domingo, 14 de mayo de 2006

Tigrin y el supercaddy en Castiello

Vuelvo a estas latitudes y como decía el otro día tendría mucho que contar. Pero me enfrasco en otras tareas pendientes y termino siempre sacrificando las mismas cosas. Además a veces he sentido la necesidad irrefrenable de volcarme por aquí, pero en los últimos días anda mi cabeza como un hervidero y mis dedos con una parálisis.

Ayer estuve acompañando como perfecto caddy al Xuac en el Club de Golf de Castiello. Madre mía para ser socio hay que entregar por delante 3 kilos de los de antes. No sé le da mal al chaval darle a la bola. Hizo par sobre el campo, claro que la primera parte (los 9 primeros hoyos) estuvo más bien flojete, a rastras con la resaca del bodorrio que tuvo en la víspera. Pero luego, con el transcurso del día fue afinando hasta sorprender a propios y extraños. Claro que yo taba a su lado, ejerciendo de caddy infiltrado por los adversarios, hasta el punto de boicot como cuando grité: ¡mira una ardilla! mientras él hacía el SWING dichoso previo al golpeo de la bola. Sus rivales se frotaban las manos ante mi apostura y buenas artes silvestres. ¿Pero quién querría perderse una ardilla a la carrera?

Eso del SWING es curioso. Hacen el golpe sin dar a la bola. Apenas rozan el césped. Como diciendo, "lo sé hacer, luego no sé donde la enviaré ¿quién puede saberlo?" . Es una demostración meramente teórica que antecede a la práctica. Yo estoy seguro de que si fuera yo el golfista sería un maestro del SWING. Las gentes seguirían a pie mis hoyos por verme hacer con toda ceremonia ese golpeo sin golpeo. Luego me quedaría posturero con el palo por encima de la cabeza y con la cadera ligeramente girada, mirando hacia el horizonte, donde nunca llegará mi bola. Los ojos entornados. La gente maravillada diría que mi SWING no tiene parangón. Y es que mi golf sería como yo, un proyecto a punto de ser hermoso. Y si luego sale mordida ¿qué coño importa?

No ganaría nunca ningún torneo pero no habría artificio previo más logrado.


El Xuac quedó 4 golpes de ganar el torneo. Muy por delante de sus 2 adversarios, que hicieron todo el recorrido con nosotros y que no pudieron con él ni con mi ayuda inestimable (llevó el pobre más tiempo el carrito con ruedecillas que yo). ¡Menudo caddy más apañau fue a encontrar! Ahora más bien acorde al sueldo...

A mi me gustaría poder jugar al golf, y me gustaría poderlo hacer aquí en Asturias porque mires donde mires hay un verde hermoso. Pero ingresar en estos clubes es carísimo, conste que se echa a perder una posible estrella de este deporte, ya no por mi swing, sino porque luego estuve practicando un poco y al Xuac se le ponían de corbata, unas veces por si le alcanzaba con el palo y otras porque mi putt, a poco que entrene no lo supera ni Jack Niclaus.

Estuve a punto de ser un actor de los de póster en las calles, podría ser un jugador Lacoste para cerrar tratos millonarios en unos hoyos. Pero no, dejemos esas cosas para el Xuac que vive por encima de sus posibilidades. Toy feliz y lo estaré más.

Xuac en otro rato describo tu careto cuando marrabas los golpes. Toy palmando la carrera de coches.

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