lunes, 19 de abril de 2010

Hipotecando

Polichinela se fugó con arlequín.

Vinagre y rosas - Joaquín Sabina



De joven me movía de obra en obra de teatrillo, y al decir de alguno no se me daba del todo mal, será porque siempre he tenido mucho cuento... En una de esas ocasiones representamos "Ganas de reñir" que es un sainete de una novia que se levanta un día con ganas de reñir (con él novio, que entonces era yo llegando muy campante).


Yo hoy me he levantado con ganas de endeudarme. Y es muy malo tener días como este.


A estas horas, de hecho acabo de colgar, he apalabrado un Opel Corsa 111 aniversario rojo magma. Y por si fuera poca compra para un lunes por la tarde tengo concertada visita mañana para mis padres y para la hermana de Sestea a ver un pisete muy majo, tipo dúplex, cerca de Valencia. Que no digo que no sea la cosa más cara del mundo, no estamos para esos trotes ni casi para ninguno, pero prepara hipoteca y unas cuántas canas nuevas para pagarlo.

Y todo por la tontada esta que tengo. Que me he levantado gastizo. Así son las cosas, los días que me levanto con ansia viva de hipotecarme entero. Así y sin necesidad de un mar de citifines, cetelenes o teléfonos 902 con fondos de rescate.

Y es que uno tiene el crédito que da el trabajo, bien exiguo en estos tiempos de crisis irreductible.


Aunque no haya un duro en el bolsillo (en el del pijama no).

De verdad que pueden registrarme.

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