lunes, 30 de noviembre de 2020

De joven escribía opiniones de productos en dooyoo. Creo que las pagaban a 25 pesetas cada una. Con un límite mínimo de palabras. Construí mi juventud párrafo a párrafo, para los de dooyoo, con los amigos. Ellos y yo opinábamos sobre cualquier cosa. Éramos acaso escritores ya? Me estaba construyendo yo poco a poco por 25 pesetas, me parece. Que años perdidos tan bonitos. Fue durante un tiempo que hoy me parece imposible de determinar. Y no me queda de aquello más que un recuerdo breve, sobretodo breve.
Pablo y yo hemos estado viendo los barcos atracados en el puerto de El Perelló. De repente un fulano en uno de ellos ha apurado su cigarrillo y lo ha tirado directamente al agua. La corriente se lo ha llevado débilmente. Nada que hubiera hecho me habría podido sorprender más.

sábado, 28 de noviembre de 2020

El Euromillón de ayer por fin iba a ser mi Euromillón. No me digas que números iba a poner porque lo dejaba a la inspiración del momento, pero iban a ser los buenos. Sin embargo mi propio banco me boicoteó la operación. No me envió el dichoso mensaje al móvil para hacer la carga correspondiente en la lotobolsa, y así, sin dinero no pude comprar los números.

Luego, muchas horas más tarde me envió el número de seguridad que autoriza la operación, Pero ya era tarde! Entonces ya no los podía comprar.

Me parece todo una insensatez. Alma de cántaro, si mi bien era tu bien también! 162 millones que hemos perdido, que iban a ser para mí, por supuesto, pero también para ti que guardas mi cuenta corriente. Con lo necesitada que está! Con lo bien que lo sabes!

Está mañana el móvil no me ha mandado mensaje alguno para advertirme de que soy millonario. Está visto que los números de siempre, escogidos de cabeza con el corazón siguen sin funcionar. Ay la inspiración del momento, con lo que yo soy de inspiración!

Me tienen contento los bancos.

Los más avispados ya lo habrán intuido, al final tuve que intervenir. Como vasco de nacimiento tengo mando en plaza y unos mensajes míos a la cúpula del BBVA dieron al traste con la operación. Nada más dije lo que es:

- Mira de no fiarte que está gente no paga sus facturas. Que tengo el agua sin pagar todavía y ya van dos meses con la casa a nuestro nombre...

Y los del BBVA dijeron lo que tenían que decir, que si cómo puede ser, que si estos catalanes mira cómo son... Total que fui inoculando una cierta desconfianza y mucha inquina. Con razón el BBVA pensaba que verse asociado, fusionado, con alguien que no paga lo que debe, que es un Goliat sordo ante la justicia para David, que soy yo, podría levantar en armas a sus propios clientes, después de todo si cundiera el ejemplo y nadie pagara lo que debe Qué mundo tendríamos? Desde luego no el que quiere el BBVA, que prefiere que sus clientes sigan pagando la cuota de la hipoteca puntualmente. Además me dijeron, por si fuera poco, que eso que me estaban haciendo era muy feo. Muy de abusón, y ya se sabe que todos los abusones encuentran a alguien todavía mayor, más grande e imponente, que les da un escarmiento.

Así me dijeron textualmente, nosotros seremos ese otro abusón. El que da el escarmiento.

Con lo que lo que al principio era una reunión de amigos buscando el beneficio común se tornó de repente en un bazar turco dónde nadie se fía de nadie y todos quieren dar gato por liebre. La hora en la que dos bandas se intercambian el dinero por la mercancía mientras les parece escuchar a los lejos el ulular de las sirenas de la policía.

Ellos estaban reunidos pero ya no podían pensar en otra cosa que no fuera mi agua,  y de repente  ese Ololiu no tenía la cara de alguien de fiar. A saber de qué modo los estaba engañando.

Creo que al acabar, antes de dar el portazo le dijeron en todo el careto: #noseasmoroso #pagatusfacturas

Y #compartesilees


Sin acuerdo BBVA-Sabadell: ¿y ahora qué?

miércoles, 18 de noviembre de 2020

LAS. DEUDAS DEL SABADELL - 3

Nuestra historia de desamor con el Sabadell (@bancosabadell) ha tenido un nuevo capítulo, tan jugoso que no puedo dejar de contarlo. Quién más quien menos ya sabe que hemos comprado un apartamento que tenía deudas en todos lados. Si pasabas caminando por frente del portal alguien salía a pedirte la hora aunque solo fuera por dejartela a deber.  La mayoría de ellas son del Banco Sabadell, que va por la vida exigiendo deudas pendientes pero no pagando ninguna de las suyas. Confía en que serán olvidadas, caerá un meteorito y se acabará el mundo. Para qué pagar?

Además para qué cambiar lo que funciona, algo deben estar haciendo bien cuando el BBVA parece interesado en adquirirles. Tienen que dar beneficios sin parangón, simplemente dejando de pagarlo todo. De vez en cuando encuentran alguien que les de la brasa, un servidor por ejemplo, pero confían en que mi vida, que es finita, como la de todos, acabe en cualquier momento. Entonces es verdad que se acabará el problema. Y vivirán felices con su millón de deudas pendientes y olvidadas. En el limbo donde nadie las reclamé jamás.

Probablemente el revuelo de mis post aquí (los anteriores, todos más abajo), la marea de Internet, haber podido ser Trending Topic aunque no lo fueramos, les movió a abrir un ticket de atención al cliente que suelen quedar en nada, ser nada. Pero de ser nada no lo habría siquiera mencionado, resulta que obtuvimos una respuesta y es de no perderse. 

QUE NOS DICEN LOS DEL AGUA QUE YA NO SE DEBE NADA. QUE PODÉIS ESTAR TRANQUILOS.

Nos ha jodido, si la factura la pagamos nosotros. Para que no se hiciera mayor. Si si principio eran 114,97 y ya había subido a 125,04€. Yo mismo les advertí antes de que se hiciera mayor...

Pero tienen el descaro de avisarnos. No han pagado IBI, ni gastos de Comunidad pendientes, ni el agua tampoco, pero me escriben para decirme que está pagada y nada más. Deben creer que Santa Claus se adelantó a noviembre y les concedió la extinción de la deuda, lo que me cuentan por el tono como una gran noticia para mí. NO HAY DEUDA PORQUE LA PAGUÉ YO, PERO NO ME CORRESPONDE A MÍ. Obvio que les he reclamado la cantidad de nuevo, enviando carta de pago, justificante de pago y cuenta corriente dónde hacer el ingreso.

Y de nuevo la nada. Vuelven al letargo de los justos, de los que duermen sin remordimientos, a la tranquilidad de no hacer, infinita.

Es esta una batalla de desgaste, el gigante frente a un yo al que quieren hacer aún más pequeño le quedan no obstante algunos capítulos. Los más apasionantes. El verdadero juego de tronos. 

Ya los iré contando.

#noseasmoroso #pagatusfacturas #compartesilees

200 millones tirados a la basura. Si es que zapatero a tus zapatos. Quién nos manda meternos en esta cosa tan poco nuestra como es el lanzamiento de cohetes. Si nosotros lo más arriba que habíamos llegado era con los voladores en las Fallas. Y hasta para eso ya habremos perdido la práctica. Ahora sí es cierto que lo de empalmar unos cables es muy de aquí, muy español. Nos sobra con un poco de cinta aislante. Somos muy manitas, muy déjame a mí que enseguida lo apaño, aunque la mayoría de las veces esos cables no sean, eran los otros. Nos pasamos la vida temiendo que sea la trocola, y siempre lo es. Probablemente el cohete cayó por fallo humano, mira a ver si encuentras ahora el culpable. Pudo ser cualquiera. Unos cables mal puestos. 

-Ah no, la trocola, mira que como sea.

-Pues si, va a ser la trocola.

200 millones, 13 años de trabajo... lo importante es que no le cayera a nadie en la cabeza.

domingo, 15 de noviembre de 2020

Cuántas veces hemos visto o leído aquello de que sucedió tal o cuál cosa cuando ya parecía que no iba a suceder. El mero hecho de darse por vencido parece desencadenar el suceso en cuestión. Cuando ya nadie daba un duro, de repente ocurre.

Yo ya no creo que me toque el Euromillón, es muy difícil, no se cómo decirlo, me doy por vencido...

(hay que probar).

viernes, 13 de noviembre de 2020

"SÓLO encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo de llorarte en la noche con lágrimas que queman la oscuridad. Soldadito rubio que mandaba en el mundo, te perdí para siempre. Tus ojos cuajaban el azul del cielo. Tu pelo doraba la calidad del día. Lo que queda después de ti, hijo, es un universo fluctuante, sin consistencia, como dicen que es Júpiter, una vaguedad nauseabunda de veranos e inviernos, una promiscuidad de sol y sexo, de tiempo y muerte, a través de todo lo cual vago solamente porque desconozco el gesto que hay que hacer para morirse. Si no, haría ese gesto y nada más."

Mortal y Rosa - Francisco Umbral.

A Umbral le leía yo en sus columnas de El Mundo. Escribía lo suficientemente bien como para que me interesara, incluso no estando de acuerdo con él. Pero no le conocía más que su arranque furioso aquella vez en la tele cuando iba para hablar de su libro. Vídeo que todavía hoy circula por Internet para pitorreo de su personaje tan estirado, con una Mercedes Milá todavía joven y a la que le da la risa.

Hoy acabo Mortal y Rosa y descubro un Umbral insospechado. Doliente y que duele. Quizá porque con un niño de dos años me puedo poner en su lugar, y su dolor sería el mismo dolor que yo tendría si me hubiera de faltar. Y su amor por él no es menor que el que yo siento por Pablo. Y es que descubro en Umbral a un ser cegado de amor por Pincho. El niño que le llevó a descubrir quién era realmente Francisco Umbral, o por mejor decir Francisco Pérez Martínez. Un hombre a la postre viviendo la devastación de una vida por muchos años. Como de prórroga y ya sobrando.

"HIJO, un día vi un pato en el agua. Quería habértelo contado. Hacía sol, estábamos en el campo, y el pato estaba allí, al sol, en el agua. Era blanco y no muy grande, ¿sabes? Nada más eso, hijo. Sé que es importante para ti. Para mí también. Te escribo, hijo, desde otra muerte que no es la tuya. Desde mi muerte. Porque lo más desolador es que ni en la muerte nos encontraremos. Cada cual se queda en su muerte, para siempre. La muerte es distancia, sólo distancia. Y sólo de mí puedes vivir ahora, de tanto como en mí habitaste, hijo. Y sólo de ti puedo vivir. Sólo está vivo de mí lo que está vivo de ti: el recuerdo. Sólo vivo, estando vivo, en lo que tú vives, estando muerto."

Mortal y Rosa - Francisco Umbral.

Umbral moría en 2007, y con él se extinguió una prosa sublime, sin parangón, y una increíble capacidad de amar. Por haber amado.
Con tu forma de pensar te fue de pena. Igual tenías que revisar tus principios si no coinciden con los de nadie más. La mayor dignidad sería decir que entonces te equivocabas y todavía sigues equivocado. Pero equivocándote  ahora solamente te haces otro retrato. No sé si preparando un desembarco en el PP, para llevarle los folios a Casado, que es una versión perfeccionada de ti mismo. Nunca lo cambiarán por ti, porque él es mejor en todo. Con una excepción, tú sudas más. Pero ahora, tu opinión, sentando como sienta tan mal en el partido que fundaste, al menos no lo está desintegrando. Molesta sí, pero cada vez importa menos.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

"Al hijo lo perderemos siempre, en la vida o en la muerte."

Mortal y Rosa - Francisco Umbral.

Sigo leyendo, cuando puedo, Mortal y Rosa. Se me encoge el corazón al descubrir el gran amor que tuvo Francisco Umbral por su hijo. Al que perdió contando el niño 5 años nada más.

A qué edad se puede perder un hijo sin que sea devastador?

Cuando todavía es un niño es un suceso catastrófico del que ningún ser humano ha de poder recuperarse nunca. El hijo te da muchos momentos de felicidad, pero no son nada comparados al dolor inmenso de perderlo. Es tan grande el vacío de su ausencia, siquiera pensado nada más, que se vuelve inconcebible. Cuando es pequeño tu misión de protegerlo por desválido frente a todo es tan acuciante que el solo pensamiento de que algo le ocurra te quita el sueño. El tiempo es oro con el hijo. Y tiene razón Umbral, la vida te lo quitará cuando se haga mayor (se convertirá en otro) y del niño que fue no quedarán más que recuerdos y algunas fotos. Pero si su existencia te cambia la vida también es verdad que es franquear una puerta por la que ya no se puede volver a pasar. Una vez que lo tienes atas tu vida a temores nunca sentidos. Ya no se trata de ti, de mantenerte a salvo, sino de él, de cuidarlo y protegerlo frente a todas las cosas. Viviste tu vida creyendo que eras lo más importante y ahora descubres que no. Que su risa es el mar donde te perderías. Y si algo le ocurriera el dolor será tan grande, la desdicha infinita, que egoístamente, si algo le ha de ocurrir, pensarás que sería mejor no haberlo tenido. No haberlo conocido. No haber conocido tampoco una forma tan pura de amor. Tener la vida de antes. Aquella en la que nada te preocupaba tanto. Justo aquella a la que ya no podrás volver.  Desearías no haber cruzado nunca la puerta de querer a alguien tanto. Más que a la propia vida.
Yo creo que ignoraron las acusaciones porque también tenían algo con el vejete. Ah no! Que ellos no eran jóvenes mancebos! Qué asco de gente. El mayor invento del hombre ha sido la religión. Cualquiera. Y que lucrativa es para muchos.

Yo a veces le pregunto a Ona si cree en dios. Le digo si es católica, apostólica y romana. O si cree en el Profeta. O en Buda. Pero ella simplemente me mira. Preferiría que le tirara una pelota o una piña. Claro es solo un perro, no debiera preguntárselo siquiera. Ella está bien como está. Con nosotros. Sin más empeño que seguir viviendo.

martes, 10 de noviembre de 2020

Yo siempre he sido un sentimental. Cualquiera que me conozca sabe que yo no he tenido mucha cabeza para estudiar, para memorizar, y al final en vez de recuerdos he ido atesorando sentimientos, puedo haber olvidado los la sinopsis de aquella película, la trama de un libro, que volvería a coger como si fuera nuevo, pero a cambio todas las cosas de la vida me han dejado un poso que está hecho de algo que podría ser sensibilidad, la impresión de lo vivido como una herida.

Leí la muerte de Sean Connery y me acordé de la pena sentida cuando su personaje de policía incorruptible en Los Intocables de Elliot Ness muere. Y vino a mi cabeza el tonto pensamiento de que ahora sí, definitivamente, murió del todo.

Para la gente como yo, tan dado a olvidar cosas, habría de existir la posibilidad de que pudiéramos elegir que cosas vamos a recordar. Si tengo pocos compartimentos estancos donde guardar el recuerdo al menos que pueda seleccionar cuidadosamente con qué voy a quedarme.

Hace muchos años, cuando era un pipiolo paseando por la UJI tuve un profesor que se llamaba Cyrus Dadpardvá (podría no escribirse así exactamente). Ese nombre (la pronunciación sonora más bien)ha quedado como un recuerdo imborrable, permaneciendo ocupando un espacio esencial para recuerdos de un valor mayor. Sin embargo ahí está, desde hace 25 años. Para nada sirvió ni servirá.

No es descartable la posibilidad de que yo tenga problemas de memoria (mayores que los actuales) en el futuro. Que me ocurra, ojalá que ya de muy mayor, y por solo unos meses como a Sean Connery. Aunque me temo que en el mismo momento de mi muerte, sin nada ya que decir ni contar, a punto de apagarme, como se fue él sin ruido, yo lo haga pronunciando para mí dos palabras inútiles y extemporáneas: Cyrus Dadpardvá.