domingo, 8 de octubre de 2006

Si no voy me quedo

Si no voy me quedo- digo.

Anda el país revolucionado, rasgándose las vestiduras porque la selección de fútbol se ha aficionado a hacer el ridículo sin que importe el cuando ni el donde. Uno leía estos días decir a Joaquín que la selección es un despelote y un caos. Luego, al día siguiente decía que la prensa había tergiversado sus palabras, son palabras sacadas de contexto dice, el contexto exacto es la víspera de un partido oficial y es que la seleccíón es un auténtico despelote. "Cada vez que hubo que hacer una limpia, mi nombre salió de los convocados el primero"; amigo se te vio un poco resentido, con el amor propio apuntillado, veremos cuando vuelven a llamarte.

Al día siguiente un gallo de muchas canas, el sabio de Hortaleza afirmó solemnemente serio que la selección no es un despelote, ni un caos y qué él, por viejo, sabe hacia donde van, que lleva muchos años en esto.

Lo malo es que nosotros, que de fútbol lo justo, empezamos a sospechar hacia donde vamos y no queremos ir. Por nada más que por ver un poco de fútbol que valga durante el verano, que estamos de los amistosos bien hartitos. Son mucho ruido y pocas nueces, como el juego táctico de los nuestros. No saben bien a qué juegan y así resultan poco convincentes.

Aragonés no quiere dimitir porque eso es tanto como admitir un fracaso y el hombre es capaz de los mayores engaños para encubrir los fracasos, al menos los propios, que para los de los otros tenemos por norma general menos escrupulos para admitirlos, quizá porque en el fondo los de los otros no se habrían dado en nuestras manos.

Lo mejor del asunto es que "lo del despelote" nos dio la oportunidad de pulsar, mediante encuesta, a los internautas que andan listos para todo menos para plantarle un canon a la SGAE, y así se arrojaron algunas conclusiones demoledoras. Por supuesto esta encuesta era anterior a la derrota con Suecia. A la pregunta de si "crees que la situación de la selección es un despelote" un 82% de los encuestados (entre los que me encuentro) respondieron que sí. Y votamos no menos de 20.000 almas cándidas.

El caso es que yo ahora quisiera cambiar mi voto. Porque si la selección es un despelote y un caos la cosa se va a arreglar si cambiamos a Aragonés, que está pidiendo desde su fuero interno, a gritos, ser cesado. Ponemos aquello en orden y todo en marcha. Pero me parece que el remiendo no es tan fácil. ¿Qué importa tener o no a Aragonés? ¿Qué importa que llegue a otro para tras embaucarnos de ilusión nos dejen con las mismas caras que hemos tenido siempre?

La selección no es un despelote como situación que pueda ser reparada. Es otra cosa y no tiene fácil solución. Yo si tuviera que aventurarle alguna, me quedo con coger el Valencia que es un bloque plagado de nacionales, por dar un ejemplo, y añadir los puestos que de aquel 11 ocupan los extranjeros.

Traslademos los automatismos de esos jugadores a la selección española, que está harta de juntar nombres de muchos ceros en los contratos para que se miren sin saber si presionar porque después, tiki, taka, la pasarán al que esté más cerca.

Olvidémonos sino de pedir la dimisión de Aragonés, o no se la exijamos por estas nimiedades de los resultados, todos sabemos que no van a ninguna parte, que en 100 años todos calvos, no vayamos a hacernos mala sangre por estas tonterías. Si nos dio igual que llamara a Henry negro de mierda, no vayamos ahora a sacar punta a un par de derrotas sin importancia.

Además hoy hemos madrugado subidos en el bólido de Fernando Alonso, que es asturiano como yo :)
y aunque nos saliera el chico algo bocas, como yo. Hay que reconocer que como piloto es un fuera de serie. Y un filón para la filosofía, al menos para las mías de andar por casa. Pues pensándolo bien hoy ocurrió como el año pasado con Raikkonen, lo dijo Alonso en aquella ocasión con gran gracia: Yo le presioné, ahí detrás, metido en el retrovisor hasta que se le fue todo al carajo. Simplemente se acabó rompiendo el motor.

Este finde estuve a punto de irme a Segovia, porque me he empeñado en comer cochinillo o lechazo. Caprichos de uno. Pero la cosa se quedó en agua de borrajas porque no hay manera de llegar sin tener que subir y bajar de repetidos medios de locomoción. Quien tuviera un R26 para correrlo sin pisarle. Se barajó la posibilidad de repetir Madrid en casa de mi amigo Jordi, que ahora se llama Atrehyu. Pero este finde no salió. Sestea se me quedó triste y con las ganas, y eso que las suyas eran las mismas que las mías. Lo sé porque las intercambiamos por teléfono. Así que hemos decidido hacerlo el próximo fin de semana. Ya tengo contactado al amigo y me ha dicho que el sábado nos iremos a comer a Segovia, todo por darme gusto. Y yo digo que con amigos así no podré quejarme nunca, y digo que si Sestea sonríe ya no voy a querer nada más.

Al final la vida es como dice Alonso, un presionar hasta que todo se nos vaya al carajo. No hay incertidumbre, va a pasar. Puede ser mañana o dentro de unos años. Aguantemos estoicos. Si no voy me quedo; pero iré.

Observemos cuánto tiene de heroico Aragonés, es de los que están hechos para permanecer.

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