martes, 4 de diciembre de 2007

Mr. Perfecto

Ya no me queda sorpresa apenas.

Yo sabía que aquel tipo que tenía los brazos tan anchos como dos troncos, el tal Bristish Bulldog había muerto. Yo creí que sería por tomar tantos anabolizantes como debía tomar para que los músculos le crecieran tanto. Yo tengo también esos mismos, más o menos en el mismo sitio, lo que pasa es que los míos son muy tímidos y no van por ahí llamando la atención, son los mismos pero pinchados. Y deben tener agujero porque no crecen. Aunque, todo sea dicho de paso, tampoco hago yo mucho para que crezcan. Están así un poquito dormidos. Como si los hubieran metido en un microondas y se hubieran ido desinflando. A mí lo único que me crecen son las dioptrías y las ganas de tener vacaciones.

Que muriera el British Bulldog me pareció algo penoso, pero no me afectó demasiado. Sin embargo, no hace muchos días que buscando destino a tantos forzudos de aquel "pressing catch" que entretuvo mi desatada adolescencia fui a encontrarme con que Mr. Perfect que era un tipo pillo y al que había que amar, sin amor obviamente, u odiar, con odio de mentirijillas, que se sabía los trucos más sucios y que iba por la vida perdonando vidas, a los otros, a los que no eran perfectos como él, había muerto cumplidos apenas los 44 años de vida.

No se sabe bien si fue la cocaína o los preparados científicos que incrementan el volumen de los músculos a costa de disminuir el tiempo de vida. Un personaje de un video-juego que se toma las pociones demasiado aprisa. Y quien no guarda, no tiene para la vejez, sea cuando sea.


06 Diciembre 2007

En realidad este post, que por alguna extraña razón yo tengo el editor del weblog doblado al inglés se empezó a escribir. Hasta la línea anterior el día 4. Pero luego me llamaron por teléfono y perdí el hilo, esto es, las ganas de escribir. Así que abandonemos a Mr. Perfect para volver otro día, y vayamos a un nuevo post, que es lo que me pide el cuerpo.

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