miércoles, 11 de noviembre de 2020

"Al hijo lo perderemos siempre, en la vida o en la muerte."

Mortal y Rosa - Francisco Umbral.

Sigo leyendo, cuando puedo, Mortal y Rosa. Se me encoge el corazón al descubrir el gran amor que tuvo Francisco Umbral por su hijo. Al que perdió contando el niño 5 años nada más.

A qué edad se puede perder un hijo sin que sea devastador?

Cuando todavía es un niño es un suceso catastrófico del que ningún ser humano ha de poder recuperarse nunca. El hijo te da muchos momentos de felicidad, pero no son nada comparados al dolor inmenso de perderlo. Es tan grande el vacío de su ausencia, siquiera pensado nada más, que se vuelve inconcebible. Cuando es pequeño tu misión de protegerlo por desválido frente a todo es tan acuciante que el solo pensamiento de que algo le ocurra te quita el sueño. El tiempo es oro con el hijo. Y tiene razón Umbral, la vida te lo quitará cuando se haga mayor (se convertirá en otro) y del niño que fue no quedarán más que recuerdos y algunas fotos. Pero si su existencia te cambia la vida también es verdad que es franquear una puerta por la que ya no se puede volver a pasar. Una vez que lo tienes atas tu vida a temores nunca sentidos. Ya no se trata de ti, de mantenerte a salvo, sino de él, de cuidarlo y protegerlo frente a todas las cosas. Viviste tu vida creyendo que eras lo más importante y ahora descubres que no. Que su risa es el mar donde te perderías. Y si algo le ocurriera el dolor será tan grande, la desdicha infinita, que egoístamente, si algo le ha de ocurrir, pensarás que sería mejor no haberlo tenido. No haberlo conocido. No haber conocido tampoco una forma tan pura de amor. Tener la vida de antes. Aquella en la que nada te preocupaba tanto. Justo aquella a la que ya no podrás volver.  Desearías no haber cruzado nunca la puerta de querer a alguien tanto. Más que a la propia vida.

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