domingo, 22 de noviembre de 2009

Menuda cochambre

Nunca sabes si romperlo todo o esperar.

Dime por qué - Revolver



Tenía cosas que contar durante esta semana. Estaban inequívocamente relacionadas con la política, o con la sociedad. Una noticia de esas que uno no puede dejar de mencionar, del estilo de la de los pilotos de avión que se quedaban dormidos o de cháchara mientras dejan atrás el aeropuerto de destino.

Pero ahora no me acuerdo, así que me he puesto a ver unos cuantos vídeos de Antonio Vega, un poco por oír canciones que son de mi gusto y para ver los muchos destrozos que le provocó en la salud tantos años a caballo del caballo. Esto es de las drogas. Que si pudiera juntar todo lo consumido por el fulano en una sola habitación quizá se tratara de uno de los mayores alijos nunca apresados. Eso sí, se lo iba dosificando a lo largo de 30 años. Que da para bastantes mordidas.

Leo que el hombre se lanzaba con pasión lo mismo a devorar 9 ensaimadas en una tarde como a las drogas con el fervor de un amor ardiente, como si no hubiera nada más en el mundo. Dice su hermano que según incuestionables test psicológicos arrojaba una inteligencia similar a la de Einstein.

Vaya devastación Antonio. Lo curioso es que cuenta, de nuevo Carlos, que era un deportista nato, ganador de saltos de longitud de niño, alpinista, taekwondista y no sé cuantas cosas más de las que uno se enorgullecería de mostrar a las mozas con las que desee alternar. Que era en definitiva, un fenómeno física e intelectualmente.

Hay algo de voyeur, seguro en esto de asomarse al acantilado en que se despeña este tipo. Descubrir como el hombre asoma un deterioro tan evidente. Lo muy hecho puré que estaba desde hace años, por no hablar de la pinta de estar drogado hasta la médula en algunos conciertos. Un amigo de infancia y juventud se refería a gente en ese estado de ruina total como a una "cochambre" de tío.


Ahora que me acuerdo, ya sé que era lo que quería contar. Lo del juez (¿sustituto?) que ha tenido y tiene a un matrimonio viviendo con su hijo durante 16 meses porque a la vuelta de las vacaciones se encontraron con que alguien había cambiado la cerradura y estaba viviendo en su lugar dentro de su casa.

16 meses después los okupas siguen dentro. Con una fianza eso sí de 1 euro porque ¿el juez? entiende demostrado que pasan por precariedades económicas. Y siendo así no cree que sea justo ponerlos de patitas en la calle. Mejor deja fuera a los legítimos dueños.

Para que luego digan que estudiar tanto no hace daño al cerebro.


Mientras tanto el matrimonio dueño de la casa sigue pagando puntualmente el alquiler puesto que es una vivienda social y no quieren perder los derechos adquiridos. Por lo que parece que tampoco ellos se hacen canutos con billetes morados. Lo último es que los okupas están sacando cosas de la casa, como una tele para los contenedores de basura, vamos que igual les reforman la casa...

Vivimos el gobierno del desgobierno. En medio de la insensatez absoluta.


Yo creo que estas cosas no de dan más que en este país. Tiene tanto prestigio el aparato judicial que va derrochando casos dignos de ilustrar nuevos juicios y a nuevos jueces.

Imagino que a estas horas el sucedáneo de juez que toma resoluciones tan "a su criterio" debe estar yendose "a la pata abajo" con lo que se le habrá venido encima, aunque solo sea porque se le ha de señalar, necesariamente, como enajenado por la calle.

¿Pero quién les devolverá los 16 meses fuera de casa?

¿Y si los okupas hubieran entrado en la casa del propio juez? ¿Seguirían en ella a estas horas?

Yo estoy pensando que esta mía se me queda pequeña. Lo mismo tiro a Madrid y me meto, con el cepillo de dientes, en la Moncloa. Creo que Zapatero está retratando su retardo mental por el extranjero. Seguro que puedo llamar a alguien para que me cambie la cerradura.

Vaya cochambre, cochambre hacia todos lados. En todas direcciones.

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