miércoles, 12 de septiembre de 2012

Fugacidad

 No me parezco a él.

No me compares - Alejandro Sanz



Desde la web de El Mundo se puede llegar la foto de perfil  que tiene  el gobierno de Estados Unidos del embajador muerto en Bengasi. Aparece muy elegante y sonriente.

Hoy he conocido también que ha muerto una señora que conocía. Por otro lado leo que Urdangarín quiere meter un gol a la justicia y pide que sus delitos fiscales se den por prescritos, supongo que bajo el paraguas del "era muy joven", "no sabía lo que hacía", "me dieron demasiados balonazos en el tarro", "pon un traje a un jugador de balonmano y verás lo que te sale". O de otro modo: "Yo creí que era bueno y noble, y que mis actos iban a ser una gota en el océano...", "Tengo un honor grande como portería de balonmano".

¿Tú sabes con quién estoy casado?


Así que con este par de noticias y todas las demás que flotan en alguna parte de mi subconsciente me he dicho: ¿Por qué coño tolerar toda esta corrupción y a todos estos chupasangre de la monarquía?

De verdad, ¿qué nos dan?

¿Cuándo nos empezarán a tratar como mayores de edad y nos dejarán elegir?

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