jueves, 29 de marzo de 2007

Volver

Acabo de ver "Volver" de Pedro Almódovar. Aunque uno no sabe más que vio a Penélope Cruz, ¡qué mujer!

Si yo fuera director de cine ponía una cámara fija sobre ella. Así durante 90 minutos. No sé si en Cannes, pero en los Oscar iba a arrasar. Esta mujer podría hacer que perdiéramos la cabeza.

No es extraño que Tom Cruise ya no encuentre consuelo ni en la Cienciología, abandonadito anda el pobre y bien lejos de poder acometer misión imposible alguna. A lo más revisa fotos antiguas.

Claro que para misión imposible mi ascenso hasta el penúltimo escalón de una escalera de pintores. Venciendo el vértigo para cambiar una bombilla fundida. ¡Qué techos tan altos! Juro que creí que no sería capaz.

Mañana o pasado lo detallo más.

domingo, 25 de marzo de 2007

Domingo de vuelta

No debe haber nada más desprestigiado que ser político. Sé que no es un buen momento para pensar así. Estamos a las puertas de unas elecciones, es decir, nos vamos a hartar de frases para la galería, arrebatos encendidos, bandas sonoras con los dedos en V de victoria, sonrisas por turno y mentiras con falsa apariencia de verdad. Quizá ocurre nada más que estamos hartos de estos políticos, tal vez si los cambiamos nos parecerán mejores...

Llego de Valencia tras unas Fallas moviditas. Olvidando quién era yo para salir incluso hasta las 7 de la mañana. Han sido días intensos, vividos en en centro de un torbellino. He aquí la conclusión definitiva de que el tiempo no se mide siempre de igual modo. Estos 10 últimos días parecen hoy un transcurso de varios meses. El pasado muy pasado, el presente de mentira.

Hoy me levanté a las 5:25 para llegar a Santander vía Madrid. Llevo la tarde echado recuperando el sueño ausente de anoche. Voy a pegarme una ducha y voy a prender la tele como quién prende la luz (para mirar).

Hablaría de la selección española que es peor sin duda a Dinamarca y que quizá demostró ya a las claras que siempre ha estado supervalorada. Al menos ahora nos queda la ilusión de que Aragonés recuperó la cordura para al menos saber juntar a unos cuantos que suelen jugar juntos. Tal vez así, reproduciendo los automatismos de cada entreno en su club logren hilvanar algo que parezca fútbol.

Hablaría largo también de los jueces que deciden que no es necesaria la participación de la Fiscalía para emitir sentencias de culpabilidad. Aunque contravengan la ley. Lo hacen a las cámaras, a la prensa porque ellos querían hacer su trabajo, pero no les dejaron. Importa poco que hubiera otros medios de hacer constar su descontento por no poder enjuiciar, que en este caso es condenar.

Uno observa perplejo estos manejos y se pregunta si estos son los mismos que tuvieron que prepararse tanto para sacar la oposición. O quizá esos otros ya no existen, ahora son solo unos niños peleando con otros niños porque las cosas no salieron como tenían que ser. Después de todo el crédito pérdido se olvidará porque no hay casi memoria para nada.

Hace poco leía que los senadores del PP que son como los de cualquier otro grupo parlamentario estuvieron dando pataletas e interrumpiendo con descalificaciones e insultos al presidente del gobierno. Esto que suele ser algo reprobable pero habitual en esos lugares no hubiera pasado a mayores si no hubieran ido a verlo un grupo de estudiantes y sus docentes. Los primeros quedaron absolutamente alucinados, los segundos tan abochornados que no supieron qué decir. Nada más elevaron una queja al presidente del Senado, y tomaron nota, supongo, de que hay determinadas excursiones que conviene no hacer. Por ejemplo a las gradas de una reyerta entre corbatas.

En verdad escribiría hoy por todos los días en que no he podido hacerlo. Pero estoy cansado. Esta chusma podrá esperar a otro día (si hay ganas).

Yo creo que mañana hablo mejor de la elasticidad que tengo. Me doblo por la mitad y el suelo me queda muy lejos. Soy como un tablón de madera (sospecho que algo apolillado).

martes, 13 de marzo de 2007

Y Javier destrozaba la hoguera

"Hace siglos que quiero enviarte palomas de humo..."

Joaquín Sabina.



Llevo 60 euros en carbayones. Como para que no gusten :D.

Se me ha ido haciendo tarde y no tengo hecha la maleta. Luego veré que echo dentro. El primero de hacer y el segundo de echar. Voy a ir cargado como una mula.

Tengo el armario abarrotado. Y los ropajes de las rebajas son todos distintos. Yo no hago como Botines que creo que se compra todos los trajes caros e iguales.

Hoy tengo la ilusión de un niño. Como si fuera un crío al que hicieran fallero mayor infantil tras desearlo muchos años. Sólo que él será el centro de la fiesta y vivirá unos días inolvidables y yo seré un mosquito perdido en una ciudad inmensa repleta de gente con ganas de oír petardos. Por eso voy, porque un poco petardo si soy.

A ver si mis padres me sacan de paseo un sábado de estos. Igual puedo sentarme con mi padre a comprobar lo bien que se sintoniza la sexta junto a Mestalla y nos visionamos juntos un partido de liga.

Luego también tengo que salir a patearme la ciudad entera. Colapsadita la quiero de carteristas, repletita de vendedores ambulantes a los que la SGAE les importe tan poco como a mí. Quiero pararme delante de los mimos más listos, los que se quedan parados pero sentaditos para no cansarse, quedarme embobado delante de las casetas de churros y buñuelos.

Llevo algún tiempo detrás de este viaje. Prometo no saltar ninguna hoguera. A lo más paso cerca y se me llena la ropa de olor a humo.

Nota mental: Javi, no olvides las gafas de sol.

lunes, 12 de marzo de 2007

Patizambos

He creído toda mi vida que era patizambo y no lo soy. Resulta que patizambo era mi hermano Josechu, que tenía las piernas torcidas hacia fuera y juntaba las rodillas al andar. Aunque en algún momento de su evolución personal, por lo que creo, las piernas se le fueron enderezando hasta tenerlas rectas, de escuadra y cartabón.

También es verdad que sus hijos han heredado las misman piernas (en tamaño reducido). Supongo que como a él se les irán reparando con el curso de los años.


Yo creía que era patizambo pero soy otra cosa. Tengo las piernas dobladas, lo mismo que Rivaldo. Se acuerdan cuando se ponía a mirar hacia la portería al lanzar una falta, con aquella cara de hambre, con los brazos en jarra, ojos desorbitados y piernas torcidísimas. Uno lo veía de espaldas y pensaba que con aquellos apéndices tan mal puestos lo mismo la sacaba del estadio, pero no, donde ponía el ojo, algo estrábico, ponía la bola. Unas veces en las redes y otras en los palos, que quedaban vibrando hasta que se los comía a besos el portero (bajo el arco). Para mí que el tal Rivaldo se quitaba años, o quizá es de esos que ha parecido un viejo toda la vida, capaz de meter al Barça en la Champions de chilena y parecer al instante un veteranazo a punto de desmoronar sus huesos. Pero eso es harina de otro costal. Este párrafo deja nada más que no soy patizambo, mis piernas son lo opuesto a ser patizambo, acaso sean otra cosa.

Soy como Raúl, al que quien ya me conoce gusto de poner a parir de cuando en cuando, yo creo que con frecuencia regular. Tiene las patas deshechas el muchacho. Por eso corre tan mal. Que uno lo ve correr y se alegra más de los goles que marca. Como para perdonarle que corra así (pobrecito). Yo que tengo las piernas lo mismito que él creo que he dado con la tecla y cuando corro, cosa que raramente ocurre, lo hago como si las tuviera perfectamente rectas. Quizá ocurre que se me tuercen solamente cuando camino y cuando me quedo parado, de pies juntos.

Por supuesto los que son como yo, los que no son patizambos porque son otra cosa, aunque no sepamos exactamente qué procuramos no juntar los pies nunca. Para disimular que tenemos las piernas dobladas. Con las rodillas en arco, vamos que lo nuestro es mear entre paréntesis. Ese detalle que puede llegar a pasar inadvertido nos hace, no obstante más amigables, con lo que es más fácil empatizar con nosotros (en todo menos en tener las patas dobladas). Caemos muy bien así de primeras y la gente no sabe que es porque tenemos las piernas en rombo.

Que se lo digan a Raúl, sino de qué iba a tener el contrato que tiene.


Yo he pensado, ahora que empiezo a ahorrar algunos duros, apuntarme a eso de la Corporación Dermoestética. Sobre todo porque va pasando el tiempo y no veo que éstas se me vuelvan rectas para nada. A ver si me hacen una escayola recta para meter las patucas. No me asusta lo más mínimo que para que entren deban empujar demasiado, hasta casi el punto de rotura. Sé de buena tinta que esa gente profesional gastan unas anestesias de primera. Y si no que me pasen por el quirófano. Si tienen que abrir para rehacer el hueso ellos sabrán. Tengo una fe ciega en la ciencia. A mí es que esos batines blancos me dejan anonadado. Sobretodo después de ver que fueron capaces de meter a Maradona de nuevo en una talla 40.

Lo que llevo peor es que creí que era patizambo y no es verdad. No tengo ni idea acerca de quién soy.

domingo, 11 de marzo de 2007

Tres años después

Conste que no digo que tenga la pinta de pánfilo por formar parte del ancho organigrama del Partido Popular. Solamente que tenía pinta de pánfilo y que demostró ser del todo idiota cuando dijo aquello de que el gobierno no podía hacer lo que fuera porque el PP no le deja. Juro que me gustaría dar un nombre a aquellos ojos inexpresivos algo alucinados por tener delante una cámara. ¿Qué habremos hecho para merecer esto? Resulta que ahora el gobierno ha de estar de manos atadas porque el mayor partido de la oposición no está de acuerdo con las medidas del gobierno. Será que nuestro gobierno no es un gobierno en realidad sino títeres manejados desde la sombra por Rajoy ¿qué digo Rajoy? Por Aznar que hace algo más que dejarse crecer el pelo. Da también conferencias a diestra y diestra (sip).

Con el Partido Popular ha venido a ocurrir lo nunca visto. Tenía oposición cerrada cuando estaba en el gobierno de la nación y la ha conservado, a cal y canto, en la oposición. No sería raro que algún parlamentario de los que vocean y patalean tan a menudo le diera, inspiración mediante, por escribir un libro que llevara por título: "La soledad del político" y tal vez entonces ese sentimiento, borbotón nacido en el aislamiento y en el eco fuera del todo cierto. Parece mentira, es verdad pero en este país la oposición no la tiene el gobierno sino el Partido Popular que tiene a todos los demás, extraordinario espectro político en contra. No ha de resultar tan raro, después de todo ¿quién de ustedes se tomaría un café con Angel Acebes?

Es curioso observar lo mal que encajó la derrota que le infligieron, no las urnas, las pobres bastante tienen con pasar de vacío el año entero hasta que las desempolvan por elecciones, sino los ciudadanos, hartos de estar hartos, como dice Sabina, de tanto político y de tanta mentira.

Decía José María García que Rajoy tiene una cosa muy buena y una cosa fatal, la buena: que allá por donde va pasa sin manchar; la mala: que no limpia. Y no resulta tan difícil de creer ¿verdad?

Hoy se cumplen tres años de la muerte de 192 inocentes en los trenes de Madrid. Y la verdad misma que no podrán tapar por mucho que insistan por la tele es que las ansias de figurar, el impetú de no quedar al margen de la historia, de no ser de los que quedan relegados al rincón hizo de Aznar un personaje muy peligroso, lo enfrascó en la invasión militar de un país que era soberano, y lo hizo subordinado al mayor zoquete que se pusiera nunca un sombrero de cow-boy. Puso en el mapa a España para que los radicales que dan su vida por lo que creen nos hicieran en suelo patrio el mayor atentado terrorista que se dio nunca en Europa. Y lo hicieron cuando mayor daño podían hacer a Jose María Aznar. Nunca antes un partido político con mayoría absoluta había pasado directamente a la oposición.

Canta Ismael Serrano, aunque lo hace para hablar del amor, que no sabe si hubo un antes, pero que lo que es seguro es que hubo un después. Hubo un después de el 11M. Ese día saltaron por los aires muchas vidas y algo más.

Se benefició Zapatero de un resultado condicionado sin duda, y resultó que es políticamente hablando, brazo arriba, brazo abajo, lo mismo que las siglas ZP. Una medianía absoluta.

Hoy claman los ciudadanos de bien porque el terrorista De Juana se beneficiará de estar preso en su casa. Quizá hubiera sido mejor dejarlo morir de hambre. Muchos lo piensan aunque yo no estoy de acuerdo. Sin embargo la cuestión es compleja. ¿Y si otros delincuentes inician también una huelga de hambre para abandonar la cárcel? ¿Ha sido éste un chantaje al Estado? ¿Tuvo algo que ver que este señor hubiera cumplido la pena impuesta por sus delitos de sangre? ¿Fue aquella pena insuficiente? ¿Podía este hombre volver a pisar la calle tras asesinar a 23 personas? Y si cumpliera la pena impuesta por amenazas desde la cárcel, ¿qué ocurrirá?

Yo me considero un ignorante absoluto. Y más ahora que apenas leo como marcha el país. Hay quien afirma que esta medida ha sido una cesión a ETA. No lo creo, no ha sido ETA una banda que tuviera demasiado presente las piezas caídas. En cualquier caso, si así fuera, si se acabaran los muertos por terrorismo yo daría por bien empleado que este señor se pudiera desplazar por el pasillo de su casa sin poder salir siquiera a pedir sal y pimienta, que tampoco habría quien le abriera la puerta.

En la vida el pasado es un bagaje del que no logra uno desprenderse. A veces es un paracaídas que salva, a veces un parapente para volar a otro lado y a veces una maleta demasiado pesada. Uno quiere correr pero apenas logra moverse del sitio. Solamente le alcanza para cansarse y para maldecir la vida que tiene, es verdad, puede decirlo porque resulta del todo cierto al menos para él. Dijo Pedro Salinas aquello de "esta vida columpiándose no es vida, dulce es retraso de un morir que no perdona".

Pero maldito presente; no es dulce.

viernes, 9 de marzo de 2007

Carbayones

Si alguien de fuera de Asturias me oyera decir que le voy a llevar a mis padres unos cuantos carbayones quizá creyera que no les quiero y que les voy a llevar algo que suena mal y que debe saber peor. Pero no, el carbayón es un pastel típico de aquí y voy a llevar a las Fallas los mejores. Los hacen en la confitería "Camilo de Blas" de Oviedo y me los va a traer el martes un cliente con el que congenié desde el principio. Yo le insistí en que se cogiera una docena para él, pero dice que no, que de ningún modo, que a lo más y por no hacerme el feo se quedará dos unidades. Dice que iba a ir igual a Oviedo, pero yo sospecho que no es verdad...

Bueno, es viernes 9. Lo es todo el día. Mañana sábado y el miércoles 14 marcho surcando los cielos de esta España que no termina de desmembrarse, ni falta que le hace, ni creo que lo haga, hasta Valencia que es una ciudad intentando olvidar la tristeza. Aterrizo en la noche para ir a cenar por ahí (ya está programado el sitio). Me quedo un buen puñado de días, y esta vez tengo la firme intención de sacudir al anciano en que me he convertido para salir de fiesta hasta que el cuerpo aguante, es decir tá la una, sumo :).

Digo yo que tendré que patear esa ciudad para ver todos los monigotes. Que tendré que ir a las Mascletás para ver si siguen sonando como recuerdo, dejando lo mejor para el final, trepidantes. Que tendré que desafiar la cintura peonza que toy echando con unos buñuelos bañados en chocolate; enemistado tengo al cinto conmigo, ya no hay pantalón que me caiga...

Los amigos del Pere han fijado una cena para el viernes 16. Creo que nos vamos a juntar casi todos. Las uvas vuelven al racimo. Sospecho que va a ser cojonudo, con perdón.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Vivir

Ayer murió Coll que sobrevivió en el humor a duras penas a la alargada sombra de Tip. Que de los dos era sin duda el mejor humorista. Para mí no había color.

La radio estuvo poniéndolo por las nubes. Suele pasar con los que no están. Con los que nos dejan. A mí Jose Luis Coll no me hacía demasiada gracia. Al contrario, no me gustaba su forma de contar las cosas, tan serio como un empleado de tanatorio y a la vez tan convencido de estar contando algo que es desternillante o que el hace desternillante, precisamente por la forma de contarlo.

De hecho su célebre gag de la jarra de agua no me pareció gracioso y si algo repetitivo. De hecho en uno de los pases que hicieron y que está colgado de la web de "El Mundo" no pude dejar de mirar el brillo que la baba daba a la barbilla de Coll mientras él repetía aquello de la posición vertical...

Ayer murió también un cliente de 29 años. No venía mucho por la oficina y yo no lo traté apenas. Pero su edad nos conmovió a todos. Tenía una bebita de unos meses...

Da que pensar.

lunes, 5 de marzo de 2007

α 159

Paseo el día entero buscando un Alfa Romeo 159. En cuanto vea uno me paro delante. Procuro no ser atropellado y pregunto:

¿El corazón siempre tiene razón?

domingo, 4 de marzo de 2007

Tantas, tantas cosas

Vengo pasando el fin de semana como los bichos esos de la playa del Perelló. Que hubieran podido ser tellinas si yo hubiera tenido suerte y que fueron, tan mala era, solamente ermitaños.

Camino por la casa como un vaquero de película y al entrar en una habitación tendría que decir aquello de que "las cosas van a cambiar, pequeño", pero no hay bar con las puertas de madera, cuando una va la otra vuelve, solamente hay uno que es como yo y que se pasea invadiendo la soledad de mi casa con su propia soledad.

Conste que la solución es bien fácil, tan obvia que no merece la pena ni mencionarla. Ayer mismo un cliente con el que me llevo fenomenalmente bien y que aprovecha para echarme flores además, ante mi regocijo y ante el resto de los clientes regocijados en la alegría de un ambiente distendido me dijo, al tiempo que me ponía bajo la axila un calendario con la foto de los ganadores de la liga de gaitas, que me quería ver sin falta en el concierto de los Ronaldos de anoche, que se juntaron porque agua pasada no mueve molino, supongo. Hubiera podido ir, pero preferí no moverme del sitio. Acompañar la tarde y la noche con mi propia tarde, con mi propia noche.

Y se me está yendo el domingo actualizando Menuts del Món, entretenido en la música. A punto de poner una lavadora y desgraciadamente sin siquiera haberme acercado a un libro.

Tengo un montón de ellos de García Márquez. Es lo que tiene que haya una colección sobre su obra en exclusiva.

sábado, 3 de marzo de 2007

32

Hoy tengo 32 años. Habrá quien diga que soy un año mayor, y quien con mala leche diga que soy un año más viejo. Ambos se equivocan.

De ayer a hoy transcurrió un día. En apariencia soy el mismo de ayer.

Es verdad que los años se precipitan cada vez con más rapidez. Yo tengo la sensación de haber perdido el tiempo de forma que el que fue aprovechado, un poco nada más, no me habría hecho, todo junto, día tras día, mayor de edad.

Pero aún es peor si uno se detiene a mirar los momentos que fueron realmente mágicos. Lo que es más allá que inolvidable, trascendente. Entonces todo aquel tiempo quizá no compusiera siquiera un largometraje americano.

A veces recupero canciones del pasado y es entonces cuando uno se da cuenta de que el reloj es enemigo inexorable. Que no se detiene ante nada.

Canta Pedro Guerra aquello de:

"Pasa, entra
y siente que hay quien duda como tú
pero se abraza a lo que tiene
y se levanta con la fuerza que le queda.

Pasa, entra
y siente que hay quien duda como tú
pero no tiene más canción
que la que sabe y la cantó
y si no la sabe tararea.

Pasa, entra
no importa lo que fue porque será
lo que será y alguna forma encontrarás
para pasar por esa puerta."



Y quizá eso sea lo más importante. Vivir de puertas abiertas y en positivo. Claro que a veces habrá que hacer de tripas corazón, y algunas veces del corazón, tripas. Pero nunca será nada que no se pueda sobrellevar.

Hoy cumplo los 32 que dice que tengo mi carnet de identidad para el que quiera hacer la resta bien. Yo fui más de Larry Bird que llevaba el 33 a la espalda y poco de Magic Johnson que lucía el 32 hasta que enfermó y no le dejaron seguir jugando. Pero los 33 me quedan tan lejos...

Pero yo tengo un truco. Cada año desde hace algunos adelanto mi nacimiento. Lo bien que le habría ido esto a Liz Taylor. Ahora tengo 23 recién cumplidos, los de Michael Jordan.

Pobrecita mi melliza. Ella no sabe el truco y los está cumpliendo todos.