jueves, 4 de marzo de 2021

La vida es pura paradoja. Esta pandemia terrible de seguro que le vino estupendamente a alguien. A las farmacéuticas, por ejemplo. A los fabricantes de mascarillas, que no surtían más que a quirófanos y que sintieron la baja de Michael Jackson en la carne de sus propias cuentas.

Ha muerto Alex Casademunt, al que ahora beatificaríamos por padre entregado y al calor de su dulce voz, por mucho que quizá fuera un maltratador y un bullero de cuidado en la discoteca.

Más allá del sentir actual de Bustamante, que ahora se declara consternado, no puede ser, dice, no puede ser. Pero vuelve a sacar su éxito mayor "Dos hombres y un destino", cantado a la sazón con Alex y no es capaz de ponerle un mensaje para invitarlo de nuevo, para advertirle por lo menos. Lo quiere cantar esta vez a solas. Hay que hacer lo que sea para reverdecer laureles, para mover agua de molino.

Siempre hay alguien que se beneficia. Este Hit sonará más, desde ayer con un nuevo empujón.

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