domingo, 15 de noviembre de 2009

Volviendo

Hice un solo desafinado.

Tiramisú de limón - Joaquín Sabina



Como volver hoy si no tengo nada que contar. Porque me dirás que a estas alturas importa o no que la infanta se divorcie del Marichalar. Que ni importa ahora ni importaba antes. Las cosas como son.

Conste que vuelvo porque he comprado unos altavoces nuevos, y yo suelo escribir con música, de manera que ahora que los pruebo, me he dicho: tienes que escribir algo. ¿Pero el qué?

La primera plana de los periódicos no me transmite apenas. Y lo más curioso es que en la última semana he pensado cosas, o las he leído, o qué se yo, pero en definitiva me encontré diciendo eso de "ésto tienes que contarlo". O "tienes que escribir sobre ésto".

Lo malo es que ahora no me acuerdo. O quizá no puedo pensar del todo bien, con esta música atronadora, tan de cerca.

Son unos altavoces de esos de 5.1. Es decir 5 altavoces que te rodean hasta por la retaguardia. Y no los pongo ni cerca de la mitad de su potencia por consideración con mis vecinos, los fantasmas. Pues vivo en un edificio del que sospecho que no hay más existencia que la que Sestea y yo llevamos apaciblemente y la de un matrimonio en el piso de abajo. Lo demás son persianas cerradas.

Así que bien pensado podría ser intrépido y llevar esta música mucho más allá. Pero el hecho de que esté medio sordo (y medio ciego) no significa que se quieran suicidar mis tímpanos.

Por cierto, ¿conté que tengo gafas de nuevo? Son de diseño y de una marca de ropa, como casi todas las gafas de marca. Son fashion y eso, pero el cristal se me empieza antojar más gordo que lo razonable. Cosas de la vista, de tenerla defectuosa.

¿Pero tú no te habías operado?

Claro, me quité 6 dioptrías y media de cada ojo. Pero dejaron a sus crías hibernando y ahora se han hecho mayores. Se me han encalado en mitad del ojo con ganas de desenfoque y siendo así no me atrevo a conducir. Así que como quiera que debo conducir un poco porque haya paz, ya tengo gafas nuevas. Dos dioptrías para volver a ser yo mismo.

El que era antes.


Estamos condenados a repetirnos. Sólo que ahora con altavoces última generación.

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