domingo, 29 de julio de 2007

La pareja perfecta

"Le dijo que el amor era un sentimiento contra natura, que condenaba a dos desconocidos a una dependencia mezquina e insalubre, tanto más efímera cuanto más intensa."

Del amor y otros demonios - Gabriel García Márquez


Leí ayer una noticia de hace tiempo. Llegué a ella a través de una más reciente. En estos días un periodista o dos han estado chantajeando a Tom Cruise con unas fotos privadas. Y de esa a una entrevista de los tiempos en que Tom y Penélope eran pareja había nada más un enlace.

En ella Tom hablaba cómo no, de boda. ¿Quién no hablaría de boda si la otra parte es Penélope Cruz? Era poco tiempo después del rodaje de aquella película que los reunió y que era una versión de "Abre los ojos" de Amenabar. La película se llama "Vanilla Sky" y junta realidad y sueño, cubriendo el sueño un cielo de color vainilla.

Pero la vida raramente copia al cine. Tiene otro guión y muchas veces no responde a lo que uno espera. A mí la ruptura me sorprendió tanto como leer que Tom Cruise "no descartaba" la boda. La descartó ella supongo, y él fue el primer sorprendido, quizá porque Rey Midas que convierte lo que toca en oro encontró a alguien que convierte en amor o desamor lo que toca según su capricho. Una mujer de las de vivir la vida tan intensamente que los días no parecen tiempo bastante.

Sin embargo, aquellos que vieron esta película estarán de acuerdo conmigo, ellos dos aparecían como una pareja simplemente perfecta. Tan lejos de Kate Winslet y Leonardo Di Caprio por ejemplo, que tenían la misma química en "Titanic" que mezclar en la boca natillas con gazpacho. Pero Tom y Penélope eran y se comportaban ya en pantalla como una pareja de hecho, como si en el largo trayecto de la vida se hubieran encontrado al fin y no necesitarán hablarse para decírselo todo. Por eso no tenía que sorprender a nadie que terminaran siendo la pareja que anticipaban en la fábula del cine.

Yo personalmente no me he encontrado un caso igual. Ocurre generalmente que las parejas parecen fruto del azar, y que si prosperan es más por la aceptación del otro que porque sean el uno para el otro del forma indiscutible. Es por ello que quizá todo aquello del destino sea un camelo, y sea mucho más notorio el azar que nos da conocer unas personas en vez de otras, y que las posibilidades, sean cuales sean se darán solo con esas y no con otras. Lo que significa que probablemente entre las desconocidas existe alguien que, podría ocurrir, nos vaya como anillo al dedo. Nos haga parecer parte de una pareja perfecta. Correspondencia uno a uno como horma de zapato. Francamente no encontré nunca una pareja que me lo pareciera hasta ese extremo, hasta que conocí a Tom Cruise abandonando a Nicole Kidman por Penélope.

Pero aquella correspondencia debió ser nada más aparente. Por lo bien que daban ellos juntos ante cualquiera. Como si estuvieran unidos por un lazo invisible que se intuye incluso cuando mira cada uno hacia otro lado. Pero luego, cuando se avanza en el detalle, cuando nos acercamos a la Cienciología y a tantas otras cosas que son fronteras que diferencian encontramos que la pareja es perfecta solamente como un par de muñecos, incapaces de sobrevivir si no es juntos en la misma estantería. Como Ken y Barbie. Como dos dibujos recortados a los que vestir para hacer pulular por una casa de muñecas.

Tom Cruise se casó después con Katie Holmes que es un remiendo regular para mi gusto. Con ella tuvo a Suri una niña con mucho por heredar. Sin embargo sospecho que él hubiera preferido tener a una niña morena que se llamara Penélope Cruise Cruz. Pero en la vida el cielo vainilla dura lo que dura un atardecer.

Quizá entonces habrían formado la familia perfecta. (Aparentemente.)

Excusa

Dibuja una sonrisa y te regalo una rosa.

Perdona - Tiziano Ferro.

jueves, 26 de julio de 2007

El payaso

Vaya showman que se ha perdido. Hay que ver que difícil es acertar en la vida. Uno cree que ha de ser algo por los pasos dados y de repente un día se da cuenta de que la vida por otros derroteros habría ido mejor.

Hablo como no podía ser de otra manera, creo que nunca más podré hablar de otra cosa, de nuestro conciudadano Jaime, el solitario atracador de bancos que pudo ser un showman de los de marcar época. Lo malo es que ni él ni nosotros lo sabíamos. Tuvo que tener enfrente las cámaras para que nos diéramos cuenta. Lástima lo vivido ¿verdad?

Si no fuera por los asesinatos y por los robos hay que reconocer que su salida de la comparecencia frente al juez, por cierto 6 horas en las que según parece no abrió la boca, que uno se pregunta que hicieron tanto tiempo ahí dentro. No me digas que estos jueces portugueses son tan locuaces como para hablar ellos tanto tiempo, los nuestros en su mayoría son un poco como el tal Ferri, al que no le gustan las lesbianas ni los divorcios. Son más bien de pocas palabras y de montar cirios contra los dibujantes del humor, así se caiga a pedazos el país por la corrupción que ellos enarbolan las leyes que aprueban los otros entre pataleos, cada vez más lejos del ciudadano medio que cruza la calle. El que piensa que esto es lo que hay y no podemos aspirar a nada mejor.

Decía que El solitario estuvo la mar de cómico con ese "Hola a todos, soy el solitario" y para rematar lo de "Salud españoles". Vamos que de ahí a presentar "El precio justo" nada de nada.

Pero sus ocurrencias de hombre talentoso no acaban ahí, leo que esta noche ha decidido protestar porque le han enviado a una prisión de alta seguridad, y eso le ha roto los planes fijo, que seguro que ya tenía medio mirado cómo salir de aquella de Coimbra, quizá disfrazado de camilla o de lámpara. La verdad es que no creo que sea para preocuparse, de hecho probablemente le irá bien ponerse a dieta, que estaban las costuras del chaleco antibalas tensas a reventar. Aunque conociéndolo un poco, es de no perderse la foto que se hizo junto al metro para la ficha policial, con el pulgar hacia arriba y el rostro sino de Fofito sí de Jaimito o Arbito (o Fofote) superstar, digo que conociéndole un poco no sería raro imaginar que se refirió a los policías de la nueva prisión con un "Tate, que de protesta dejo de comer. Que me pongo en huelga de hambre". Y ellos: ¿Ahora? Él: "No, después de cenar".

Y es que este hombre tiene estas cosas. Es un showman. Lo malo es que a mí me va dando en la nariz, y me sobra nariz que éste termina escribiendo un libro, o consiguiendo un negro, así les llaman, que se lo escriba.

Y será a no tardar mucho, sobre todo si prospera todo esto de la euro-orden y toda esa mandanga administrativa. He leído que quieren pedir algo así como un traspaso de jurisdicción para que lo juzguemos pronto aquí, sin esperar demasiado. Eso en la práctica es que los tres o cuatro delitos que ha cometido en Portugal serán juzgados por nuestros jueces, además claro está de los asesinatos, atracos y lesiones que causó. Sin embargo, yo que soy ciudadano de a pie como cualquiera, quisiera ser consultado, al menos para esto, ya que con el euro no lo hicieron, y aquello fue meterse literalmente en mi bolsillo. Porque yo que hoy estoy bullero, tengo la misma sensación con nuestra justicia que Joaquín en la selección de Aragonés, que es un cachondeo y un despelote.

Así que propongo un referéndum acerca de si traerlo o esperar a que cumpla la pena que le impongan en Portugal. Allí parece que estas cosas se las toman en serio, y por tener un puñado de matrículas falsas, ir armado ilegalmente e intentar atracar un banco (esto último no se dio, será más bien intentar cruzar un paso peatones con 6 tíos encima, frente al banco) le pueden caer la friolera de 28 añazos. Y es que estos portugueses saben meter mano al maleante, para que otros como él se piensen cruzar la frontera con el espíritu delictivo.

Yo particularmente prefiero que se quede allí que ya habrá tiempo para que nos lo traigamos, le pongamos 25 años para ver en cuanto queda si hay rebajas. Antes de que el fulano publique un libro que se llame "Soy el solitario" o un menos acertado "Salud españoles" al que le falta un "va por ustedes" torero. Siendo de un modo u otro me veo haciendo cola para comprarlo.

La mente enferma vende más que la sana.

martes, 24 de julio de 2007

Macedonia

Llego con ganas de contar un puñado de cosas, y las unas no tienen nada que ver con las otras.

Por fin se le ha visto la cara a "el solitario", y no es de extrañar que el hombre haya hecho gran parte de su vida tras una peluca y una barba de pega. De algún modo tenía que intentar disimular su mala cara. Y es que siendo tan feo no es raro que su paranoia le hiciera creer que no hay mayor belleza que la que proporciona el dinero, cambia los ojos de quien nos mira. Vivía con su madre y sus dos hijos, que supongo que ignoraban que su padre era un asesino feo. Aunque sabrían de sobra que tenía malas pulgas y que quizá por ello, y por la suma de todo, aquellas bellezas exuberantes que alguna vez lo acompañaron lo hacían única y exclusivamente por dinero.

Leo que lo han detenido entre 6 policías de los de gimnasio diario, que lo esperaban junto a la sucursal para saltarle encima desde el coche en cuanto lo vieron aparecer vestido de fantoche. Y el hombre a pesar de que le ve más bien rollizo, como una croqueta de antes de anteayer, parece que hizo ademán de echarse la mano a la sobaquera requetesudada para desenfundar una de sus pistolas. Pero no debía ser Lucky Luke precisamente, o los policías no eran mancos desde luego, gente preparada en derribar muros y antes de que pudiera sentir la rigidez del antibalas en las manos coronadas por un trozo de celo para cada yema, ya debía estar rodando por el suelo casi inmovilizado de pies y manos, con la lengua babosa maldiciendo el trece supersticioso que pone fin a su larga carrera criminal.

Cuentan que por lo acaecido en Portugal podrían caerle en nuestro país vecino alrededor de 28 años, y yo me maravillo de que tan poco de para tanto. Y es que debe estar muy mal visto allí que acuda como turista lo peor de nuestro país, con el agravante además de no ir para nada bueno. Vamos que este hombre no ha tenido que cometer graves delitos para llevar consigo una larga condena. Le ha bastado ir vestido de adefesio con malas intenciones.

Y yo me digo que no tenemos que precipitarnos en pedir la extradición, ya habrá tiempo. Paraliza la euro-orden, dejemos que conozca en profundidad las paredes de las prisiones de nuestros vecinos, que sepa de su grosor y de sus horarios de recreo. Que nos lo devuelvan siendo un experto de las prisiones portuguesas, será entonces cuando podremos juzgarlo y ofrecerle alojamiento en estas nuestras, para que ofrezca conferencias a los internos más aburridos.

Hoy tiene 51 años, quizá con suerte llegue nos lo regresen a los 79. Entonces le podremos meter mano con 25 años más. Para que se haga centenario y estudioso del error de creer que podría estar siempre a salvo.

Este tío la verdad es que me saca de quicio. Cada vez que lo imagino invadido por la sensación de impunidad y prepotencia al disparar a un cajero simplemente porque le parece que en el cajón no hay bastante me pongo malo. Solamente se llevaba la caja, lo que hubiera en el cajón al alcance de la mano. En ese instante, cuando no le queda en la oficina ni un minuto para salir huyendo está aún dispuesto a dar un escarmiento. Por si acaso regresa alguna otra vez, o por si no regresa, deja cicatriz además de un recuerdo imborrable. Dos cajeros recibieron sendos disparos en las piernas.

Esa revancha porque puede hacerlo me está enfermando. Se me han quitado las ganas de contar nada más. No habrá macedonia.

lunes, 23 de julio de 2007

Ahora sí, solitario

Me congratulo de que el atracador que era tan asesino como atracador y al que la policía llamaba "El solitario" haya sido apresado. Andaba el hombre a punto de atracar la caja Agrícola de Portugal que a mí me suena parecido a la Caja Rural de aquí de España. Llevaba un chaleco antibalas bajo la ropa y tres armas en un maletín, llevaba perilla para disimularse y supongo que como siempre peluca.

Tenía 51 años de libertad plena.

Dicen que se llama Jaime Giménez Arbe y deben estar muy seguros de que es él, porque ya han dado el nombre completo. Los vecinos cuentan que era algo conflictivo y que había llegado a proferir contra alguno amenazas de muerte. Que es menos grave que a uno lo terminen matando. Yo entre las amenazas y las balas prefiero las amenazas, después de todo las amenazas hieren pero no matan.

La policía le llamaba el solitario porque actuaba solo. Había atracado alrededor de 36 bancos o cajas, había obtenido unos 600 mil euros y había matado a dos guardias civiles porque lo vieron sin peluca y hubieran podido reconocerlo, así como a un policía Municipal de la Vall d´Uxó en Castellón. En su último atraco disparó a la pierna de uno de los cajeros porque le pareció que no había suficiente dinero en caja.

Pero no era un solitario en realidad. Supongo que aquel dinero lo gastaba con alguien. La soledad la va a conocer ahora de sobra. Cuando medite con los años cuánto mereció la pena. Si mucho o poco. Puede que atracando a otros internos con una funda de almohada sobre la cabeza, o puede que con la funda entre los dientes mientras alguien más joven y vigoroso se imagina en el Caribe y rodeado de mulatas sin peluca.

A un bien nacido no le habría salido a cuenta ni siquiera en la certeza de no ser nunca capturado. Por suerte a este lo han cogido. Hay gente absolutamente ajena al remordimiento.

Podemos abrir puertas y ventanas, amanece un día precioso, fresco temprano hasta que sale el sol. Deja la incertidumbre de si aguantará. Si vendrán las nubes para estropearlo, pero creo que no, mañana va a ser uno un día tan bonito que lo sentirás en el ambiente como un perfume. Abre el balcón y sal a la noche que está llegando. ¿Lo notas ya?

Con Jaime entre rejas, hay al menos un hijo puta menos.

domingo, 22 de julio de 2007

Vino

El nano del anuncio, pequeño y con la voz de pito tiene gracia porque termina las preguntas a su madre con un ¿verdad?

¿Tú tomas mucha fruta?

Las personas nos pasamos la vida entera preguntándonos por lo que hay de verdad en las cosas, ocurre sin embargo que cuando somos niños aún lo hacemos en voz alta, seguros de que la respuesta será verdad por la confianza que tenemos en las personas a las que preguntamos. Si tú lo dices será entonces y siempre.

Luego dejamos de preguntar, en parte porque terminamos constatando por la experiencia que la verdad es casi siempre algo relativo, que depende de muchos factores, de todo tipo. Y también porque nos hacemos más desconfiados con los años. Porque puede ocurrir que ellos no quieran que yo conozca la verdad. O terminamos pensando que preguntar demuestra a las claras cuanto no sabemos. Y es mejor pasar por alguien reservado que por alguien ignorante.


Ayer estuve viendo el Tour de Francia. Vinokourov arrasó en la contrarreloj como hacía en otros tiempos Miguel Indurain. El mismo corredor que cayó contra el suelo y le llenaron las rodillas de puntos y de grapas cerrando la carne, el mismo que bajaba las escaleras casi de espaldas para sobrellevar el dolor. El mismo que acabó una de las etapas descolgado, tan herido como el primer día y llorando sobre la bicicleta.

Ayer rodó a 48 km por hora y aventajó a todos sus rivales. Dice que tiene una motivación inmensa, que atacará en las tres jornadas pirenaicas. Yo no sé si es verdad, pero dicen que ya está asustando a sus rivales. A mí me parece el Ave Fénix, renacido de sus cenizas porque no se rindió; hubiera sido lo más fácil.

sábado, 21 de julio de 2007

La caricatura

Me desayuno hoy la cara del juez del Olmo y es una cara de tener un humor pésimo. Ha retirado el hombre la revista satírica "El Jueves" de los kioskos y ha secuestrado la publicación invadiendo la redacción de policía. Por supuesto al erigirse en protector de la corona a cualquier precio le ha salido mal, la viñeta es ya compartida no sólo por la mayoría de la prensa nacional sino que también se ha hecho eco, a estas horas, la de otros países, que probablemente no da crédito al siglo XXI de esta Europa al sur de los Pirineos. Será que no estamos tan lejos de aquellos musulmanes exaltados que estaban dispuestos a todo por castigar las viñetas ofensivas. A aquellos yo los disculpaba diciendo que son así, y no los podemos cambiar. Nada más aceptarlos como son. A estos otros la toga les queda como un traje de novia.

La viñeta muestra a alguien que podría ser Felipe y a alguien que podría ser Letizia en una escena de cama, para mí gusto excesivamente explícita, en los titulares:

"¡Se nota que vienen las elecciones, ZP!
2500€ por niño"


mientras él dice sonriente: "¿Te das cuenta? Si te quedas preñada... Esto va a ser lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida".

Y ese mensaje en mi opinión tiene mucha gracia, y es raro que alguien no se sonría al leerlo.
Sin embargo es el límite justo que quieren poner los jueces a la libertad de expresión. Ahora quieren cerrar la edición digital de la revista. Desde allí cuentan que llevan muchos años haciendo el mismo humor con la corona, el presidente o los ministros. Volviendo de arcilla lo que parecía intocable. Considero que uno de los mayores ejemplos de salud democrática es la capacidad de poderse reír de todo, incluso de la gran cantidad de tropelías que amenizan nuestra vida cotidiana y que llevan a cabo sin rubor todos estos políticos de patio de colegio. Más aún, admiro de veras a todo aquel que sea capaz de reírse de si mismo, demuestra que no hay porque tomárselo todo tan en serio. Ni siquiera cómo somos o hemos sido.

Leo que la casa real venía observando con preocupación el tratamiento que recibían en ese medio. Supongo que tendrían que estar a salvo de todo por lo de la sangre azul. Afortunadamente nada que no se les pase yendo de regata o a esquiar por el invierno. Hoy cierran una revista porque mostró un dibujo tan difamante que Del Olmo no podía dejar sin castigo. Habría pasado sin pena ni gloria como tantos otros sin que él decidiese actuar de oficio. Hay quien habla de una vuelta a otros tiempos, yo no he conocido más que los actuales, por suerte, sin embargo ese dibujo figura en la edición de papel de "El País", yo lo tengo ahí mismo. ¿Qué harán ahora, cerrar "El País", "El Mundo" y todos los demás? Oigo pasos fuera. ¿Vendrán a quitarme el periódico?

viernes, 20 de julio de 2007

El blogger

Rara vez sé qué voy a escribir cuando cargo la web del blogger. Suelo improvisar como tantas veces ante la hoja en blanco, porque aunque este fondo sea negro yo escribo sobre blanco y con buena caligrafía. De hecho he llegado a olvidar casi como escribir a mano, tan hecho estoy al teclado del ordenador. Mi letra de molde es tan buena como la de cualquiera.

Nosotros no lo veremos porque somos viejitos y no viviremos tanto, pero pronostico que en el futuro los humanos tendrán muchos más dedos y mucho más cortos para llegar con cada uno de ellos a cada una de las teclas y sin mucho recorrido. Y que decir de los pies, si casi no sirven para nada, con todos esos dedos chiquitajos que son inútiles del todo. Con lo bien que iban para pillar lianas de árbol en árbol. Por no hablar del rabo de los monos que se enroscaba para que pudieran quedan como Tom Cruise en Mision Imposible, con todo el cuerpo paralelo al suelo. Nosotros de eso nada, nuestros pies son un intermedio de la evolución que devorará los dedos. Los más pequeños prácticamente los hemos perdido ya y da pena verlos, tan incapaces. Que movimiento más torpe que tienen, si apenas pueden agarrar nada. Yo creo que sólo sirven para contener las uñas, que tampoco sirven para nada, pero al menos crecen bastante rápido. Y respecto al rabo, es obvio que el que tuvimos lo perdimos, y lo más parecido que tenemos resulta tan escaso para otros menesteres que los obvios que ya veremos si no termina desapareciendo también. Aunque en este caso me alegro de no vivir para verlo. Claro que ellas hubieran preferido que se pareciera más a aquel otro de los monos. Pero esto es lo que hay.

En cualquier caso yo soy de los que creo que la evolución las trató mejor a ellas. No hay más que verlas. Son, objetivamente hablando, en su mayoría de mordisco, y nosotros, nos pongamos como nos pongamos de decir "paso" en una partida de póker.

Y lo peor no es que lo digan, es que lo hacen.

jueves, 19 de julio de 2007

Dioptrías

Un día me explicaba la doctora que la operación no cura los ojos. Simplemente corrige el enfoque de la luz para que tú logres enfocar correctamente. Y yo la enfocaba todo lo correcto que podía a través de los gruesos cristales de mis gafas culo botella mientras maldecía interiormente que seamos capaces de llegar a la luna, al menos eso nos cuentan, y no seamos capaces de corregir los ojos, aunque sea tan solo uno para ir guiñando el ojo por la calle. Yo era un míope convencido, uno de los que no se andan con chiquitas a la hora de tener los ojos defectuosos. Contaba media dioptría arriba, media abajo alrededor de media docena por ojo, lo que es ir servido de veras. En realidad no sé cuál es la medida que hace la unidad. Supongo que cuando uno ve bastante mal tiene una que es el baremo que mi vista multiplicó hasta no ver apenas. Recuerdo, aunque mi memoria no sea mi fuerte, que metido hasta el cuello en la piscina, a una cierta distancia, miraba a los amigos como si fueran un grupo indivisible, como si aquella masa fuera una única cosa. Por supuesto yo no podía saber dónde estaba el que me hablaba, aunque sabía quien era porque mis oídos asociados con la parte de mi cerebro que asocia voces y personas, que me funcionó siempre divinamente, me lo mostraba con la apariencia que le daban mis gafas cuando yo miraba a través de ellas.

Nunca creí del todo que el día en que le di a mi padre mis gafas de ver no volvería a necesitarlas. Sin embargo allí se las dí, a punto de entrar a que me perforarán la mirada de míope y me corrigieran los enfoques. Pero lo cierto es que pasaron los años que son ese pasado breve que olvidaremos y pude hacer vida normal sin ellas. No tropezaba más que cuando las llevaba puestas, no las requería en las mesilla de noche cada mañana. No las necesité para meterme en la ducha con ellas.

Recuerdo los primeros días, paseando por la playa del Perelló, descubriendo que las olas de mar están hechas de millones de mini olas, que cada ola no es una superficie uniforme. Entonces me di cuenta y era algo totalmente nuevo. De hecho durante un tiempo tuve una vista mejor de lo normal, era una especie de super-héroe vistoso. Tan bueno era mi enfoque que yo podía ver mejor que el común de los mortales. Y hacía alarde de ello. Después de todo podía presumir de pocas cosas y mi vista llegaba justo un paso más allá que la de todos los demás, que supongo que en su fuero interno deseaban pasar por la camilla de la cirugía ocular con idénticos resultados, incluso si no necesitaron lentes nunca.

Pero la doctora fue clara. La operación no corrige los ojos, corrige el enfoque. El motivo que provocó la degeneración ocular permanece intacto. Vamos que el láser ni lo roza. Supongo que para repararlo habría que cambiar el ojo entero, y eso no creo que sea algo que pueda hacer la medicina todavía, aunque sean capaces de ponerle una careta de piel humana a alguien sin cara. Me dijo que existía la posibilidad de que con el tiempo reprodujera en parte el problema. Que quizá no tenga ya dioptrías para regalar, pero que con paciencia atesoraré algunas y me las quedaré para cuidarlas como si fueran mis hijitas. Y así ha venido ocurriendo me temo. Tengo unos ojos algo degenerados por lo poco que ven. Sospecho que apenas podrían ver llegar a estas alturas las olas más grandes, como para preocuparme de las minúsculas. He descubierto que vuelvo a la miopía que es terreno conocido porque veo los rostros regular a cierta distancia, veo la pantalla regular y se me pone un dolor encima de las cejas que seguro tiene que ver con forzar a los ojos para que vean más allá de lo que pueden, los pobres.

Así que en este punto me toca cavilar si compraré unas gafitas de diseño y cristales de presentador de telediario, o unas lentillas para salir de noche. O quizá intente convencer a mis ojos de que no sean pesados, que no insistan en equivocarse. Por cada miopía una operación. Humeando los ojos de recibir tanto láser, pero con el enfoque correcto, con la luz incidiendo en el punto exacto del fondo de mi ojo. Allí en la pantalla del cine donde se asoma la mente y dibuja las formas precisas. A un lustro por operación, van a ser muchas operaciones...

miércoles, 18 de julio de 2007

Día sin día

El de hoy ha sido un día embustero. Porque dice la lógica del reloj que hemos tenido que tener por fuerza un buen número de horas de luz, es así siempre, asociados con el giro terrestre que da la excusa para convertir el tiempo en un montón de fragmentos, un ajedrez de blancos y negros perfectamente ordenados, pero la verdad, lo cierto es que hoy ha sido un día sin día. Unas cuántas horas sin luz.

Dice el calendario que hoy no tiene nada de extraordinario, no está resaltado por nada, y sin embargo hoy ha sido un día nocturno, un no día. Puede ser que no haya habido día nada más en Asturias, que se ha empeñado en convertir los inviernos en veranos y los veranos en días grises, en días sin luz, en no días. O tal vez ocurre que el fenómeno es mucho más local, y este Cuera que ha puesto a tender las nubes más oscuras, y secan sin escurrir un rayo de luz. Vivo en un pueblo bello y tan pequeño que es una miniatura. Una de esas que caben en el medio óvalo de vidrio que giran los críos para ver caer la nieve flotando vertical. O es el minúsculo escenario de guiñol donde me muevo. Ocurre no obstante que el mago hoy se dejó su capa olvidada sobre nuestro decorado, y ni saltando podremos despejar el cielo.

Yo estoy ansiando el sol. Protesto al cielo casi a diario porque ha convertido Julio en otra cosa. Y recuerdo el despegue desde un aeropuerto sumido en las tinieblas, las nubes de panza hinchada, grises y densas como inmensas piezas de algodón con corazón de tila para encontrar con el ascender de los metros un sol radiante a través de las ventanas. Un sol encendido, más allá de las nubes que enganchadas a la copa de los árboles deciden que un día parezca una noche. No ha habido un día 18 de julio de 2007. Ha sido nada más una noche larga.

lunes, 16 de julio de 2007

Seve

La vida da muchas vueltas. Nadie está a salvo de un percance. Recuerdo que hace algunos años me asaltó nocturnamente un gran temor a la muerte. Lo cierto es que esos pensamientos los tengo algo confusos, será porque aquel temor me duró lo que me duró el sueño, lo que duró viva aquella noche. Al día siguiente apenas reparé en aquellos pensamientos, pero hoy puedo recordar que entonces el temor se basaba en la certidumbre de que la muerte me habría de encontrar solo, y no se me ocurría más solución para escapar que correr buscando las faldas de mi madre por si ella pudiera protegerme. Era aquella carrera un camino hacia ninguna parte porque ningún pasillo me acercaba a ella. Era correr en la oscuridad todo lo rápido que pudiera sin más intención que la de no ser alcanzado.

Luego he aprendido que la vida da muchas vueltas y que hay designios a los que no podremos escapar. Sin pensar que nuestro destino está ya escrito, si sé que casi todo tiene una importancia tan relativa que probablemente podremos enfrentarlo con una sonrisa. Con el rostro de quien está de vuelta porque la amargura siempre sirvió de poco.

Severiano Ballesteros se retira del golf profesional por muchas razones, le quedan lejos los días de esplendor. Aunque su retirada viene motivada también por la falta de su novia, aunque él no lo diga. Porque el accidente de tráfico que se la quitó le dejó sin ganas de nada.

Para eso no hay solución posible. No hay risa; pero hay vida.

domingo, 15 de julio de 2007

La mala pata

No creo que deba explicar a nadie lo que es. Quien más y quien menos la ha tenido alguna vez, pues sobran las oportunidades para que se presente sin ser llamada. Ayer mismo yo tuve mala pata. No me ocurrió nada grave, no me llevó por delante ningún vehículo despistado, fuera de la clase que fuera, tractor, autobús o carrito de la compra. O uno de esos micro coches que no necesitan carné y que son parecidos a los de juguete que algunos padres compran a sus hijos. Yo nunca tuve ninguno de esos, pero tenía un triciclo, para fortalecer las piernas. Lo malo es que a la vista está que lo debí usar poco. Sin embargo durante algún tiempo creí que de manejarme en vehículo alguna vez tendría que ser forzosamente en uno de esos pequeñuelos. Tan lejos veía lo de sacar el carné bueno, el de conducir, como de vencer la pereza de volver a examinarme. Porque a mi edad manejarme en triciclo, aún, estaría mal visto. La cosa es que esos coches que ahora te traen toda clase de comodidades, aire acondicionado incluido son tan poca cosa que cada vez que me cruzo con uno me asaltan grandes ganas de intentarlo hacer volcar asiéndolo por un lado. Como Superman en mitad de la calle. Aunque ahora que pienso uno de estos microcoches no llevará, imagino, airbag. Con su velocidad punta no será necesario. Y si es para subsanar un choque contra cualquier cosa evidentemetne ocupantes y vehículo serán siniestro total haya o no airbag. A no ser, claro está que el choque se dé contra otro vehículo de iguales características, entonces supongo que el resultado dependerá de la corpulencia de los propios ocupantes, lo mismito que si hubieran chocado en moto. O quizá de la cantidad de plásticos con la que esté forrado el chásis...


Por cierto pronto hará un año de aquel suceso, y en descargo del conductor he de decir que en Valencia hace mucho más tiempo también me llevaron por delante, aunque en aquella ocasión fue con bicicleta y todo. Claro que no me pego muy fuerte, simplemente me hizo caer, y yo siempre he sido de los de equilibrio más bien precario, será porque tengo las piernas dobladas. Juro que también entonces yo cruzaba por donde debía, pero debo ser una persona muy golosa de atropellar.

Pero me estoy desviando, ayer tuve una mala pata relativa, aunque no diré que todas las malas patas sean como esta, porque no sé si en otra igual podría contener el estómago en su sitio. Y es que resultó que ayer viajé hasta Gijón para comer con el Xuac, que me llevó como viene siendo habitual a un sitio de alta alcurnia y dinero. Lo que a mí no me supuso problema alguno pues tengo una Visa Oro muy brillante de usarla tan poco, para cumplir objetivos. Aunque no hizo falta su uso, pagamos a paxas y en efectivo. Yo con billetes auténticos y él probablemente con alguno de los falsos que le cuelan día sí, día también en Pravia, que es lugar mencionado en todos los mentideros de la delincuencia más o menos organizada, donde se dicen muchas mentiras y alguna verdad. De su gusto por las cosas caras, hablaré quizá más adelante, otro día en que me haya desviado menos veces de lo que quiero contar. Aunque no me resistiré a mencionar que se compró una tele de 1500 euros, y esa es la mayor injusticia que se le puede hacer a una televisión de tanto nivel; enfrentarle su careto, algo cerril, todos los días.

Pero andaba diciendo lo de mi mala suerte ayer. Estaba yo sentado comodamente en uno de esos Alsas que solían viajar a Madrid bien cargados de dinamita, por lo que se está viendo, con mi MP3 puesto con la músiquita y con pilas recién cargadas, de reserva por si acaso, cuando asaltó de repente un olor mis fosas nasales, poco pobladas de pelo para lo que yo hubiera deseado. No podía ocurrime sino a mi. El tipo de mi propia fila, entre las últimas del autocar, una ventana para cada uno, estaba echando la papa, vamos que no se dejaba nada dentro. Regurgitaba la primera papilla, y sospecho que el arrojo primero debió ir contra la tapicería porque descubrí como una mujer que se sentaba delante de él le daba una bolsa para que recogiera la cena o el desayuno si fue copioso. Y el tipo nada arredrado se dispuso a rebosar la bolsa de plástico. Yo no pude oír su carraspera por la música aunque me llegaron intactos los efluvios, que deben atravesar el plástico y las distancias a una velocidad pareja a la de la luz, para mi desgracia. Al menos tuve la suerte de que aquella mujer, que era un tesoro de mujer, rocio el aire con algún perfume caro que enmascaró algo aquel aroma. Yo llevaba para entonces un buen rato oliéndome sino mordiéndome los nudillos. Nada tiene un efecto llamada mayor que el olor que desprende un vómito. De hecho todos los vómitos huelen más o menos igual, lo que viene a demostrar que los jugos acidos que descomponen los alimentos en el estómago son para todos los humanos una misma cosa. Como el material del que están hechas las uñas, supongo.

Gracias que yo en el estómago no tenía más que un café con leche de estación de autobús, y ni adrede hubiera podido arrojar. Pero juro que por un momento imaginé a todos los que cerrábamos el autocar potando casi al unísono como un coro de solistas solapándose unos a otros. Entonces los de delante habrían terminado potando casi con toda seguridad. Y hasta el conductor dejaría perdido el volante y el cuadro de mandos, aunque para entonces yo ya habría lanzado un asiento contra los cristales para recuperar aire fresco, sin pota. O me habría lanzado yo mismo contra los cristales, poco más o menos ya lo hice una vez que mi autocar yendo hacia el Perelló volcó cayendo casi sobre la vía del tren. Entonces yo perdí las gafas, pero me puse a buscarle un zapato a una mujer que me dijo que se lo alcanzara. Algún día detallaré esto, fue un suceso de cambiar la vida.

En fin, mala pata. No soporté mucho, entre media hora y tres cuartos. Le seguí los pasos a la mujer que había echado el perfume y me refugié en la parte delantera del autobús. Allí no olía nada. Los malandrines ni siquiera se habrían enterado.

jueves, 12 de julio de 2007

Violencias

Cuando te vi sabía que era cierto
este temor de hallarme descubierto.

Yolanda - Pablo Milanés



No necesito encender la televisión o cargar un diario digital para saber que hoy murió otra mujer a manos de su expareja, y si aún no murió morirá en las próximas horas. Pregunta Antonio Banderas en aquel anuncio sobre que es más importante tener pareja o ser una pareja. Yo creo que es más importante serlo, sentirlo. Y los que necesiten más tiempo ya han contestado.

Mueren las mujeres a manos de sus exparejas siempre porque de lo que fueron, de la pareja que formaron no quedan más que las fotos. Se comporta el hombre como un animal, territorial al grito de mía o de nadie. Y los gritos siendo bastante malos no bastarían para quitar una vida si no vinieran acompañados de la agresión para que los tomes en serio. Para que las voces no se las lleve el viento y parezca que no se dieron. Para que el terror se haga carne.

Pero entonces ya no hay amor, se esfumó. Queda rencor, queda recelo, queda odio. Y una vida podrida hasta este extremo no merece apenas. Por eso no es raro que el asesino se cuelgue después de dar muerte, porque la vida segada valía mucho más que la vida misma.

Hay un anuncio bastante inspirado que nos dice que contra los malos tratos gana la ley. Yo no creo que gane nadie en realidad. El amor está en todas partes. No puede ser tan difícil dar una nueva oportunidad. A veces bastaría con dar por bueno lo vivido. Sentirse afortunado de seguir adelante. Si la vida es una búsqueda incesante, creo que sin amor será como si no nos hubiéramos movido de la casilla de salida. Seríamos el ancla enterrada en la tierra.

martes, 10 de julio de 2007

Time

Ignoro si en los torneos de tenis del país se advierte a los jugadores en inglés como allende de las fronteras o se les dice la traducción literal al castellano cuando están sentados en las sillas cada vez que la suma de los juegos disputados salió impar. Puede ser que aquí se les diga simplemente: ¡Enga, dale! Y el tenista se levanta como un resorte pa darle to lleno pal otro lado.

El tenis no ha cambiado mucho con los años. Funciona todo más o menos igual. Eso sí, desde que a Mónica Seles le hicieron diana con un cortaplumas en el músculo de jugar al tenis se coloca indefectiblemente un mazas cerquita del jugador, por si alguien se atreviera a repetir poderle doblar el brazo hasta dejarle el cortaplumas al ras del ojo.

En el tenis seguimos viendo a estos esbeltos mozalbetes cada vez más musculados escoger entre las bolas de saque como si escogieran entre las cajas de Jesús Vazquez, con un escrutinio detenido, como si las bolas hablaran para decir donde irán a parar en el siguiente punto. La peor parte es que siempre entre tres una es descartada, y a esa una se la echa a rodar de cualquier modo, que ya irá el recogepelotas de turno a doblar el espinazo y a buscarla.

A mí que soy una especie de Robin Hood de causas perdidas ese detalle siempre me ha sacado de quicio. Pero además de tener que recoger una bola que no se les devuelve como debería ahora además los pobres chavales tienen que cargar con las toallas de los deportistas, que son la élite del sudor. Así que los críos tienen que pringarse las manos con las humedades de esa gente que ni siquiere los mira (que les tiran las bolas de cualquier manera).

Me temo que estas formas son ya invencibles. Lo son porque un día los más afortunados recogepelotas hasta las pelotas, seca-sudores sudorosos devolverán agravios con otros adolescentes a los que atenderán exactamente igual o peor aún.

Ignoro si se dice Time para advertir que ya pasó el tiempo y hay que volver a la pista. Sé sin embargo que uno de los mayores dramas del hombre es el no saber qué ocurrió con el tiempo transcurrido.

Yo pensaba el otro día acerca de qué pasó con todo el tiempo que he perdido en mi vida. Me preguntaba dónde fue, porque fue mucho, puedo jurarlo. La verdad es que no sé bien si todo el tiempo fue perdido o cuánto mereció la pena realmente. Ocurre a veces que me preguntó dónde está el tiempo que he perdido sin estar con quien me quiere, con mis padres por ejemplo. Ese tiempo se fue al limbo y es ya irrecuperable. La vida vivida en realidad no es más que un paisaje a vista de pájaro.


Los hombres crecemos para llenar el pasado de tiempo perdido. Cuánto más mayores, más habitaciones vacias.

domingo, 8 de julio de 2007

¿Serás, amor?

¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el mismo encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y sólo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo:
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan,
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.

Ni en el lugar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales.
Es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara
y que lo más seguro es el adiós.



Pedro Salinas

sábado, 7 de julio de 2007

Causas operativas

Vaya usted a saber qué son las causas operativas, cómo se comportarán con nosotros y como harán que nos comportemos. Hoy he recibido un correo de Iberia diciéndome que mi vuelo de octubre no saldrá a las 21:20 como estaba previsto sino anticipadamente. ¿Cuánto? 5 minutos antes. Es decir, hoy me escriben para decirme que el vuelo de un día 11 de octubre, faltando 3 meses saldrá con cierto adelanto. De 5 minutos oiga, por causas operativas. Que maravilla de forma de funcionar. Esta gente sabe hoy a ciencia cierta que saldremos 5 minutos antes de lo previsto. Quizá ya saben que la noche del vuelo los cielos van a estar despejados, o quizá es que el avión pertinente ha logrado que la rueda de aterrizaje no roce con ese sobresaliente del fuselaje, nada peligroso oiga, pero hacía ese chirrido tan agudo despegando o aterrizando y nos ralentizaba un poco. La verdad es que no doy con la clave del adelanto de vuelo. Claro yo no soy piloto, soy pasajero. Ignoro del todo que se esconde detrás de esas misteriosas causas operativas que adelantan mi vuelo 5 minutos. La gran pregunta es ¿esto es que llegaré a Valencia 5 minutos antes? ¿O echaremos esos 5 minutos sobrevolando la meseta o la gran ciudad de lucecitas?

Yo desde luego agradezco que esta previsión sea aparentemente tan certera. No quiero recordar las 3 horas tirado, casi literalmente en el aeropuerto de Madrid esperando a que EasyJet lograra traer el vuelo que venía de A Coruña desviado por no se qué viento, ¡qué eso es el Cantábrico oiga! ¡O hace brisa o está lloviendo! Háganlo aterrizar a plomo.

En fin, a mí me da igual. NO contaba con llegar tan puntual como para que 5 minutos de adelanto cambien mi plan de viaje. De hecho tal plan no existe. Menuda cara me pondrían los muy hegemónicos de Alsa si ando en estos días comprando un billete para octubre. Ya lo haré, por delante queda el verano en la costa, con la playa y la montaña, con la visita de mi familia al por mayor, 13 personas que se vienen a ver si es verdad que se vive tan bien aquí, aunque detrás de Yoggui no se vea nada.


En otro orden no quiero dejar de comentar lo de la justicia torticera que tenemos y que casi seguro que nos merecemos. Bueno, no sé si nosotros, supongo que la que tenemos es justo la que merecen los malhechores. No hacen las cosas bien y no se les corrigen bien. Hay cosas que son sencillamente incorregibles cuando el daño está hecho.

Una de las últimas es lo de los policías a los que se arruinó la vida con una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid por todo aquel jaleo de atentado contra el que fuera ministro de Interior José Bono. Aquel tribunal estimó que aquella mujer que era todo maquillaje iracundo y sus secuaces armados con aquel palo de bandera fueron detenidos contra derecho. Hizo el PP de esto su caballo de Troya, enarbolando los pisoteados derechos de sus rabiosos militantes en cuantas reuniones pudiera patearse el suelo. Pues bien, a uno de los implicados le costó el cargo y otros tuvieron que cogerse la baja médica incapaces de salir a la calle para que les llamaran asesinos. Ahora llega el Tribunal Supremo, que es todo lo que se puede subir, para decir que nada de lo que aquella Audiencia estimó como cierto es verdad, y que todo lo que desechó debe ser tenido en cuenta. Vamos que parece que cada uno de ellos maneja un código distinto. Unos con toga lo ven blanco muy claro, los otros negro ceniza. Pero a nadie pasa factura, a ningún juez, la vida es como el fútbol a veces, los errores no se pagan, se recurren. Hasta que alguien observe ese detalle intrincado en la ley que se interpreta a tenor del viento, ahora en una dirección mañana en otra.

Hay otro caso de estos días muy jugoso. A un joven juez de 29 años le molestó el top less de un par de mozas en una playa de Almería, que casi seguro he pisado. Así que así en chándal, como el deporte le trajo al mundo, se fue hasta ellas para decirles que su visión semidesnuda era una ofensa al buen gusto y la decencia, cómo diría el inolvidable Ignatius J. Reilly, y que como ciudadano deportista y como juez las exhortaba a que se taparan. Ellas se opusieron diciendo que de ningún modo, que la ley les permitía ponerse en aquella playa como les diera la gana a lo que el juez respondió juntando a policía local y guardia civil para que unos u otros se las llevaran detenidas y esposadas. Luego llegó, es obvio, otro juez a resolver que aquellas mujeres no habían cometido delito alguno y las dejó libres. Pero la cuestión es, ¿y los tres días que pasaron en el calabozo? ¿Y la cara del calzonazos cuando le quedó la playa justo como quería? ¿Quién le haría pagar ser tan sinvergüenza?

Supongo que podría haber cogido su sombrilla y su bañador hasta los tobillos para irse a 200 metros de aquellas dos sin montar tanta vaina, pero prefirió quedarse a limpiar la playa. Habría que verle entrar a una moza en plan seductor. Este juez se vio en esas hace más o menos 20 años. En los últimos tiempos ha hecho alguna otra. Así nos van quedando.

Por eso, yo pido que el estudio conserve la cordura intacta de Sestea, la que le quede, que bastante desbarró el día que decidió un querer por capricho. El sábado pasado se presentó al primer examen tipo test para secretario judicial. Y parece que ha obtenido, a falta de saberlo oficialmente, más o menos 75 puntos de 100. Lo que resulta ser muy buena nota, segunda mejor de todos los que preparan con ella (76 puntos la otra). Se prevee el corte en 50. Le quedan un examen oral ante tribunal en Madrid y un práctico. Ambas cosas después del verano.

Va a ser la secretaria más bajita que se vio nunca en un juzgado. Un llavero de secretaria.

miércoles, 4 de julio de 2007

Sin despedidas

Dice Yiyi y dice bien que García Márquez no se ha despedido con aquellas letras que le parecieron tan cursis, a Márquez. Puede ser que no sean suyas y que su lectura adjudicándoselas las hiciera parecer mejores de lo que son, no vamos a negar ahora que aquello de la maleta sonaba algo extraño, aunque también es cierto que yo lo achaqué a nuestro idioma que de tan rico hace parecer unas palabras otras depende del lugar donde se dicen o escriben. Pero resulta que son de un cómico o de un ventrilocuo o similar que no solamente dota de palabras a los muñecos de trapo sino que también a los Nobel de literatura si se están muriendo o sobreviven. Después de todo, cada día uno está muriendo un poco. Un día más, un día menos. Quizá sea mejor así, si al hombre la piel se le ha convertido en papel al raso por la enfermedad, y quiere despedirse de los que le quisieron que lo haga tan secretamente como pueda. Porque probablemente eso no lo haría mejor que cualquiera de nosotros.

Reflexiono hoy acerca de que vivo de espaldas al mundo. Enterándome de las noticias con tanto retraso que a veces pienso que estoy en el centro de una burbuja, soy una isla en medio del océano y ya ni siquiera Anado.

Hoy he vuelto por aquí para sorprenderme con las visitas de Gaddira que ha sido siempre una persona de no dejarse nada dentro. Encontrando palabras para la caricia que recorra una espalda o para la desazón de un alma que no diera abasto. Con las visitas de Bosco que es amigo leal al que le tengo una gratitud inmensa lo sepa o no. Y para leer que a Yiyi le gusta visitarme de cuando en cuando, dice que vive y dice.

Yo también.