sábado, 2 de abril de 2011

El candidato

Así que el alba te besó las manos.

Plaza Garibaldi - Ismael Serrano



Vaya noticia, Zapatero no va a ser candidato.

Señor, ¿y a mí que coño me importa?

Mi hartazgo de los políticos y de esta clase de política ha sido largamente acreditado. Abre los ojos, hay letras por todos lados. Además acumula razones a todas horas, todos los días. Solamente hay que hacer el esfuerzo de plantarse ante el Telediario. Entonces no hay escapatoria posible. Son tantos los casos que si yo quisiera reflejarlos todos estaría escribiendo constantemente, como taquígrafo poniendo chorradas en el Parlamento. ¿O no saben aquel que dice de un pijo que escribió una enmienda al dictado de un lobby británico? Luego resultó que no era un lobby y que no le iban a dar los 100.000 euros de los que le habían hablado. Pues eran del Sunday Times, revelando la verdadera naturaleza de este político, que es más o menos la misma de todos los demás.

Este repeinado resultó ser del Partido Popular, aunque esto no es grave, hubiera podido ser de cualquier ideología, salvo quizá de Izquierda Unida, pero es que éstos, ya se sabe, están un poco locos.

Tampoco pasa nada. Es una gota en el océano en el que naufragamos. La eurocámara aclaró que no iba a abrirle expediente ni hacerle censura alguna, después de todo LA ANÉCDOTA puede considerarse un asunto doméstico en el que debería meter mano el Partido Popular, la ley española o, lo que es más probable, nadie en absoluto. Se escriben dos líneas sobre el asunto y el tiempo, la rabiosa actualidad, se encargará de devorarlo todo, llevando al olvido cualquier represalia.

El pijo habrá aprendido una lección. NO TE VENDAS TAN FÁCILMENTE SIN HABERTE CERCIORADO DEL TODO DE SABER CON QUIEN HABLAS. A la próxima no le pillarán tan fácilmente, con la cámara oculta y tan dispuesto a enmendar lo que haga falta, según la voz de su amo y con el cazo en la mano. Pondrá algunas trabas, se dejará querer sí, pero con cierta vacilación y como si hubiera de consultar con alguien que está por encima de él, para que llegado el caso LA CORRUPCIÓN no descanse exclusivamente sobre sus enjutas espaldas.

¿Dije enjutas? NUESTROS POLÍTICOS TIENEN LAS ESPALDAS DE UN NADADOR OLÍMPICO DE 100 METROS. Lo aguantan todo porque no responden por nada.

Son como los directores deportivos de los clubes de fútbol. Los fichajes erróneos, que costaron millones, se asimilan con naturalidad. Como pan nuestro de cada día. Engullidos por nuevos proyectos, tan locos como los que diseñaría de cualquier otro en la misma posición.

Lo más curioso es que vengo sondeando que la gente de la calle está bastante cansada de toda esta chusma. Me lo cuentan a veces. Y están harticos de veras. Yo no quiero darles ideas de las que por aquí llevo expuestas, del plan de ir en buses a incendiar el parlamento, pues quizá a estas horas estarían comprando gasolina. Y esto no deja de ser curioso, pues la plebe de la que soy parte integrante siempre se distinguió por tener la piel impermeable frente a la corruptela política, piel de cocodrilo frente al mangoneo diario de esta gentuza en todas partes.

Yo estoy profundamente defraudado con la especie humana. Esa es la verdad. Lo mejor de todo es que igual que nos acostumbramos a que nos cuenten de enriquecimientos ilícitos, malversaciones, apropiaciones indebidas también nos acostumbramos a que todo AQUELLO quede más o menos en nada. Claro que Sergio Sánchez del que no sé nada más que lo que nos cuenta el periódico hoy, dice que le da vergüenza España. Que es el paraíso del dopaje, al hilo de la exculpación de Bezabeh. Y ya le andan anunciando un expediente.

Lamentablemente a éste se lo pondrán. Y puede que lo merezca. Tampoco es inteligente morder la mano que te da de comer. Claro que él retrata mi opinión sin matices.

A MI TAMBIÉN ME AVERGÜENZA ESPAÑA.

Me avergüenza su política y también sus jueces. Nada es limpio en este país desestructurado y a punto de derribo. Solamente me quedaría con sus gentes, que no tienen la culpa de nada y al tiempo la tienen de todo.

Vuelvo por mi único consuelo. Creo en Rafa Nadal, con lo que alguna esperanza queda. Mi vida, mi verdad, lo único que ya quiero conocer es el tenis de Rafa. Y conste que hasta en eso hay cierto sufrimiento. Pero si él le gana a Federer por 6-3, 6-2 entonces yo me siento el rey del mundo. Y puede que el dinero engrose nada más que su cuenta bancaria, puede que los laureles sean solamente para él, pero de algún modo rocambolesco, como lo es todo en este mundo, yo también respiro ese aire de éxito. Y lo siento un poco mío. Como si fuera mi hijo o mi sobrino. Tal vez porque lo he visto jugar desde hace muchos años.

Lo malo es que ya se me ocurre poco más bueno. Ya no tenemos a Delibes, nos quedan sus libros, aunque lo podríamos clonar aunque fuera de una única célula y ponerlo en todas las carteras ministeriales. Nos iría mejor sin duda. Claro que él no habría querido mezclarse en asuntos que de por si son turbios, y que estos medianos enturbian más aún. ¿Duermes tranquilo sabiendo que en el timón está Zapatero? ¿Te gusta Pepiño Blanco ahora que se hizo presidenciable al quitarse las gafas? ¿Elogiarías la demostrada capacidad de Leyre Pajín?

¿Crees que Rajoy será la solución de todo? ¿Comulgas con todas sus ideas? ¿Te gustaría ver a Camps en la Moncloa? Quizá si lo clonamos también y somos uno todos y cada uno haya trajes para todos. Hace poco me contaban que el asunto de los trajes no tiene ninguna importancia. En verdad en medio de la calamidad podría parecer un asunto menor. Claro que pensando así se pierde de vista la clave, UNO SE VENDE JUSTO POR LO QUE VALE.

Hay quien se da por 100.000 euros y un puesto de trabajo sin trabajo. Otros por unos trajes. Casi cualquier favor tiene un precio a cambio. Estos cotizan en la bolsa de la honestidad. Depende de cada uno.

La cosa es sencilla. Ahí va mi consejo:

SI TE HAS DE VENDER, VÉNDETE POR ALGO QUE MEREZCA LA PENA.

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