cuando mejoro y cuánto. Por esa satisfacción que vendrá a no tardar.

lunes, 23 de abril de 2001

23/04/01 16:09

Alguna vez he abundado en ello, y es que me parece que con los años, se nos fijan obsesiones, que sin ser peligrosas, nos hacen volver la cara siempre hacia el mismo sitio. Hacia los mismos recuerdos, que son paradas de metro solitarias, pues el recuerdo compartido, no es idéntica rememoración, porque la percepción de lo externo es siempre individual, y los diferentes caracteres escogen secuencias distintas. La persona que te acompaña, mira la calle cuando tú la ventana. Y yo con el tiempo me asombro de la longitud de la vida, y de que el tiempo me pasa más rápido que a mis mayores. Y menos rápido, aunque me sobrino no lo sepa que a él, que en dos años ha doblado su tamaño. Sin embargo, he tenido la oportunidad de cruzarme por la acera con antiguos profesores. Con aquellos que hace nueve años me tenían confundido entre sus clases. Y ellos son los mismos, podría decirse que vistiendo incluso de la misma manera o idénticas ropas. Tienen el mismo rostro, el mismo cabello que es el mismo, absolutamente el mismo en volumen, aunque haya ahora más canas. Esos profesores que cuentan la misma historia de hace 9 años, porque el Renacimiento en este plazo no varió un ápice. Ni las ciencias naturales que son nada. La física y química que no necesito.

Aunque yo sí, yo soy distinto.

Las matemáticas son las mismas. El BUP era un paso obligado para hacerse mayores. Y aunque se esforzaban, entre negativos y positivos, reprimendas y dramas, entre días de orgullo y recreos, no nos enseñaron nada. Únicamente que el progreso, aunque pequeño se capitula, y que tras un escalón hay otro. Y la vida vista así desde fuera, no se concibe más que como un ejercicio de rutina. Yo quiero boca para contar cosas, aunque no quisiera que fueran siempre las mismas (las mismas son), porque ya me hallo cercado por determinadas obsesiones. Obsesiones de pacífico pacifista, que cuando no piensa en gris, piensa en verde. Aunque solamente se arrime al teclado o a la pluma (que no tengo) cuando hay música. Y termino siempre contando lo mismo con palabras que sin ser armas, son parecidas, son lo único que tengo.

miércoles, 18 de abril de 2001

18/04/01 15:43

Qué bueno el tiempo libre. Echo de menos la ladera aquella por la que caí corriendo. Hacía un día espléndido. La montaña era verde. Y sigue siendo verde en mi recuerdo. Sin la opacidad del olvido.

Me he recuperado a la vida. Vi recientemente pasar cerca la muerte que se lleva a otro. El autobús que me portaba, a mi portavoz de palabras, fue a embestir a un coche que por correr demasiado se fue a parar de repente, de la vida a la muerte hay tan poco. Salimos por las ventanas, quebrando los cristales, arrojándonos a la vía del tren por temor o miedo. El paisaje se llenó de ambulancias y policías. Con el autobús volcado sobre la vía, asesino.

Hablaré un día del miedo. Y nada tuvo que ver con aquello.

Pero me salvé, y conmigo lo que podré llegar a ser. Pero en mi tranquilidad, juro que no perdí los nervios, me he vuelto meditabundo. Y en mis pensamientos tengo cada vez más cosas claras, y una, la vida es el tiempo que pasamos. No quiero dinero infinito sino tiempo para mí y los míos, no quiero millares de billetes ni oportunidades de oro, pues lo más preciado que tengo y tendré es el tiempo que alquilo. Y que no se paga con dinero, sino viviendo.

Irrenunciablemente tengo que salir. Hay compromisos adquiridos que me arrebatan al discurrir. Si por mí fuera me quedaría...

sábado, 7 de abril de 2001

07/04/01 20:22

Supongo, y espero que no sea mucho suponer, que el resto del mundo no funciona como funciona mi país. Aunque decir que funciona es mucho decir.

El hombre es un ser muy dado a las calamidades y a los errores. Filosofando un poco podría decirse creado para vivir más cercano al fracaso que al éxito. Pues el éxito es lo pretendido desde la ilusión, y cuando se logra se reviste de una aureola de normalidad, después de todo no es más que lo esperable, lo esperado.

Sin embargo multitud de empresas se quedan a medias, o no salen como se pretende. De manera que hasta el individuo más afortunado convive forzosamente, de la cuchara a la boca, con el fracaso. Individual y silencioso a veces. El fracaso personal y mudo es menos fracaso. Los espectadores lo hacen más drama. Si fracasas al no llegar al metro, si no te salió bien lo que era tan fácil, mejor mantén la boca cerrada.

Yo quiero el éxito. Inevitablemente, es una pretensión lícita, aunque a veces me de risa el dinero de esos cuantos, que les da para aviones y portátiles de lujo. Esos tan ricos, con el porte del éxito, y sin embargo aullando de miedo en la noche, aferrados al dinero y al éxito, adictos todos ellos a la vida que llevan, y a la que acudirá la muerte, dama nocturna del día por venir, que no entiende de salas de espera.

Mi país se tambalea por sus resortes, que poco tienen que ver con la justicia. Aunque los apelliden así.

Un chico ha sido arrestado por hacerse con una moneda de 100 pesetas (medio dólar carajo), de una cabina telefónica. Ni siquiera está probado que lo hiciera con violencia inusitada. Pudiera ser que la cogiera al caer por el cuello de la cabina, previo suave empujón del pulsador. Pero esa moneda no le correspondía. No era suya. Si introduces 25 pesetas, y caen 100, ten por seguro que no es magia. Y que si la coges, ni se te ocurra, estarás a un paso de pisar la cárcel. Así fue, se le impuso una multa de 6000 pesetas, y por no poder pagarla, se le metió en una de nuestras modernas y apacibles cárceles, por un periodo de 15 días.

Poco más o menos el tiempo que pasó la cúpula socialista (unos tres meses), los señores Barrionuevo y Vera, uno de ellos ex ministro de interior, en presidio. Ambos por malversación de fondos públicos, de una cantidad supongo mayor que 100 pesetas, y secuestro. Y es que sus cabecitas pensantes, decidieron andar secuestrando. Que no es que esté muy bien visto, ni hecho, pero que no moja a quien más mandaba. Diputados y señores recibieron abrazos en la puerta de la cárcel por todo el PSOE. Y hoy, cuando la condena ha sido ratificada por el tribunal de tribunales, el Constitucional, ellos a pescar pescaditos en el río de la vida. Gorra en ristre y solecito bueno.

Una niña de trece años fue violada pistola en mano, por un fantoche de paisano, pero con una placa policial en el bolsillo. Y con otra cosa en los pantalones. Por poco tiempo. El caso es que se la sacó junto a la pistola, y la conminó con la educación que se supone en esta situación a mantener relaciones. Pues bien, esté sujeto ha sido detenido y se ha declarado probado su participación sexual. Pero señores, como resulta que la chiquilla en sus trece años, no era ajena a eso de la sexualidad, pues oye, que no es para tanto, así que se le atenúa la pena, y sanseacabó. Cosas más graves se ven. Malditos atascos.

Dicho lo dicho, en la tele Gran Hermano.