domingo, 11 de junio de 2006

Gracias maestro

Imagino que la buena de Comella Firmet rabiará viendo lo que va a ver. Porque tiene pinta de admirar a Sabina tanto como yo, pero yo tuve esta vez la suerte de mi lado.

Ocurrió subiendo Tirso de Molina en Madrid un 2 de Junio. Yo caminaba charlando con un amigo actor, Jordi, al que traje a colación en este weblog inacabado algunas veces, porque es un fenomenal amigo, de gran talento. Quiere hacerme guionista con él cuando le llegue la gran oportunidad, no sabe que yo solamente suelo escribir cosas tristes y cuando no es triste tiro a veces de sarcasmo que es recurso con un fondo de tristeza.

Charlábamos y de repente al mirar la cara del que se cruza conmigo de frente, descubro: JOAQUÍN SABINA. Lógicamente una vez que nos vimos rebasados nos giramos y lo vimos alejarse por la calle, y entonces me dije, "esto lo tiene que ver Sestea" que caminaba unos 15 metros por detrás. Pensé en llamarla al móvil para advertirla. "Fíjate bien donde pisás", bueno en serio: "Fíjate bien con quien te vas a cruzar, abre los ojitos", pero no hizo falta. Siempre recordaré su careto, prácticamente parada delante de Sabina, obstruyéndole el paso casi.

Sabina siguió hacia abajo y cruzó por el paso de peatones, iba a acompañado por una chiquita, no sé bien quien, ni me importó lo más mínimo. Una vez reunidos los 4. Sestea, Jordi, su novia Diana ¡cuida a esa chiquita! y un servidor había que reaccionar. Yo me dije que no me podía quedar sin un autógrafo, lo que era un pensamiento bastante idiota y por consiguiente muy mío, no tenía papel, no tenía bolígrafo. Entonces recordé que como buen turista llevaba en el bolso de mi amigo (sí bolso, sí, jajaja) mi cámara de fotos digital. Y me dije que no podía dejar pasar una oportunidad así. Que había que apostar.

Sestea me vio las intenciones y me quiso detener. ¡Espera, tiene muy mal carácter! ¡Déjalo! ¡Nos hará pasar un mal rato! Pero la suerte estaba echada, corrí unos metros y lo llamé, de acera a acera. ¡Joaquín!¡Joaquín!

Ya a su lado le dije si podíamos hacernos una foto. Que lo admirábamos mucho. Él puso muy mala cara y la chiquita que iba con él se alejó unos metros, como temiendo que un volcán entrara en erupción.

Pero no ocurrió nada. Al momento Sabina dijo "venga" quizá porque vio que nuestra determinación era más fuerte. Quizá porque era un sábado de sol precioso, quizá porque mi camiseta con 15 aniversarios me hacía parecer un hombre peligroso ante negativas.

Nos pusimos a un lado cada uno y Jordi hizo un par de fotos para la posteridad. Yo le decía:

-Jordi, como no salgan te mato. Haz dos, ¡o cien!

Le pase la mano por la espalda y él que es listo hizo lo propio con Sestea, quizá porque sin conocerla le había escrito una canción: "Rebajas de Enero". Y a ella le decía con voz Sabiniana y queda, de carajillero de repente orgulloso de como suena: "¿Qué hay?

Nos despedimos y seguimos nuestro camino. Él cargado de periódicos y harto de salir a la calle camuflado para que, pese a todo, le descubran. Es el precio de la fama por ser tan bueno.


Y para que no se diga que esto es un cuento chino ahí van las pruebas. Ya lo decía yo, siempre me sentí muy orgulloso: amigos que tiene uno :).




Y dos segundos después:



Fíjate que yo tengo el mismo careto ¡qué nervios! Conmigo se puede jugar a lo de las 7 diferencias. Parece la misma foto. Si es que soy un maldito mimo. Toy petrificau. Y eso que no soy nada mitómano, me puedo cruzar con cualquier famoso sin siquiera mirarlo. Pero ¡ay si es Sabina! Ahora, no creas que el tipo me va a la zaga. Qué expresión sin expresión tan permanente. Solo la niña cambia algo :D Taba flipadina la pobre ;)

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