lunes, 8 de agosto de 2005

¡Bravo Estefanía!

Esta Estefanía López es chica lista y agradecida. Lista como demostró su judicatura, agradecida con quien en otros tiempos, sin duda mejores, le hicieron el trabajo más fácil y cómodo. Porque que duda cabe que esta moza, titular del juzgado de Roquetas conocía al jefe del cuartel de la Guardia Civil de la localidad. Ve tú a saber si habían logrado una cierta amistad, es posible que salieran de copas juntos, incluso, aunque haya que tener un gusto muy degradado, existe la posibilidad de que hubieran logrado una cierta intimidad (aunque fuera como nebuloso deseo).

Eso podría explicar que hoy haya dejado libres de prisión preventiva al teniente "Sebastián" y a otro de sus secuaces. Vino el fiscal de Almería hasta Roquetas para pedirle que lo encerrara, y le dio sus razones:

"Hubo un exceso en sus funciones".

La verdad es que dicho así hasta yo me negaría. ¿Porque acaso son las funciones de la Guardia Civil moler a palos a los ciudadanos? Solamente desde esta suposición se entendería lo de exceso en sus funciones. Ellos podían dar una paliza tremenda, pero se excedieron al matarlo.

El abogado de la acusación particular también pedía la prisión preventiva al igual que el fiscal se llevó una respuesta inédita:

"No puede afirmarse contundentemente la relación causal entre la actuación de los imputados y el fallecimiento del detenido".

Estefanía escribió eso en el auto y se quedó la mar de satisfecha. Pudo decir que los conocía, que eran amigos suyos si lo eran, que prefiere que sea otro u otra quien los haga encerrar, que a ella eso de meter en la cárcel no le gusta, que la prisión preventiva es una medida extrema y exagerada... (yo mismo me considero enemigo feroz de guerras preventivas). Pudo dar muchas razones, pero se descolgó con que no podía "afirmarse contundentemente". Probablemente sí se pueda afirmar que hubo relación entre su actuación y la muerte, ella lo sospecha, pero su sospecha no es contundente. Ella no afirma contundentemente apenas nada, ¿cómo afirmar con contundencia cuando está en juego la libertad del hombre?

Yo quisiera que alguien me explicara que es eso de afirmar contundentemente. Yo sé afirmar, sé que puedo afirmar o no afirmar algo, pero no sabría hacerlo contundentemente, no sé si se trata de alzar un poco el tono, decirlo a voces o con gesto grandilocuente.

Dice que no se puede afirmar contundentemente la relación causal entre la actuación de los imputados y la muerte del sujeto (Juan Martínez Galdeano), quizá nos está insinuando que aquel murió sí (eso no lo niega), podría afirmarse contundentemente incluso que murió, pero es posible que los guardias no tuvieran nada que ver, existe la posibilidad a tenor del auto que el hombre muriera por causas naturales, puede ser que le diera un infarto y se hiriera al caer al suelo, puede ser que la carrera buscando refugio hasta el cuartel le hiciera caer mal la comida, es posible incluso, como afirma el teniente que iba a ser ascendido en breve, a pesar de su historial de abusos, que poco menos que el detenido se suicidara a la antigua usanza de golpear su cabeza contra el suelo. Tenemos el dictamen forense y la declaración de unas personas que vieron como se le apaleó prolongadamente en el tiempo, incluso cuando este no oponía ya resistencia. Se avisó a la ambulancia para certificar muerte 45 minutos después de empezárselo a trabajar. Una parte entera en un partido de fútbol. El origen del incidente, por lo leído fue, poco más o menos que el teniente había comprometido su palabra en hacer pasar el control de alcoholemia al agricultor. Debió salir afuera para calmar ánimos entre sus perseguidores, pero la cosa se torció cuando el individuo haciendo uso de su derecho constitucional se negó a pasar revisión ninguna. Entonces había que forzarle, porque un hombre vale lo que vale su palabra.

La juez hoy hace como Pilatos en su tiempo, se lava las manos. Y entre las razones para no detenerlos provisionalmente da poco menos que un anticipo para el que quiera recogerlo. No hay nexo de conexión entre la actuación de los guardias y la muerte del sujeto. El teniente Sebastián, que siguió dirigiendo el cotarro durante dos días después de la muerte de Juan, seguirá como el "Llanero Solitario" marcando su ley en la calle. Cuidado no te lo encuentres que estos días debe andar desquiciado, abandonado por sus mandos y diciendo que nunca creyó que una "actuación suya" pudiera llevar a la gresca política. Al menos el necio sí reconoce que lo producido fue actuación suya, defendió al ataque a sus hombres, con sus porras, la eléctrica y la extensible. Mataron a un hombre porque se les fue la mano. Eran nueve torturando, ningún esternón aguanta tanto, ni siquiera el de un hombre de 108 kilos.

Estefanía, qué lista eres, no hagas nada que no quieras.

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