lunes, 21 de marzo de 2011

El pinchazo

Donde con los ojos cerrados.

El sitio de mi recreo - Antonio Vega



Vuelvo por aquí para ver qué se me ocurre. Es curioso lo de las estadísticas. Somos números, los números lo tienen todo, lo resumen todo. En 2010 solamente escribí 56 entradas, no lo hice a propósito, son las que salieron. El sistema (éste) no falla. Aún me sorprende más que durante 2009 no fueran más que 95, yo hubiera jurado que aquel fue un buen año, escribiendo aquí en el blog. Pero mi asombro no se detiene, el año bueno, el bueno de veras, fue 2008, ninguno como aquel. Ahí están los números, y los números cantan. Como los beneficios de una empresa. En 2008 alcancé el cenit, el punto más alto, y de nuevo fue improvisadamente, sin hacer cuentas. Nunca antes, ningún año había escrito tanto en este rincón, aunque aclaro que el blog es blog nada más desde 2005, que es cuando decidí contar aquí los "requiebros del destino, mis milagros y esperanzas".

Claro que entonces yo pensaba que era más intimista. Como esos otros que desnudan el alma en una frase, que alcanzan la expresión literaria con apenas un puñado de palabras. De aquellos que no se andan en vericuetos, directos, incluso con miedo de contar demasiado, como aquella chica que fue y se perdió dejando el blog inconcluso (que es mal universal que nos afecta a todos en todas las facetas,

SE FUE DEMASIADO PRONTO, lo tenía todo por hacer),

de ella ya no recuerdo ni el nombre. Simplemente una despedida y un lo dejo para no regresar más. ¿Pero y ésto por qué? Por el temor a mostrarse tanto, tan desnuda delante de todos sus conocidos (virtuales y de carne y hueso). En verdad llevaba razón, no creo desnudarse sea tanto el quedar sin ropa a contar sin trampa ni cartón lo que piensa cada uno, SINCERAMENTE.

Yo tengo ya unos cuantos años, tantos que en el facebook no los pongo. Pongo la fecha de cumpleaños para que me escriban FELICIDADES en el muro. Pero no los digo porque me han pasado muy deprisa. Además por norma general llevo mal las despedidas. Hasta la falta de gente que no me importa me pasa factura a veces. Soy un nostálgico capaz de tener nostalgia de la nostalgia. Un romántico, supongo. Insólitamente frágil en un momento dado, y a veces frío como el hielo. Como si pudiera estar a salvo de todo contando conmigo nada más.

Respecto al mostrarse, que es lo normal en estos expositores

TODO ESCRITOR ES UN EXHIBICIONISTA,

yo hago trampa, aunque algo de mí hay, probablemente más de lo que quisiera reconocer. Pero todo fue solapadamente, demasiado inadvertido incluso para mí, que soy quien regresa, de cuando en cuando, sobre mis letras antiguas. Desde el principio me torné un vengador enmascarado, aunque mi mascara fueran mis propios ojos, antifaz para esconder todo lo demás. Decidí, de nuevo sin pensar, que no fuera a hablar de mí sino de la impresión que la vida me va dejando (que es más grave que la que yo voy dejando por la vida). Por eso este sitio tiene el mismo nombre desde tan antiguo. Vivo y digo; siglo XXI, pues lo que digo está íntimamente ligado a lo que vivo. Y a falta de mayores emociones que las que me sucedieron, y que tampoco habría contado de tenerlas, por pudor, me dediqué en cuerpo y alma a navegar por EL MUNDO, de punta a punta d EL PAÍS para encontrar alguna cosa que me inspirara a bote pronto. De manera que de mí hay nada más unas cuantas impresiones, que además se volvieron caducas, pues no tuve la inteligencia de reseñar la noticia general que alentó mis palabras, y aquellas noticias, corrido el tiempo han desaparecido. Por supuesto aquellos muertos, aquellos sucesos quedaron enterrados en alguna parte, pero son solamente PASADO. Y mis palabras parecen huecas, la máscara de la noticia que fue pero que ya no podemos encontrar. Y como una máscara vista vacía hacia el interior es solamente cobertura que no permite adivinar EXACTAMENTE que fue ni por qué me llamó la atención.

Luego me ocurrió lo de la obsesión. Este enganche que me cogió por girar la cara hacia lo político. CON EL DESPRECIO NORMAL DE ALGUIEN DECENTE, es verdad. Pero cuántas palabras gastadas, cuánto tiempo perdido, cuántas batallas invencibles para contar acerca de toda esa chusma. Lo cierto es que si tuviera un psicoterapeuta, que sin duda necesito, me diría que haga el esfuerzo de no volver a escribir sobre ello.

Pero eso sería tanto como pedirme que no vuelva a escribir. No es posible. Me gusta y me hizo sentirme especial. Quizá ahora lo sienta menos (con intensidad menor cada día), pero quizá es porque ya apenas escribo.

Hoy quería hablar de Nadal, que es mi esperanza de que un mundo mejor es posible. Quería contar el desmoronamiento de ayer, NOTORIO Y TRÁGICO por ser en él. Quizá también él necesite el tratamiento de un especialista (y no tanto pijo como le acompaña mirando la Nintendo o el móvil en las gradas). Tuvo un pinchazo. Una oportunidad perdida.

Claro que lo tenía hecho y se hizo un lío. Djokovic estaba esperando la extrema unción porque en el fondo de su alma cree que Nadal siempre será mejor. Sin embargo a Rafa se le olvidó jugar y no hubo quien se lo recordara mientras hubo tiempo para recuperarse (que fue mucho rato).

Lo único bueno de aquel desconcierto es que Rafa, como los héroes de cómic tendrá nuevas oportunidades, y quizá no le vayan a ayudar demasiado. No es ni siquiera necesario.

A buen seguro tomó nota, aprendió la lección para el siguiente envite.


Lo mismo demostraría yo si pusiera enlace a la noticia ONLINE, o simplemente hiciera UN COPIA Y PEGA de texto descriptivo en plan TODOS SOBRE LA WEB DE LA AGENCIA EFE.

Pero yo me siento mayor para tomarme tantas molestias.

Lo soy de veras para cambiar tanto.

martes, 8 de marzo de 2011

Las bolsas

Monstruo de papel.

Lucha de gigantes - Antonio Vega



No tenía intención de escribir. Tengo ya demostrado que perdí la costumbre, ¿acaso quieres más pruebas?

Sin embargo si a unas monjas les quitan 1,5 millones del armarete donde los guardan, y yo me quedo callado, entonces es que debo estar muerto. Creo que habría venido a poner unas letras hasta desde el lecho de muerte. Esta es una de esas cosas que uno ha de dejar para la posteridad, no porque valgan nada, sino como un recuerdo negligente y esporádico.

En el calendario de los días de blog hoy tengo que aparecer. Es cita obligada.


Las monjas no se fían de los bancos, creen que con todos los líos de Afinsa, Foro Filatélico (que patrocinaba al equipo de basket de mi padre), Madoff y últimamente Rumasa (que es Dhul, (postres ricos) y Clesa (leche sana)) todos deben ir camino del colapso (o del infierno). Así que como quiera que no tienen gustos caros, que ellas al contrario que el papa no invierten en túnicas de Dolce & Gabbana o Armani, y como quiera que vender magdalenas, y sobre todo cuadros, les ha dado una buena pasta gansa, decidieron con gran tino guardarlo en un armarete pequeño, donde no pensaban que nadie fuera a meter las narices.

Una bolsa de plástico llena de billetes de 500 euros, digo llena, quise decir repleta. Hinchada hasta los topes. Haciendo del armario una muñeca rusa cuando ambas muñecas son prácticamente de igual tamaño. Probablemente era una bolsa de correos repleta de bolsas de plástico biodegradables henchidas de billetes 500 euros, que habría que preguntarse donde conseguían cambiar a billete tan grande sin levantar habladurías entre sus fieles y con-vecinas, algo así como las de Roca, aunque las de él se estuvieran cargando el medio ambiente siendo tan solo del plástico de toda la vida. Allá tenían sin orden ni concierto, en billetes de a 500 la friolera de 1,5 millones de euros, en el armario de las monjas.

Con la crisis que hay. Nada más asomes la cabecita fuera del convento vas a ver gente necesitada, gente que no tiene un cuadro que llevarse a la pared (que no tiene). Gente pasando hambre y frío.

No quiero pensar que alguien de fuera supiera de la existencia de tamaño tesoro. Habrían entrado a sangre y fuego. El hombre es un lobo para el hombre, salvo en contadas ocasiones.
Me temo que la razón fundamental sea la desconfianza o quizá la avaricia. Quizá alguien enterraba la cabeza en billetes cada noche antes de apagar la luz.

Ocurre que ese millón y medio hubiera dado para generar algunos intereses que se perdían estando dentro del armario. Pero podía más sentir el dinero cerca, al alcance de la mano. Sin el riesgo de una quiebra total y absoluta de nuestro sistema financiero.

Lástima, dirán ellas, que antes de que esto se produjera alguien se asomo a ver que escondía el armario.

Debió ser como sentirse el dueño del cupón premiado. Aún debe estar corriendo.

lunes, 7 de marzo de 2011

La razón

Probador de espejos.

Podría ser - Ismael Serrano



Creo que tendría que desdoblarme como hace Sometimes. Nunca lo entendí del todo, pero creo que ella le llama SIE (que es la parte más crítica y sensata de ella misma). Me serviría para preguntarme acerca del porqué escribo siempre sobre lo mismo (y siempre más o menos con las mismas palabras). Acaso estoy más loco que una cabra. ¿Soy acaso un caza vampiros que no cazara vampiros sino políticos? ¿Un cazapolíticos? Anda que no será porque no hay cosas para hablar, a montones si quisiera, y yo erre que erre mirando en los blogs de noticias a ver si encuentro algo que merezca la pena ser resaltado, lo que viene siendo algún caso de corrupción reciente que llevarse al blog, como si esto o aquello fuera a importar a nadie.

¿Cuántas veces dijiste que la gente ha hecho piel de cocodrilo frente a las corruptelas? ¿Habrá alguien que amenace con lanzarse rascacielos abajo si surge un caso de corrupción más? La respuesta es obvia, no. Porque eso sería tanto como admitir que a alguien importa (en el fondo del fondo, ni a una sola persona) y además el incauto tendría las horas contadas. Y en esta vida tragicómica uno puede desesperarse hasta por la frecuencia con la que gotea un grifo, pero no dedicaría un minuto de angustia al mal político, que es que sean trincones a más no poder, la mayoría.

Pero es peor cuando llego, como hoy, sin nada que contar. Gadafi no me motiva. Es muy feo y está como muy estropeau. Y eso que para mí se ha puesto botox, que es una manera de tener la piel muy lisa y tirante, como de jovenzuelo sin ojeras, a costa eso sí de tener la misma expresión así te estén lanzando besos o granadas.

Por cierto, en los telediarios te leen los titulares de prensa, y vengo observando que mis archi-enemigos de La Razón viven más o menos confortablemente (no mucho por lo que critican) en una burbuja que se llama España. No busques en sus titulares ni una mención al extranjero, ni una noticia internacional en su primera plana, aunque África esté a punto de saltar por los aires. El otro día, con la OTAN, ONU y demás organismos bufando frenéticos no tuvieron otra ocurrencia que despachar la primera plana diciendo que LA CORONA Y EL EJÉRCITO LOS MÁS VALORADOS, o algo similar.

Tate que han debido hacer una encuesta entre la despreocupada población española. Y han dado en el clavo de este siglo VEINTIUNO. La corona y el ejército son los más valorados.

A eso se le llama periodismo del bueno. Este titular te vale para cualquier día del año. Cualquiera en que este país no arroje un titular en condiciones. ¡Así el mundo sea un avispero agitado! Una cafetera desparramando el café por la mesa.

Lo que a mí me da que pensar, claro.

Anado Uni de mis paños y mis entretelas (ya empizas a hablar en tercera persona, esto no puede ser bueno). Si no lo sabes todavía tendrías que estar dándote cuenta. ¡ESTÁS MÁS LOCO QUE UNA CABRA QUE ESTUVIERA MÁS LOCA QUE UNA VACA LOCA! Abre los ojos. ¿Hacia dónde estás mirando?

Más loco que la cabra de los legionarios sin Cristo, aquella que trota alegremente al lado de nuestro infravalorado ejército. Más loco que los médicos que cierran una planta entera para hacerle el TAC a Don Juan Carlos, que son más o menos los mismos que salían flanqueando a Esperanza Aguirre como si aquello fuera un vídeo de Michael Jackson. Que gente de bata blanca, tan aparente y decorativa.

El diario Publico no es mucho mejor. Hoy abría la edición con una noticia de alcance.

Hacía referencia a que mañana es el día de la mujer. Como no hay nada que llevarse a la boca para qué dejar para mañana lo que se pueda contar hoy. Abrimos con que es el día de mujer y nos llevamos la primicia. ¡Nosotros lo adelantamos! Y al otro improvisamos con otra efeméride casual. El diario así se nos escribe solo.

La verdad es que para dar estas noticias no necesitas a la agencia EFE. Ni salir de casa. Yo que tengo alguna experiencia en diarios digitales, (quién no recuerda Planeta Mundo) estoy convencido que de este modo, buceando en noticias similares no se requiere ni entornar la persiana. Lo que cuenta es la intención. Y si no la hay, te la inventas.

Cuánta medianía, cuánta mediocridad. Por cada uno bueno hay mil regulares. Y yo que empezaba a creer en Mourinho. y nada más que en él. y resulta que esta semana ha perdido gran parte del crédito.

Se lanza a todos los charcos. Será cabezón.

Solamente me quedan un puñado de blogs. La verdad está afuera.


En ellos queda alguna esperanza.

jueves, 3 de marzo de 2011

A más viejo

... más desconcertado.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Cosas poco probables

El fruit d'un art imprevisible.

Una finestra al mar - Lluis Llach



Tengo que reconocer que en los últimos tiempos estoy acostumbrándome a mirar el telediario con media sonrisa, muy de John Galliano con el sombrero en ristre. Me ocurre muy de mañana, antes de ir a trabajar. A esas horas soy capaz de cualquier cosa. El día apenas ha nacido y yo estoy como al comienzo de una era, cuando todavía parece inagotable, más o menos como Gadafi cada minuto desde hace 42 años, que hay que oírlo y pensar si no vive en otro planeta de gente tan estrafalaria como él, un planeta atestado de seres como el mismo John Galliano que citaba antes.

Me ocurre que miro torcidamente, como si estuviera en mitad de un chiste intuyendo el final (aunque no hay final pues a un telediario le sigue otro, y todos me dejan en ese "no me creo nada aunque esté dispuesto a creerlo todo"). Algún día quizá deba profundizar en este estado próximo al coma mental, nada me afecta de veras, todo es impostura, en que quedo al observar estos informativos, tan pintorescos, como para mostrarnos que los países árabes toman turno para organizar sus rebeliones revolucionarias en estricto orden y sin solaparse en absoluto.


En estos días han ocurrido algunas noticias que no puedo dejar de comentar. No me refiero a que Camps haya salido elegido por Valencia con el beneplácito, algo mustio, de Rajoy (estoy dipuesto a dejar de nombrar a Camps, puesto que su nombre no atrae visitas al contrario que el de Beckham, como ya dejé demostrado), tampoco me refiero a los nuevos y grotescos casos de corrupción política en todas direcciones, que no asombran a nadie por una razón,

el ciudadano de a pie se ha acostumbrado a ellos,

son como los resultados del fútbol, aunque no estés atento transcurren, con lo que nadie se lleva las manos a la cabeza al oír la quiniela. Con una diferencia, los partidos suelen ser los domingos y las corruptelas se dan a diario, y tantas son que aunque no las pesquen todas, dan de sobra para entretenernos. Al trincón se le podría decir aquello de "político tenías que ser". Al fin y al cabo, como tengo dicho, parafraseando a Joaquín, jugador de fútbol, "este país es un cachondeo y un despelote" (aunque él se refería al Valencia C.F). Y como tal se comporta.

Después de esta frase sería muy fácil referirme a lo de rebajar la velocidad en autovías y autopistas por el problema del petróleo en Libia. De 120 a 110, inopinadamente, desde el gobierno a los ciudadanos que estamos siempre abiertos a nuevas experiencias. Pero sería tan sencillo dedicar unos párrafos a esto que no voy a entrar.

Me refiero a un caso concreto que no tiene nada de jocoso, aunque yo pueda tener agallas para decir que tampoco en eso, se están haciendo las cosas bien. Me refiero a la bomba o bombas que estallaron dentro de un cuartel matando a varios soldados. Al decir de la ministra, lo mejor del país en desactivación de explosivos. Iban a partir hacia Líbano, en misión humanitaria. Llama la atención la frecuencia con que nuestros soldados tienen accidentes, cuando no se les dispara el arma se les cae el helicóptero. Alguien dirá que para que se den esas fatalidades tiene que darse el hecho de que están operativos con esas armas y reproduciendo esas situaciones de peligro. Lo que refutaría mi opinión de que no hacen nada o casi nada. De verdad ¿cuál es su agenda? Lo malo es que mucho de lo que ocurre se da en maniobras domésticas, no allá en medio de la guerra, sino en casa, a punto de salir hacia los pisos dentro de los cuarteles.

Pero si la primera razón, podría dar que pensar que no se están haciendo las cosas bien, o al menos conforme al manual, no deja de ser trágica, la segunda no puede ser catalogada de menos que cómica.

¿O no lo es que roben unas escopetas y pistolas de un barracón militar? Dentro de la propia base, no se crean. Saltan las vallas, cogen un vehículo militar, hacen saltar la cerradura del barracón y se llevan las armas de un destacamento completo. Para cuando llegaron los refuerzos, Rompetechos y compañía, ya no quedaba nada (ni nadie). Eficaz la policía militar en la protección de sus armas. No las necesitan robar a Eustorgio que tiene una tienda abajo, con licencia. No lo vayamos a enfadar. Las van a robar a los propios militares, y que nadie se crea que son unos cuantos kalashnikov descatalogados; son los rifles actuales, que disparan muchas-balas por minuto y aciertan a 400 metros. ¿Tanto es el respeto que tienen nuestros militares entre la delincuencia más o menos organizada? Pues sí, las van a coger directamente al cajón donde las guardan, dentro de una base grande de esas que acojonan y dan tan bien para presumir de fuerzas armadas, con sus carros de combate y helicópteros por los alrededores.

Seguro que se dijeron ¿quién tiene las armas que queremos? Los militares, respondería otro. Pues vamos y se las quitamos. Dicho y hecho.

Los próximos puede ser la policía o la Guardia Civil.


Pero que nadie piense que éste es un caso aislado. Que es tal la audacia de los malos que nos pillaron de improviso ¿cómo íbamos a pensar que atacarían precisamente las armas de los militares? ¡Si esto era algo impensable! De haberlo sabido habríamos puesto doble candado.

Pues no cuela. Resulta que hace unos años, unos ladrones tan avispados como estos se fueron para dentro de la base a robar, pero no armas no, sino algo más fácil de intercambiar,

DINERO.

así que una vez dentro, no se les ocurrió otra cosa que arrancar el motor de alguno de los vehículos allí aparcados para luego extraer quirúrgicamente un cajero automático del BBVA, para montarlo a horcajadas en el coche con el fin de salir de allí tranquilamente. ¡Vaya sorpresa la de Francisco González al creer que de todos sus cajeros azulones aquel precisamente estaría allí protegido! En el puto núcleo de la base militar española y tan a la intemperie.

Así que lo cargan al coche y se lo llevan para abrirlo con calma más tarde, que tampoco hay que jugar con el destino. Pero en estas que el ruido de arrancarlo de la pared, o el hecho de transportarlo tan trabajosamente hasta el coche, lo que fuera, despierta a los soldados de guardia. Se pone el protocolo en marcha. Todos a los Jeep con la metralleta apuntando hacia lo sospechoso. Claro que para cuando llegan los malos han huido. No pudieron llevarse el cajero esta vez, pero a ellos no los pillaron nunca. Trabajos tan sutiles son difícil de rastrear.

Ve tú a saber si no son los mismos, llegando esta vez hasta el final. Puede ser que en verdad alrededor de una base militar se viva peligrosamente, ninguna noche es tranquila en territorio castrense aunque sea dentro de la patria. Es terreno abonado a que sucedan cosas...

Dios quiera que nadie muera con esas armas. Que las usen para disparar patitos en las ferias ambulantes.

Sino alguien tendría que dar explicaciones. Buscar un hueco en el telediario para hacernos entender. Aunque no lo hará.

Es poco probable.