lunes, 1 de marzo de 2010

La Network

Si pudiera arrancarme el corazón.

Ciega sordomuda - Shakira



Esta mañana al levantarme me asaltó un temor tremendo a la enfermedad. Que me cuestionaba lo dramático de esta vida, pues todas vistas a posteriori tienen el mismo final, y precisamente por el final es por donde se lee que la vida tiene las trazas que la hacen sustancialmente una tragedia, por el mismo imperio de la muerte. Del mismo modo que la muerte lo condiciona todo, la enfermedad puede infligir un miedo insuperable. Me espanta que este temor, que se me improvisó esta mañana sin venir a cuento, me termine tomando al asalto y me deje aterrado sin un rincón donde sentirme a salvo. Por la condena que pesa sobre todos los vivos, el temor al dolor, a una larga enfermedad y a ser infeliz, en definitiva.

Luego pasó el miedo. Llegó la rutina y apenas de aquello me queda ya un poso. Ha sido sustituido por una inquietud nueva, no tiene que ver con la prensa diaria. Hoy estoy casi a salvo porque las cabeceras de los periódicos online no han me han desasosegado lo suficiente. Y no quiero decir que no me parezca terrible el terremoto de Chile, parecemos caminar las vías del fin del mundo. Pero es que los desastres naturales me vienen del todo grandes. Es más bien que todas esas otras cosas que tienen que ver con terroristas que tienen el mal de estar poco viajados, o bien es que la boina no les deja tener miras, o las ocurrencias que tienen que ver con Chávez y todos los detalles de portada condenados a la fugacidad me parecen de un cansino, agotadores.

Mi inquietud tiene que ver con el efecto 2000 que se ha reproducido por fin, tanto temor que pasamos hace años resultó al final que estaba fundado. Pero no es que volvamos a ese guarismo, hace diez años, sino que así le ha ocurrido al mundo de la PlayStation Network, y millones de consolas se han quedado atascadas, de repente, en el 1 de Enero del año 0. En vez de cambiar a 1 de Marzo, con lo fácil que era...

Ocurre que sin embargo todos nuestros temores, todo aquel dinero que hizo rico a unos cuantos que presagiaban mil desastres al llegar al 2000, que había quien decía que volveríamos a los prolegómenos de la era industrial no ha servido de nada esta vez. Y no ha servido porque claro, el efecto 2000 en marzo de 2010 nos ha quedado como muy inoportuno. Como muy poco esperado a estas alturas con lo que las soluciones están también muy a desmano. Y ahí deben andar los ingenieros de Sony inventando algún parche que nos devuelva al día de hoy y permita que las consolas funcionen adecuadamente.

El ¡conéctate, coño! no ha funcionado.



A mí esta eventualidad me ha supuesto un contratiempo. Porque Sestea se dedica las tardes de los lunes a pintar con un grupo de expertos dibujantes con los que desentona del todo. Y yo quedo con el tiempo libre como para asomarme a ver lo que se cuece ONLINE. ¿Dónde me meteré ahora al acabar de aquí?


Sin embargo como suele ocurrir, algunas cosas malas traen consigo algunas buenas, y el suceso me ha concedido nuevas esperanzas. Si el efecto 2000 ocurre por fin el 2010 tal vez no todo lo que nos cuentan es una mentira gorda. Puede que en algunos meses o años aparezcan las armas de destrucción masiva que había que creer que tenían los iraquíes, y por fin, después de tanto tiempo Aznar tenga razón, y yo deba pedir perdón a Xuac y a tantos otros crédulos que sospechan que no se buscaron lo suficiente o que una vez halladas no encontraron suficiente eco en los periódicos, tendenciosos y de izquierdas.

Y puede que para dar de nuevo la razón a los expertos dentro de una decada o dos la gripe A sea lo que decían que iba a ser, y demos entonces salida a la montaña de inyecciones que acumulamos en grandes naves industriales, si es que para entonces no se las hemos vendido todas a precio de saldo a los países del Africa, pues si van por detrás en ciencia e innovación también se les puede acojonar a posteriori, con el mismo acojone que tuvo todo el mundo, en los que me cuento, y quizá para entonces seamos capaces de quitar la razón a los abraza farolas que de forma ventajista afirman que aquella gripe tan temida es menos dañina que la convencional de cada invierno.

Puede que en unos años les callemos la boca. Que el tiempo de y quite nuevas razones.

Que pasada. Enfermos de muerte todos

pero con la razón de nuesta parte.

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