jueves, 4 de noviembre de 2021

Si hubiera querido comprar una cafetera para la semana que viene estaría a estas horas procediendo al pago, estando a jueves muy probablemente, sí, ya la recibiría la semana que viene.

Pero si la he comprado el 5 de octubre lo normal es que ya la tenga en mis manos, es decir, que tenga ya un café humeante quemándome las manos. A no ser que Bosch Home sea el fabricante, entonces hay, para mi al menos, un 100% de posibilidades de que me envíen una máquina defectuosa, nueva pero estropeada, para que no pueda hacer café ni nada, salvo llamar al servicio técnico para preguntar qué pasa con mi cafetera. Es una estrategia de marketing genial, pues se vuelve así el café Tassimo algo inalcanzable, deseado pero inalcanzable e inmerecido, pues una cafetera es fácil de conseguir, otra cosa es que funcione y eso es algo que solo merecen algunos compradores, los más afortunados, entre los que no me encuentro.

Yo merezco por lo que se ve una cafetera sí, ya que compré el pack que la contiene al comprar el café, pero otra cosa es que pueda hacer uso de ella, ese es otro cantar. En la tesitura de enviarme las cápsulas de café vacías o la máquina rota yo soy de los de la máquina rota.

Y las cápsulas ya miras si te van en la Nespresso. Hay que comprender, yo a estas alturas de mi vida ya lo comprendo todo, estoy en una suerte de clarividencia que consigue que nada se me escape, hay que comprender decía que algo hay que hacer con las máquinas nuevas pero estropeadas, tendrán que ser para alguien, O se las van a quedar en la fábrica acumulando polvo?

Han debido saber de mí suerte en las loterías y se dicen que me envían la rota para compensar mis mañanas de mail, mocita y confeti, que suerte ya tuve bastante en la vida. Pues no me importa, mi suerte no depende de poder o no tomar un café. Hay más cosas.

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