jueves, 26 de agosto de 2021

Hoy en el supermercado Pablo me ha dado más besos que nunca. Yo le digo si acaba de descubrir que quiere a su padre, porque es imposible que se de cuenta ahora de cuánto me gustan sus besos.

A este juego llegué sin saber que me iba a encontrar, como se llega a todo en la vida supongo. Pero no hay nada que me guste más. Hoy Pablo, que sospecha creo que me encantará oírlo, me ha dicho que siempre estará conmigo y en verdad no habrá nada mejor.

Un poco antes, en la mañana, entretenidos en algo trivial me ha dicho, No tenemos tiempo para eso! y yo me he sonreído porque sin duda me lo oyó decir a mí otras veces.

Es una esponja. Está en el tiempo de aprenderlo todo. 

Suele pedir juguetes y bolas de esas de sorpresa a un euro a menudo. Y yo le digo que no podemos comprarle juguetes cada día, que no somos ricos. A lo que contesta que él si lo es. No sé porque dice tal cosa, pero debe ser cierto porque muchas veces me dice que me va a comprar tal o cual cosa. De todos modos ayer se lo aclaré: En amor, Tú eres rico en amor.

Más tarde, por ver si se acuerda le pregunto. Pablo, en que eres rico?

En amor, contesta.

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