miércoles, 14 de noviembre de 2001

14/11/01 16:02

Hace casi cuatro meses que no digo, aunque sigo vivo, por supuesto. Sin embargo, en este plazo, ... ¡cómo han cambiado las cosas!

Las mías, el mundo en general. Cómo ha cambiado el mundo. Qué miedo da pensar en el futuro. Cuando las cosas no podían ponerse peor, se ponen, vaya si se ponen.

Yo he dejado el polo rojo por dejarme crecer la barba. Hasta que me llegue el momento de cortarla de nuevo. He sido animado por un excelente escritor, José Luis Sampedro por el sendero éste de la literatura que si bien no me ha de dar de comer, me ha hecho crecer como persona.

Ha vuelto el frío, este año hiela más. En Afganistán no sólo derriban las balas figuras de piedra, ahora se masacran talibanes que por lo demás son trogloditas viviendo una cultura de la edad media. Les están bombardeando los americanos con sus misiles última generación. El un lucha desigual, el futuro del armamento contra el mosquetón de hace siglos. Luego lanzan bocadillos, bocadillos que caen sobre cadáveres y escombros. La alianza del norte tomó ayer Kabul, (¡existe alguien que no haya oído hablar de Kabul y hace 3 meses no sabíamos si existía!) los aliados han tomado la ciudad y han ajusticiado a los talibanes heridos, he visto una imágenes en el diario, espantan, lo fusilan tumbado en el suelo, cerca, cerca de una Nikon como la de mi amigo Fermín. Éstos no son mejores que los que estaban. Se nos agotan las palabras.



Si has venido dímelo, firma mi librito de visitas, que después de todo, si lees tanto como digo, diatribas pasajeras, quisiera ponerte un nombre.