miércoles, 18 de febrero de 2009

En precario

Eres todo mi ilusión.

Soy - Gipsy Kings



Vengo poco, para qué vamos a engañarnos.

La culpa no es tanto mía como de que no he encontrado sitio apropiado para discurrir unos párrafos en la nueva casa. Muy grande, muy cómoda, mucho termostato, mucha vitrocerámica y mucho congelador, pero ni un rincón donde me apetezca ponerme a escribir.

Y es que yo cuando quiero soy como uno de esos políticos, bueno, quizá no tan malo, pero si estoy dispuesto a veces a echarle la culpa al empedrado. Y la culpa ya no es mía, sino de esta casa que ahoga en confort las ganas de escribir dos párrafos del Vivo y digo. Que sí, que soy de tirar balones fuera, como hacen tantos sin que importe a nadie.

Vivimos tiempos convulsos en la economía, en la política y hasta en el fenómeno metereológico. Quizá no queda ya ninguna cosa que sea del todo fiable. ¿El amor de una madre?

Probablemente tampoco.


Conste que sé que la política de este país daría para escribir un vodevil de tan alta calidad como tienen sus actores, es decir, una comedia para llorar de pena. Y conste que yo sería el primero en ver que por arrimar el ascua a su sardina los políticos ya no son capaces ni siquiera de parecer mínimamente honestos.

¿Pero señor Rajoy, quién tiene una causa abierta contra el Partido Popular?

¿No será acaso contra algunos dirigentes o simpatizantes del PP?

Así que, para frenar la animadversión del depredador sin causa justa, que si no hay pruebas se las inventa, deciden recusar a Baltasar Garzón porque se va de caza con el peor ministro de Justicia que nunca se viera, al que le crecen los enanos en los tribunales, ¡pero esta vez son los jueces! Nada más porque el hombre no sabe ni por donde le pega el aire. ¡Pero no recuséis al juez por ir de caza! Que pieza abatida es pieza cobrada.

Pero si tanto se desconfía entonces...

¿Dónde está la separación de poderes que nos contaron?

¿O es que sólo existe cuando conviene?

La vida es una tómbola, tom, tom, tómbola. De luz y de color.

¡Qué pena de presente! ¡Qué futuro tan poco halagüeño!


Cambiando de tema. El zumo de melocotón de Don Simon es una pasada.

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