lunes, 16 de abril de 2007

Con nada que contar

¿Se acuerdan de esas veces en que me he dejado caer por aquí para no contar nada? Coincide con las veces en que pierden la paciencia conmigo más fácilmente. Será porque soy capaz de poner líneas de texto plano, auténtico encefalograma de mi cerebro. Hoy además tengo una cierta pesadez en las cejas, como si tuvieran más peso. No me refiero a los pelos en si, como es obvio, sino a algo que se ocultara debajo. El cráneo por supuesto. Puede ser que se me esté desarrollando por debajo de la piel como la mandíbula del velocista que se puso hasta las cejas de fármacos dopantes. El peso es una V entre las cejas, como un fardo lanzado a un pozo, y cuanto más cae, más cierran las pestañas.

Creo que la culpa la tiene la luminosidad de esta pantalla. Demasiado ordenador para un día tan bonito. A veces resulta cansino, como jugar al ajedrez contra Deep Blue. Mañana prometo salir a dar un paseo. Acercarme hasta la asesoría de mis nuevas amistades para ver que se cuentan. Les tengo dicho que tienen que hacerse la VISA oro porque es muy brillante. Y creo que por no oírme igual se la terminan haciendo ;).

Con lo cómodo que es llevar tarjeta para pagar las cosas y sin embargo algunos paisanos prefieren andar con perras en el bolsillo. Yo creo que es por no enfrentarse al cajero automático. Creen que se harán un lío con la pantalla y los botones.

El día que empieces a funcionar con ella te dirás cómo no lo hiciste antes.

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