el conductor, aunque
según lo q dijo lo sintió levemente en su olfato durante momentos
puntuales del trayecto. En cualquier caso quiero aclarar q yo acaso
fuera el primer perjudicado y ofrecí en mi consternación, un número
considerable de opciones, entre las q se encontraba arrojar envueltas
en una toalla-sudario las malditas chanclas al maletero, aunque
desgraciadamente no era un espacio estanco sino q venía unido al aire q
respiro y separado nada más por una maltrecha cortinilla, las más de las
veces descolocada,así q hubo q conformarse con q yo tapara los pies y
sus balsas con un bañador (seco) descartado ya tirarlas al arcén de la
carretera en marcha. Claro q aquello era como cerrarle la puerta en las
narices a un incendio. Lo q no terminaré de entender es la férrea
voluntad de la familia en cerrar ventanillas y apagar aires
acondicionados, quizá sea porque estas cosas malas se llevan mejor en la
intimidad de los tuyos. Respecto a las fotos creo haber tirado
alrededor de 250 más, como por ejemplo la q hice sentándome a horcajadas
detrás del caballo de un ajedrez gigante para tener su punto de vista
en los albores de una partida. Es decir, de fotos, progresando
adecuadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario