domingo, 22 de abril de 2012

El ganador

Blanca como su intención.

Rosa gris - Duncan Dhu


Rafa ganó hoy Djokovic, por fin. Largo ha sido el camino, plagado de decepciones. Yo mismo me quise dentro un cristal blindado para que sus derrotas en nada me afectaran. ¿Qué te da? Su suerte no te puede importar tanto... Sin embargo, sospecho que ya no se trata de Rafa Nadal y de su heroica sencillez, de su bondad y respeto por todos, se trata de un vago sentido de la justicia. Pues como cuando éramos niños, quizá yo aún sigo creyendo, y esperando, que ganen los buenos.

Vivimos tiempos difíciles, mi obligación era seguir viniendo por aquí, seguir escribiendo mientras pueda. Y conste que no han faltado razones, que la vida te da motivos de sobra para casi todo. Podría desgranar la impotencia de resultas de leer la prensa diaria. Del perdón que ya se ha cobrado el monarca equivocado, que libró ir a matar elefantes nada más con una disculpa apresurada, del tipo aquí te pillo aquí te mato, y con una operación de urgencia, sin listas de espera, para arreglar la cadera tras caer rodando ladera abajo en el momento de acercarse para el posado junto al cadáver del paquidermo.

En realidad, probablemente ambos son ganadores. El primero por méritos propios, su vida es una lección para todos nosotros, el otro porque algunos, muchos, se han empeñado en mantenerlo en su pedestal pase lo que pase.

Su cualidad es que le encuentran la sangre real. Aunque no sea azul.