domingo, 22 de octubre de 2006

El escote de Aznar

Leo no sin sorpresa que Aznar se ha hecho torero. O lo va pareciendo. El caso es que Aznar es de los que pone las banderillas de una en una, como si enfilara aceitunas. Está claro que es y ha sido siempre de los que va pisando huellas durante el paseíllo, quizá ahora se gasta estos desplantes porque nadie le llama.

Explico este embrollo. Por lo que se cuenta Aznar fue abordado en un acto publico, presentación de un libro, del ex-presidente Pastrana. Y la pregunta que le hicieron, que fue si se había inspirado:

"en el señor Pastrana cuando dijo el Movimiento de Liberación Vasco en su época" no debió gustarle mucho, porque la dejó sin respuesta.

Lo que sí hizo fue coger el ejemplar de la periodista Marta Nebot para firmarselo. Luego, no sabiendo que hacer con el bolígrafo supongo, tuvo la ocurrencia muy aznarina de plantarlo tieso en el escote ante sus ojos.

Eso hizo Jose María Aznar y se quedó tan fresco. Y yo que soy un fan de Aznar muy dudoso me digo si se gastó estas maneras en el cortejo de la Botella. Si quizá Aznar enciende la pasión de su doña, metiéndole cosas en el escote, como si fuera el compartimento de un archivo. Ahora que somos los mejores en baloncesto no está de más ir practicando. Que la aspiración no ha de ser llegar, sino permanecer. En cualquier caso habría que preguntarle a ella. Lo que este hecho viene a demostrar es que Aznar sigue siendo tan ordenado como lo fue siempre, y más ahora que se ha soltado la melena. Si tiene un boli él se imagina el cubilete para guardarlo en cualquier escote que se preste o no. No es de los que le tiembla el pulso, y si es cierto que en los debates se comía a sus oponentes, más por malos que por otra cosa, también es cierto que en ingeniosas maneras de acabar un encuentro no hay quien le gane. Imaginen la cara de la pobre periodista recogiendo de entre sus pechos el bolígrafo, que al menos espero que tuviera puesto el capuchón. Y qué lozano Aznar dispuesto para otra pregunta o para otro escote.

Yo creo que afloró desde el subconsciente el impulso del montañero que al coronar la montaña fija su bandera para verla y que la vean. El planta el boli con el que firma porque no es de los que se queda nada que no sea suyo y porque no sabemos si llegó a mirar a Marta a los ojos, aunque es obvio que si se entretuvo algo en su escote. Aznar que hizo cumbre planta ahora su testigo.

Aznar es libre ahora para mostrarse sin máscaras. Hace algún tiempo tenía que guardar determinadas formas. ¿Se imaginan ustedes esto mismo al CQC que antes parece que veía todo el mundo?



A mí me parece muy curioso lo de que firmara un libro que no ha escrito. Supongo que piensa que la gente quiere su firma para la biblioteca. Y no digo que esté mal. Más de uno la querría a buen seguro, aunque la lógica dice que debiera firmar únicamente los libros escritos por el mismo, puesto que entre los compradores hallará acólitos por decenas. Pero debiera abstenerse para los de los otros, pues existe el riesgo cierto de que alguien quiera cambiar el libro manuscrito por una impoluto sin su firma.



Yo particularmente cuando evoco a Aznar me quedo con su rostro algo mustio en las pasadas elecciones generales. Tras conocer los resultados levantaba el brazo de Rajoy asomado a la ventana, el gesto era del ganador, somos el número uno;

el rostro contradiciendo todo el tiempo, el del que perdió del todo.

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