miércoles, 9 de noviembre de 2011

De caras

Has despejado mis dudas.

Embustera - Joaquín Sabina



¿Con qué regresa uno tras tantos meses sin escribir?

No han faltado noticias, algunas tan graves que yo me bajaba del mundo sino pensara que quizá no hay nada más que esto. Tan malo como es, nada más.

¿O no es terrible lo de la niña de dos añitos que atropella una furgoneta y que nadie saca de la calzada, allá en la China? O la del otro chino, que atropella a un niño de 5 años y lo remata porque le saldrá más barato la muerte que indemnizarlo por las lesiones que le produzca.

Espantoso.


Como el padre que dice haber perdido a los niños en un parque y nadie sabe dónde están. ¡Por el amor de dios, si son tus propios hijos!


Hubiera vuelto para sorprender diciendo que para qué queremos mantener a base de tres comidas diarias al Cuco, Carcaño y todo ese montón de basura. ¿No sería más fácil e higiénico usar un pelotón de fusilamiento? Se hacía antaño y no se sabía bien quién había matado a nadie. Ni remuerde siquiera. Aquello era una confusión de balas con un único resultado. Borrar a gentuza que vale menos que un cagallón de caballo.

Y si ahora lo que se estila es dormir dulcemente al canalla para echarlo después a cualquier foso, pues encarga algo de eso para quitar tantísimos hijos de la gran puta que se ríen, mandíbula batiente, de este sistema, garantista tan de pena, que da risa.

¿Y la justicia de las víctimas? ¿Dónde se nos ha quedado?

Alguien dirá que vaya cómo vengo. Pues sí, puedo taparme un poco, o puedo decir la verdad misma de lo que pienso. Después de todo yo no tengo que quedar bien con nadie. No me juego votos. Puedo estar perfectísimamente equivocado, pero la convicción de que las cosas no se hacen bien se construye al observar este mundo de mierda.

Pero no vengo por tanto como ha transcurrido. Miles de noticias dignas de cerrar la burbuja de la percepción a cambio de un mínimo bienestar mental. Terminaríamos viviendo en nuestro mundo, que sea exclusivamente nuestro, al que solamente se asomen previa invitación. Ya sin querer saber, en la más feliz ignorancia...

¿Entonces, qué te trae pues, enloquecido? ¿Cómo regresas hoy tras tanto sin decir ni pío?


Vengo por Pepiño, alma de cántaro, que es ceporro, ahora sin lentes y vuelvo también por Urdangarín al que vivir como mero parásito sin causar revuelo no le va.

Del primero podíamos esperar que siendo como es una nulidad intelectual al menos fuera honrado. Nadie llegó a más con menos. Nunca tan alto con peor bagaje y condiciones. No vales para nada, pero igual terminas siendo ministro.

O presidente, todo puede ser.


Pero no, parece que el tonto, que se podía haber aferrado a su condiciones de tonto para ser incorruptible tiene otros planes. Puesto en la cima hay que aprovecharlo. Bien podría haber dicho: Perdona, pero ni me hables, de comisiones ilegales no quiero saber nada, no seré muy listo pero sí soy honrado. Que es más o menos lo que diría yo, que puedo presumir de tan poco.

De Urdangarín que voy a decir. En pleno siglo XX mantenemos una familia "borderline" incapaces de casi cualquier cosa. De ellos solamente se espera que se reproduzcan para mantener el tinglado sine die. Supongo que algún día los de mi edad, y los que llegan detrás, podremos hacer otra Constitución. Si es que para entonces tenemos ganas de salir a la calle...

Pero vivir de prestado, de nuestros impuestos, no parece ser suficiente para el jugador de balonmano. Mejor hacer un puñado de manejos para ser aún más ricos. Hinchamos unas facturas, me embolso un kilo extra... como si les faltara de algo.


Los hay muy poco honestos por el mundo.

A mí no me mires. Yo al menos digo lo que pienso.