domingo, 29 de octubre de 2006

Pensarte es tenerte

¡Cómo me dejas que te piense!
Pensar en ti no lo hago solo, yo.
Pensar en ti es tenerte,
como el desnudo cuerpo ante los besos,
toda ante mí, entregada.
Siento cómo te das a mi memoria,
cómo te rindes al pensar ardiente,
tu gran consentimiento en la distancia,
y más que consentir, más que entregarte,
me ayudas, vienes hasta mí, me enseñas
recuerdos en escorzo, me haces señas
con las delicias, vivas, del pasado,
invitándome.
Me dices desde allá
que hagamos lo que quiero
-unirnos- al pensarte,
y entramos por el beso que me abres,
y pensamos en ti, los dos, yo solo.


Pedro Salinas

sábado, 28 de octubre de 2006

La preguntita

¿Te has dado cuenta de que si camináramos solamente medio kilómetro más rápido, la vida nos daría para hacer muchas más cosas?

viernes, 27 de octubre de 2006

Los timos de Timofónica y el apogeo

(... es la carta)


Pocos dudan que Timofónica tima, el nombre lo indica. Es decir Timofónica y todos se imaginan a Telefónica erre que erre, timando un poco de aquí y otro de allá para seguir siendo todo potencia en Sudamérica, o para seguir poniendo "Timofónica" en el alerón trasero de la Fórmula 1.

Hoy, tras esperar más de lo debido, más de lo que decían que esperaría, he obtenido contestación a mi muy razonable reclamación. La carta es una joya que será debidamente presentada junto a lo que haga falta en Consumo a su debido tiempo. Pero no me resisto a traer aquí alguna de sus frases, que por supuesto no son frases exclusivas para mí, abonado demandante, como tendrán a cientos. Es más bien una carta genérica que probablemente recibimos todos alguna vez en la vida, algunas veces de un amor perdido, las más de la propia Telefónica que no da su brazo a torcer así la verdad caiga del cielo y pese 100 toneladas. Es la carta en que te dicen que lamentan comunicar que sí; pero no.

"Estimado cliente:

... para informarle de que hemos analizado su caso con detalle.

Hemos revisado el proceso en su totalidad. Se han realizado pruebas de funcionamiento de su línea, así como de nuestros equipos. No hemos detectado ninguna incidencia en los sistemas de facturación ni anomalías que pudieran haber afectado al servicio.

Por todo ello, sentimos comunicarle que el importe es correcto."


Han analizado mi caso con tanto detalle que en la carta ni siquiera se vislumbra de qué estamos hablando. ¿Sabrá este M. López, Jefe Servicio al Cliente que es exactamente lo que reclamo? La cosa resulta cuanto menos sencilla de explicar. Se me han cobrado durante 4 meses una tarifa plana que no contraté, pero eso no es lo peor. Desde marzo mi número de teléfono pertenece a Wanadoo (ahora Orange). Es decir, ni adrede, ni queriendo si quisiera (que no quiero) podría hacer llamadas que me facturara Timofónica. Ni siquiera marco un número prefijo, no lo tengo. Mi número corre bajo otra compañía ¡viva la diversidad! Es decir me cobran por una tarifa plana que no puedo gastar porque es técnicamente imposible. Poco más o menos como si uno recibiera recibos de Amena cuando su teléfono móvil es de Vodafone o viceversa. Ver para creer, estas cosas pasan, yo soy testigo, aunque no mudo. Valga este espacio para mis gritos ¿los oyes?
Pero como aún tengo un ratito más voy a seguir.

Me dicen que han analizado mi caso con detalle. Por eso me dicen que mi línea va bien, y que sus equipos van bien, ¡cómo si alguien les estuviera reclamando por un mal funcionamiento de la línea! Se ve que se han leído con detenimiento las razones de mi reclamación. Yo pago hasta el último céntimo del mantenimiento de esa línea para que funcione correctamente y no tengo queja. La queja nace cuando se empeñan en cobrar un servicio que no contraté, que no me dan, que no me podrían dar. Y lo más gracioso que entonces se da un servicio por duplicado, la tarifa plana de Wanadoo que pago de mil amores, que uso aún sin quererlo y esta otra tarifa plana de Timofónica que no puedo usar porque no hay forma de que yo pueda hacer una llamada bajo su cobertura. Quiero decir en resumidas cuentas que me han cobrado cuatro meses de una tarifa plana que tiene

0 llamadas locales
0 llamadas nacionales

Yo les pago una tarifa plana no solicitada y que no puedo usar, pero ellos me contestan que sus equipos van de lujo, que la línea que alquilo aunque ellos digan "de su línea" funciona y me agradecen la confianza y me invitan a consultar su página web si tengo acceso a Internet, para ver las grandes ventajas de "fórmula e-factura", con información detallada de este producto. Estoy aterrado, creo que de alguna forma quieren conocer si tengo acceso a la Red para incrementar mi factura con un ADSL o algo similar que tengan a bien añadir, como cargo inesperado.

Agradecen mi confianza y eso que yo con éstos siento la misma que si yo fuera un testigo y hubieran dejado libre al delincuente que mi declaración encerró.

En el fondo creo que Timofónica mantiene aquello que nos contaban, Santa Rita, Rita, Rita lo que se da no se quita, sólo que no se da, se quita; y no son estas las horas de andar devolviendo dinero ya cobrado, mejor lo guardan, por si vinieran tiempos peores, yo que sé, mera hipótesis, todos los consumidores aliados en una diabólica conspiración para exigir lo arrebatado. Por una vez, todos a una.

Han volado 46 euros de nada pero me han escrito una carta genérica, como la tuya, como la que te enviarán, pero yo ya la tengo. Aquí mismo, entre mis manos.

Con estas joyas soy capaz de unas reclamaciones realmente hermosas ante Consumo. Sino al tiempo.

miércoles, 25 de octubre de 2006

puedes cualquier cosa.

lunes, 23 de octubre de 2006

Alonso

Ayer me dio la impresión de que Fernando Alonso no tiene amigos en la Fórmula 1.

Cosas mías

Esta semana vuelvo a nadar. ¿Conté que se me caducó el bono con 7 baños gastados como la otra vez? Caducó por si solo, lo juro. Esta visto que ya no nado nada de nada.

Ahora estoy pensando si irme a correr por la paralela al camino de San Pedro, desde un extremo del pueblo hasta los pies de la playa de Sablón, que es playa porque tiene mar, sino sería un desierto pequeñito. Lo haría pero aguanto muy poco. Enseguida quiero parar porque las piernas no me dan más de si. Las tengo muy poquito desarrolladas, como si hubiera ido toda la vida bien quietecito de aquí a allá sobre un pasillo en movimiento mecánico, de aeropuerto.

La cosa es que podría empezar por nadar hoy, pero me da rabia volver a comprarme el bono cuando caducó hace tan poco. Cuando esas cosas pasan lo que me nace es no nadar durante una temporada en represalia conmigo mismo. Y lo peor en este caso es que hubiera podido pelear un baño o dos por los 20 días que se tomaron de vacaciones en la piscina ¿no debiera ese plazo, con la piscina cerrada haciendo imposible mis chapoteos, retrasar el día de caducidad?

Y lo hubiera hecho, pero estando en Madrid tuve la mala suerte de meter una de mis monedas de 2 euros, parece que a mí solamente me cambian para darme alguna de esas, en una máquina de chicles a euro la unidad, demasiado tiempo para esperar y demasiado goloso el anuncio de los chicles. Allí esperando el metro, que iba a tardar 9 minutos, recordando aquello de ¡Limaaaaaaaaa! y la otra papila gustativa oponiendo ¡... y fresaaaaaaa! Uno es humano y cae en las tentaciones mundanas sin dejarse casi ninguna. La cosa es que la moneda se quedó entre Pinto y Valdemoro. Dentro de la ranura pero sin ir más allá. ¡Cómo va a caer si aquello no tenía pendiente! Así que tras maldecir mi estampa que era la de un apuesto ex-nadador con un bonito maletín de piel italiana, me dispuse a introducir lo que fuera por aquella ranura. Lo más fácil: mi tarjeta caduca de la piscina. La hice un pitillo y anduve con el mete-saca a ver si aquello cedía o, caso más improbable, volvía hacía mi bolsillo. La cosa es que observé que la tarjeta por ajada no tenía la rigidez suficiente, o quizá al que le faltaba fuerza o tino era a mí. Así que cogí una de mis elegantes tarjetas del trabajo y volví a las andadas. Esta vez con tan mala suerte que se me quedó dentro. Y yo asomando los ojos a la ranura para ver mi tarjeta doblada, allí en medio.

Yo perdí una tarjeta y gané quizá algún cliente en Madrid, aún indeciso y asombrado con mi audacia al repartir tarjetas de visita. Por supuesto los 2 euros desaparecieron y yo sigo sin haber probado los dichosos chicles. Ahora bien, aquellos 9 minutos pasaron velocísimos. Vamos un visto y no visto. Como mis dos eurillos.

En fin, la cosa es que tras todo aquello terminé tirando la tarjeta de la piscina en la primera papelera del metro y luego la he echado de menos por nadar.

Esta semana sacaré otra y me conjuraré para gastar 10 baños en tres meses ¿seré capaz?



Otra cosa. El otro día me encontré con un matrimonio que vive en una residencia. Ambos juntos. Toda la vida.

Creo que algo así es lo que buscamos todos.

domingo, 22 de octubre de 2006

Cosas perfectas

Recordaba hace un rato el anuncio aquel de Silit Bang. Un potingue para limpiar.

Dice la señora que es una fanática del producto y nos invita a ver como lo usa a su casa. La cosa es que inmediatamente nos encontramos ante un lavabo y la buena mujer echando el fluido para dejarlo limpio. Yo desconfío mucho de los fanatismos porque creer con tanto tesón suele llevar a errores cuando no es peligroso. Yo fue escuchar lo de que era una fanática de algo y entrarme un miedo horrible, correr a cerrar las puertas y las ventanas por si acaso.

Lo bueno viene después, cuando nos damos cuenta de que la mujer no es fanática del producto en absoluto. Ve tú a saber si lo es de cosas que no dice. ¿Por qué lo sabemos? Porque el lavabo está sucísimo, a más no poder. Vamos, que a la señora no se le ocurrió pasar el paño en varios meses. Claro, así el desinfectante luce más, se ve la marca del paño y el contraste de la parte sin limpiar. Como si fuera el limpiaparabrisas de un coche. Un arco-iris de limpieza. Ya lo decía aquel mayordomo eterno: "el algodón no engaña". Lo que ocurre es que para llegar a esa imagen, brillo nuevo gracias a Silit Bang frente a suciedad de antaño hemos tenido que sacrificar la coherencia o contratar a una embustera de campeonato.

Acabo de apagar la tele. En Telecinco Antonio Lobato se hace un lío con la frasecita pretenciosa que ha acuñado para dar el título Mundial a Fernando Alonso. "El laberinto de Alonso". Dice que fue largo, lo que puede ser largo es el tiempo que le llevó recorrerlo, un laberinto si es algo, es intrincado. Más bien suena a frase chapucera, como chapucero es el tipo que repite hasta la saciedad aquello de "que si pestañeas te lo pierdes" para referirse a unas carreras que duran 2 horas largas.

En fin, quizá ya no quedan cosas perfectas. O tal vez sí. Algunos puntos de los que gana Federer al tenis o algún fragmento de Vargas Llosa o García Márquez en una de sus novelas irrepetibles.

La semana pasada por 6 euros, "El coronel no tiene quien le escriba" y "El amor en los tiempos del cólera". Absolutamente recomendable.

Tiro de lejos

Voy a probar si soy capaz de publicar en este sitio sin necesidad de cargar la web en el navegador. Haciendo uso nada más del cliente del correo. En teoría yo envío un correo a una dirección específica y debiera salir publicado... ¿funcionará?

Lo sabremos en un instante. Porque este fragmento no verá la luz sino es de esta manera.


Otra cosa, me consta que recibo alguna visitilla, amigos que luego me dicen que leyeron tal o cual cosa. Por estar al corriente de como ando nada más. Si vienes deja un comentario. Después de todo no me creo que alguien se lea mis chorradas para estar de acuerdo. Y si además me firmáis el libro de visitas, entonces...


... feliz hasta la médula; feliz.

El escote de Aznar

Leo no sin sorpresa que Aznar se ha hecho torero. O lo va pareciendo. El caso es que Aznar es de los que pone las banderillas de una en una, como si enfilara aceitunas. Está claro que es y ha sido siempre de los que va pisando huellas durante el paseíllo, quizá ahora se gasta estos desplantes porque nadie le llama.

Explico este embrollo. Por lo que se cuenta Aznar fue abordado en un acto publico, presentación de un libro, del ex-presidente Pastrana. Y la pregunta que le hicieron, que fue si se había inspirado:

"en el señor Pastrana cuando dijo el Movimiento de Liberación Vasco en su época" no debió gustarle mucho, porque la dejó sin respuesta.

Lo que sí hizo fue coger el ejemplar de la periodista Marta Nebot para firmarselo. Luego, no sabiendo que hacer con el bolígrafo supongo, tuvo la ocurrencia muy aznarina de plantarlo tieso en el escote ante sus ojos.

Eso hizo Jose María Aznar y se quedó tan fresco. Y yo que soy un fan de Aznar muy dudoso me digo si se gastó estas maneras en el cortejo de la Botella. Si quizá Aznar enciende la pasión de su doña, metiéndole cosas en el escote, como si fuera el compartimento de un archivo. Ahora que somos los mejores en baloncesto no está de más ir practicando. Que la aspiración no ha de ser llegar, sino permanecer. En cualquier caso habría que preguntarle a ella. Lo que este hecho viene a demostrar es que Aznar sigue siendo tan ordenado como lo fue siempre, y más ahora que se ha soltado la melena. Si tiene un boli él se imagina el cubilete para guardarlo en cualquier escote que se preste o no. No es de los que le tiembla el pulso, y si es cierto que en los debates se comía a sus oponentes, más por malos que por otra cosa, también es cierto que en ingeniosas maneras de acabar un encuentro no hay quien le gane. Imaginen la cara de la pobre periodista recogiendo de entre sus pechos el bolígrafo, que al menos espero que tuviera puesto el capuchón. Y qué lozano Aznar dispuesto para otra pregunta o para otro escote.

Yo creo que afloró desde el subconsciente el impulso del montañero que al coronar la montaña fija su bandera para verla y que la vean. El planta el boli con el que firma porque no es de los que se queda nada que no sea suyo y porque no sabemos si llegó a mirar a Marta a los ojos, aunque es obvio que si se entretuvo algo en su escote. Aznar que hizo cumbre planta ahora su testigo.

Aznar es libre ahora para mostrarse sin máscaras. Hace algún tiempo tenía que guardar determinadas formas. ¿Se imaginan ustedes esto mismo al CQC que antes parece que veía todo el mundo?



A mí me parece muy curioso lo de que firmara un libro que no ha escrito. Supongo que piensa que la gente quiere su firma para la biblioteca. Y no digo que esté mal. Más de uno la querría a buen seguro, aunque la lógica dice que debiera firmar únicamente los libros escritos por el mismo, puesto que entre los compradores hallará acólitos por decenas. Pero debiera abstenerse para los de los otros, pues existe el riesgo cierto de que alguien quiera cambiar el libro manuscrito por una impoluto sin su firma.



Yo particularmente cuando evoco a Aznar me quedo con su rostro algo mustio en las pasadas elecciones generales. Tras conocer los resultados levantaba el brazo de Rajoy asomado a la ventana, el gesto era del ganador, somos el número uno;

el rostro contradiciendo todo el tiempo, el del que perdió del todo.

miércoles, 18 de octubre de 2006

Pasatiempos

Tengo los ojos inyectados en sangre. Miro en rojo y la culpa es del ordenador. Llevo toda la tarde a cuestas con la pantalla, como si en la mañana no hubiera tenido bastante.

Acabo de terminar de actualizar la web de Menuts del Món. Esta gente va en serio y les ayudo cuanto puedo.


Anteayer estuve viendo el Cese-i y me maravilló lo listos que son todos esos policías, son como Robocop que era mitad máquina, mitad humano; ellos son cuarto y mitá de científico y el resto de polis de chalequito estilo FBI pero en CSI. Listos y dedicados en cuerpo y alma al trabajo. Jo que no se tiran los trastos los unos a los otros, que no dicen ¡dejemos eso pa luego! Con la afición que hay en España a mirar como trabajan lo otros, que entrañables esos mirones que observan apaciblemente como algunos obreros se esloman a picar el tabique dichoso del edificio que va con retraso, y esos otros obreretes que están a cada paso diciendo que se hizo la hora del almuerzo y es cierto que se hizo.

Decía que estos polis de la tele no se permiten una licencia, no tienen vida personal, dedican cada segundo de sus días a resolver los desaguisados de Nueva York o Miami, y a veces en capítulos como el del otro día el prota de Miami viaja a resolver los de NY y el de NY vuela a Miami a recabar nuevos datos, pa comparar el ADN o lo que sea con el ordenador de los otros.

Pero lo mejor de todo son las explicaciones entre ellos. Se dicen:

- He encontrado Troruro de Trasario en el escenario (del crimen o crimenes)- se le queda mirando y continúa- ya sabes lo que eso significa. A lo que opone el otro.
- Sí, el vehículo iba al ralentí cuando la bala rebotó contra el maxilar antes de alojarse en el coxis. El asesino sin duda estaba ya pendiente de la huida y segregaba jugos pensando en las viandas de la celebración por el crimen.

Uno escucha todo eso y piensa que son listísimos. Lo son sin duda, yo todavía no he encontrado uno sólo que le dijera al otro, francamente, con encogimiento de hombros si es preciso:

-Joder, no sé de qué carajo me estás hablando.

Y es que las explicaciones que se dan unos a otros no son en realidad para ellos sino para nosotros, que ni matamos a nadie ni resolvemos siquiera un maldito crucigrama. Parece que se examinan los unos a los otros constantemente pero en verdad antes incluso de interrogarse ambos saben que el otro sabe la respuesta, está escrita en el puñetero guión.

Por otro lado me llama la atención el poco aprecio que se profesan. Desde luego si yo fuera uno andaría siempre detrás de la rubia esa tan profesional, le diría que me importa más bien poco lo del microscopio, que mejor si mira otra cosa (aunque no necesitará el microscopio :P)

(¡me refiero a mi napia!)

En fin, esta gente del CSI son super-hombres y super-mujeres. De gran preparación. No es extraño que no dejen caso irresoluble ni malo castigado, cada cuál según un modo y manera. Yo desde luego si me contara entre ellos iría siempre con la bata blanca de científico. Me dirían en la calle "hola doctor" pa que les recomendara una receta, sólo ellos pueden, y yo aclararía:

- Perdona; CE, SE, I de incógnito, no te confundas.

Y ante los malos siempre preparado con los guantecitos puestos, pa decirles bien claro que cualquiera toca la cochinería esa de las visceras. Que hay que ser cochino.


Cambiando de tema, ya he nombrado a mi amigo Jordi que es actor en Madriles, que empezó conmigo en El Baúl y continúo en Teadret. La cosa es que hoy hablé por teléfono con él mientras veía el "Bricolocus" que es un programa de bricolage, de gente que es mu buena con las manos y mu poco con la boca. La cosa es que ver aquel fenómeno me dio una idea.

Hacer un programa de ese estilo pero con tareas obvias y que controla todo hijo de vecino, hasta yo. Es decir, un tipo grabándonos cámara al hombro mientras lavamos los platos y nos adornamos con comentarios del tipo:

-Ojito con esto, el agua ni muy fría ni muy caliente o corremos el riesgo de quemarnos. Metemos las zarpas en la pila.

Todo dicho muy serio.

-Ahora colocamos el plato pa que escurra en esta ranura del cachivache de plástico. Haremos por introducirlo de pie pa que quepa.

O tareas minuciosas que exigen gran concentración como por ejemplo cambiarle a las llaves el llavero. Pasar la llave por la rueda enroscá describiendo como lo vamos haciendo. Explicarlo con un par de llaves esperando que pa la tercera nuestro espectador ya haya cogido el tranquillo.

Mi amigo dice que es una idea cojonuda, pero no sé si tanto :D

Bueno, mañana será largo.

Piro a la ducha.


lunes, 16 de octubre de 2006

Aunque nadie nos lea

Medio banner Aunque nadie nos lea - 2004

Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol.

Silvio Rodriguez.

Los recursos de Timofónica

o los timos de Telefónica.


Allá por Julio, con la factura de Timofónica en una mano, con el terminal en la otra llamé al 1004. La razón, bien sencilla. En la factura me cobraban una tarifa plana de llamadas nacionales que no tenía contratada, o por ser más preciso, no tenía contratada con ellos. Con ellos solo la línea de teléfono, todo lo demás, ADSL de 1MB y llamadas nacionales con Wanadoo desde el principio.

Un chaval muy majo me dijo que en 10 días me ingresarían aquellos 26 euros en mi cuenta, que perdiera cuidado, que había puesto una reclamación y que ese dinero me sería devuelto ipso facto (o casi). La cosa parecía sencilla y mi caso, de claro, cristalino.

Tan fácil parecía que a mi se me fue de la cabeza. El caso es que dos meses después recibo una nueva factura. Y como era de esperar no solo no me devuelven los 20 euros (me cobraban 6 por no se qué razones que tienen que ver con aquella promoción y que di por buenas) sino que me cargan por el mismo concepto 26 más pa escarmiento. ¿No quieres sopa? Dos tazas.

Situemos el asunto en el 28 de Septiembre. Vuelvo a llamar. Una muchacha me atiende haciéndose cargo, allí no consta ninguna reclamación - aclara, pero ella la va a poner en mi nombre. Porque la gente como yo necesita a otros que intercedan ante organismos del tamaño de Timofónica. Y si entonces no se dio, quizá se de esta vez. Yo pensé si esta reclamación no sería como la otra algo soñado, puede ser que mis sueños paguen tarifa plana de teléfono, y ellos sí la tengan concertada con Telefónica. No; esta vez estaba despierto y para que aquello no fuera etéreo como el limbo que no existe, le pedí por favor que me diera el número de la reclamación, a lo que se prestó solícita y nerviosa, quizá porque el común de los mortales se conforma con saber que la reclamación está puesta sin ir más allá (exactamente como yo en mis días de mayor inocencia, tanto tiempo atrás). Lo que ocurre es que a mi la fe en Timofónica se me había ido resquebrajando, o quizá mi fe dictaba que corría grave riesgo de ser tomado por tonto, o peor aún por más tonto de lo que soy. Algo me decía que podía estar al borde del timo, un timo por duplicado.

En 10 días obtendrá respuesta me dijo. Y yo le dije que muchas gracias tras cerciorarme que al menos ya se me dio de baja de ese servicio no contratado pero pagado, más que nada por asegurarme al menos una factura limpia de sobre gastos para la próxima vez. Entonces en dos meses, hoy en algo menos. Sí, me dijo. He procedido a darle de baja. Y yo quede tan disconforme como puede quedar alguien que siente, dentro de si, en el fondo de su alma, que un ente mayor que uno mismo, en verdad inmenso, está jugando al que pudo ser y no fue, en el mundo virtual de las llamadas telefónicas que no se hacen pero se pagan, ficción y verdad mezcladas con la sensación de que nada es real.

Hoy día 16 vuelvo a llamar y puedo decir que aquella reclamación existe, que aquellos números que ya confirmé ciertos no han arrojado ninguna respuesta.

Probablemente Timofónica necesita más tiempo para concluir que debe devolver dinero a uno de sus abonados. Le cuesta a la empresa deshacerse de una porción (aún infinitesimal) de sus ingresos. Saben que no contraté nunca esa tarifa plana, saben que no hay una sola llamada a través de ellos, que utilizo otra operadora, pero eso no les vale. Necesitan más tiempo, para ellos es mejor guardar lo que no les corresponde. Hacer hucha gorda. Después de todo existe alguna posibilidad de que yo lo olvide (en realidad muchas), alguna de que sufra un accidente, o alguna incluso de que en la espera muera y nadie vaya en mi lugar a pedirles lo que me cogieron de la cuenta como quien mira para otro lado.

Hoy pregunté por la manera en que puedo ponerles una reclamación ante Consumo, porque un idealista como yo aún espera que alguien venga en ayuda, sin necesidad de un traje ajustado de mallas, no necesito un superhéroe que venza al gigante de anchas raíces y largas manos. Me basta con alguien serio desde algún organismo oficial dispuesto a dar la cara por los pobres hombres y mujeres que nada más observan los tejes y manejes de estas grandes empresas. Nos avasallan lo propio pero no tenemos porque permanecer callados. Puede que no podamos hacer mucho más que quejarnos, pero supongo que a alguien le importara. Alguien dirá ¡señor mío, hasta aquí hemos llegado!

Me ha dicho que no hay otra que ir directamente ante Consumo (que me queda bastante lejos aunque ella no lo sepa) o incluso poner una segunda reclamación acerca de la primera. Reclamar una solución para la primera reclamación mediante una segunda reclamación. Algo así como el camarote de los hermanos Marx en reclamaciones, sin partes contratantes pero con un porrón de números reclamantes.

La sensatez en ese instante me decía que no conviene saturar el canal de reclamaciones de la compañía, que está visto sufre de cierta parálisis, con nuevas, sospecho que es un embudo y por querer entrar todas al tiempo no pasó ninguna, pero tras meditarlo un segundo y seguro de que la muchacha que me ofrecía esa opción suponía que sensatamente rehusaría me vi diciendo que sí. Parecía que no iba a querer y quise. ¡Qué diablos! Pongamos una segunda reclamación, por la que no me pusieron cuando dijeron que la pondrían, por la espera que no ha sido de diez días sino ya de 18 y sin noticias. Super reclamemos a Timofónica por sus infinitos recursos, por sus mangoneos, por sus esperas que no son suyas sino mías.

Dentro de cada uno late un justiciero, y a mí me nacería ponerles una cada día, contra-reclamación diaria tras las comidas, como las siestas. Si fuera otro caso ya les habría devuelto los recibos, pero dependo de la línea de teléfono como un embrión del cordón umbilical de su madre. Me asomo a Internet y al teléfono todos los días y no me cuesta admitir que los necesito. Wanadoo lo sabe, y por lo que se ve, Telefónica también lo sabe.

Dicen que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro son los tres objetivos para una vida. Yo he cumplido ya dos, porque reclamar a Timofónica es algo así como plantar un árbol o al menos una planta. Se requiere para ver los resultados, en ambos casos, mucha paciencia. Uno necesita de un riego diario y el otro, quizá, de infinitas reclamaciones.

He escrito algo, no un libro todavía, puede que más adelante. Cuando más mayor tenga más cosas que contar. Pero a malas este Vivo y digo, debidamente mecanografiado a doble espacio daría para calzar una mesa de sobra.

Me falta el niño. Cualquier día de estos.

domingo, 15 de octubre de 2006

La Reina del Sur

Hoy lo acabé.

Volver

Hoy empecé a correr a las 10:30 de la mañana y no he parado, en autobús, hasta las 7 de la tarde. Ahora bien éste ha sido un finde muy distinto. Estuve en Madrid y estuve en Segovia, comí cochinillo asado y cené el sábado cerca de las 12 en un chino de la capital.

Madrid es una ciudad con mucho encanto y con casi de todo, en grandes dosis.



Intenté tragar una biodramina esta mañana para evitarme la posibilidad de un mareo pero no tenía agua con la que acompañarla, así que metí la pastilla en la boca para nada. Lo único que conseguí fue que su color amarillo se me quedara en la lengua con muy mal sabor de boca.

La verdad es que estoy cansadísimo y sospecho que algo enfermo, no me voy a entretener, solamente contar que esta tarde me dijo Sestea que tras despedirme en la estación de la Avenida América coincidió en el vagón de metro con un chico ciego que cantaba con su guitarra: "Gracias a la vida que me ha dado tanto". La gente le ponía las monedas directamente en una riñonera. Ella lo persiguió porque al pasar por su lado para bajar no podía verla. Tiene razón, dice que fue triste, notoriamente triste y a la vez hermoso.

No tengo ganas de hablar. Decía Tim Robbins a Morgan Freeman en aquella película extraordinaria, "Cadena perpetua".

Hay dos caminos:

empeñarse en morir o empeñarse en vivir.

jueves, 12 de octubre de 2006

Ilusiones

Los críos son ricos. Vale que no tienen nada, nada de ellos en exclusiva, pero tienen en abundancia algo que los adultos vamos perdiendo, que nos vamos dejando en el camino con los años. Miles de ilusiones por las cosas más nimias.

Es muy probable que como me recomienda algún compañero de trabajo, que como pienso yo mismo, éste sea el momento de adquirir un cochecito para circular de pueblo en pueblo en mis ratos de ocio, como un afilador sin anunciarme. Para hacer escapadas a Santander o a Oviedo para llenar el maletero en un Mercadona, antes los encontraba a cada paso. Escapadas a Bilbao para mirar devotamente el escudo de mi Athletic en la fachada de San Mamés, para olvidar por un momento el pozo de la clasificación en el que estamos.

Aparece en el mercado el 207 que viene a suceder al 206, que por consiguiente bajará de precio, aparece el nuevo Corsa con esos muñequitos tan graciosos, y uno piensa que ahora es el momento de lanzarse como un tiburón sobre uno de esos coches descatalogados, que tienen que quitarse de encima mejor pronto que tarde.

Y entonces llega la noche de la revelación. Cuando al cerrar los ojos uno se da cuenta de que si no me muevo más no es porque no tenga un flamante vehículo esperando frente a la acera, es simplemente porque no me nace. ¿Por qué meterse entonces en pagos de 12.000 euros que no tengo? Y aunque para esto haya una solución, ¿por qué el incordio de un seguro? ¿Por qué volver a las gafas, a la fuerza, por no ver lo suficiente de noche?

Así que me convierto en un puntito que camina de arriba a abajo por la calle principal del pueblo. Un punto miles de kilómetros por debajo de los satélites del GPS. Y llego a la conclusión que la compra de un coche que esperaba repleta de ilusión tendrá que esperar, porque así no me nace, porque así, ahora, la ilusión no me alcanza.

Y si quien me visita no trajo su propio coche, entonces nos subiremos en autocares que conduzcan por nosotros; están hechos a mi medida.


Ayer cumpliendo los planes trazados volví al Día y me compré una caja de 800 gramos de langostinos medianos, perfectamente formados como un batallón dormido de alrededor de 50 piezas. He abierto la caja está mañana para intuir que de haber podido me hubieran mirado como diciendo "no serás capaz",

soy capaz de casi todo,

pero estaban congelados.

martes, 10 de octubre de 2006

YampqmaY

Yo he tenido ya algunos nombres en Internet, y tras ellos siempre he estado yo. No he sido de los que entran en un chat y se inventan a alguien distinto, lo cierto es que los chats me quedan muy lejos a no menos de 12 años, que son muchas vidas. Alguien me dijo una vez que un día y medio podía cambiarlo todo. Que no habrá cambiado desde entonces.

Aunque lo cierto es que si uno se pone a pensar en el pasado descubre que apenas parece nada, o quizá me parezca a mi sólo por aquello de que ando desprovisto casi por completo de memoria. Pensaba estos días que al fin todas las vidas no son sino fragmentos de pasado, pero si apenas se conserva del pasado una sopa de letras confundida, la vida entonces parece un paisaje entrevisto tras una cortina fina, el despertar embotado tras una siesta a destiempo. Los primeros minutos tras abrir los ojos, uno no sabe bien la hora que es ni casi donde está.

Yo me llamé Properio en el principio de los tiempos, luego me llamé Anado y por un breve plazo de tiempo YampqmaY que es un nombre muy de mi gusto, aunque no significa nada de nada. Y acoger este otro no supuso renunciar a ninguno de los otros. En realidad los nombres son como los estados de ánimo, nos los van a poner o nos los pondremos por nosotros mismos.

La cuestión es que hace unos días me abrí un correo nuevo: YampqmaY@gnnail.com (el error es muy querido para evitar esos implacables motores de búsqueda pro spam). La verdad es que no necesito ese correo, me bastan de sobra los que ya tengo. Las razones, que las hay vienen al caso pero son cosa mía y no tienen ninguna importancia.

Me gusta YampqmaY porque es una palabrita que se mira en un espejo y se encuentra reflejada, con lo que cuesta reconocerse, también porque visualmente me parece un castillo, con sus dos almenas a los lados, con su puerta en todo el centro. Es el castillo que tengo desde hace unos años. Pero ahora lo pongo de actualidad como si fuera una prenda encontrada en un armario, con lo poco amigo que soy yo de cambiar de chaqueta, más bien soy de los que me empecino, de los que se enroca en según que ideas, de los que refugiados en el castillo asoman la nariz desde la torreta.


Esta tarde estuve en el Día haciendo la comprilla de lo que comeré mañana, yo iba con la idea de adquirir una bolsa de paella valenciana congelada que sabe mejor de lo que suena, pero no tenían. Están cambiando las cosas de frigoríficos, lo que me dio la oportunidad de comprobar que por 6,50 me puedo llevar un buen puñado de langostinos para hacer a la plancha, así que hoy no que andaba corto de efectivo, pero quizá mañana me la compre para pasado. Hoy cogí un arroz tres delicias con marisco ¡juas!, con surimi que debe ser algo bueno y casi exclusivo, que diferencia estos arroces tanto como las tres tortillas. También unos flanes bizcocheros con miel y mis zumos de naranja.

Lo curioso es que según entro me doy de bruces, inopinadamente, sin esperarlo, con una mesa grande, más grande que una de ping pong, llenita hasta los topes de turrones. ¿Ya? Hoy ha sido el primer día, 10 de octubre, que se anuncian las navidades en la vuelta de la esquina.

Mañana compro los billetes a Madrid para el fin de semana. Ya tengo los horarios, respecto al itinerario me vale con que lo sepa el conductor.

Piro a la ducha.

lunes, 9 de octubre de 2006

Confesiones

Es tan buena la programación de sobremesa que yo me como la pizza viendo el Tomate. Sé que en la 2 siguen echando documentales, a los que fui tan aficionado hace algún tiempo, pero es que resulta que en cuanto en los documentales me meten a un paisano para explicar las cosas, me entra un aburrimiento soberano. Yo soy de los de ver el Sherenguetti, los ñus que son los toros que toreaba Paquirri tísicos perdidos, y los leones intentando que nadie les quite el mando de la manada que da derecho a muchos ratos con cada hembra.

Creo que si yo fuera un león sería uno de esos jóvenes que van siempre paseando por los límites del territorio sin molestar a nadie, que no parecerían amenazadores ni bostezando, con las dos patucas delanteras perdidas de barro por meterlas, sin querer, en cada charco.


Así que termino humano pero avergonzado de mí, mirando el Tomate, al tipo ese de la lengua viperina y muchas plumas y a esa moza tan bien terminadita, con todo lo que hay que tener donde hay que tenerlo. Con esa naricilla de bisturí, como si importara.

El caso es que este es un programa que debe su esencia, todo lo que es a la Pantoja. Porque esta mujer entretiene a España mucho más que un partido de fútbol de los de Aragonés. Fue la viuda de este país y lloró las penas con un chorro de voz que no se resiente con los años. Ahora tiene a su pareja en la cárcel por hacer lo indebido, que no es lo mismo que no hacer lo debido. Y uno concluye que el amor tiene muchas caras o ha de tenerlas porque Julián Muñoz tiene poco de torero por la facha y las maneras. Y que de Paquirri a Julián Muñoz hay un camino invisible que es la capacidad de enamoramiento de una mujer.


El caso es que hoy me llamó la atención observarla en las imágenes de un concierto que dio estos días, en los que a voz en pecho exclamaba, incondicionales bajo el escenario, aquello de que hoy quería confesar que está enamorada, pero en vez de, el corazón encogido, húmedos los ojos proclama: "hoy quiero confesar que sigo enamorada".

Y ese sigo en vez de estoy tiene un valor especial porque es una reivindicación a los 4 vientos, que viene para acallar los rumores, puede acabarse la libertad para encontrarse con la persona amada pero no se acabó el amor. Digan lo que digan los expertos del chismorreo, quizá es verdad que, como opinan algunos, el amor verdadero es irrompible. Y si hoy confiesa a los otros es porque llegó a esa conclusión antes, cuando la soledad por cotidiana no es algo extraño.

O quizá Isabel Pantoja sigue enamorada de Paquirri, entonces su mal es irremediable, porque no debe haber nada peor que estar enamorada de una persona que no está ni podrá estar nunca. Entonces el tiempo por vivir vale de bien poco.



Volví hace un rato del camino de San Pedro. Es un camino verde que da a los acantilados donde se estrella con fuerza desigual el Cantábrico, que aquí no debiera ser sino Asturiano, reclamemos al mar los mismos dibujos que ponemos a la tierra. Allí marché a media tarde con mi chaqueta de piel marrón que compré en Oviedo, hará pronto un año. No hacía día para tanto desde luego, que hoy ha hecho muy bueno tras la tormenta de anoche. Un sol de playa. Pero como imaginé una vez allí, sentado en un banco frente a los acantilados, desde lo alto, no estuvo de más. Sobretodo cuando fue bajando el sol camino de su ocaso. Tras un rato, pasadas las 8 de la tarde, cuando para leer a Reverte tenía ya que esforzar la vista, cuando el césped ya no era más que una mancha verde sin flecos, decidí que era un buen momento para regresar. Y fue al levantarme para ponerme en camino cuando reparé en que mi vida, a ratos, parece una novela.

domingo, 8 de octubre de 2006

Si no voy me quedo

Si no voy me quedo- digo.

Anda el país revolucionado, rasgándose las vestiduras porque la selección de fútbol se ha aficionado a hacer el ridículo sin que importe el cuando ni el donde. Uno leía estos días decir a Joaquín que la selección es un despelote y un caos. Luego, al día siguiente decía que la prensa había tergiversado sus palabras, son palabras sacadas de contexto dice, el contexto exacto es la víspera de un partido oficial y es que la seleccíón es un auténtico despelote. "Cada vez que hubo que hacer una limpia, mi nombre salió de los convocados el primero"; amigo se te vio un poco resentido, con el amor propio apuntillado, veremos cuando vuelven a llamarte.

Al día siguiente un gallo de muchas canas, el sabio de Hortaleza afirmó solemnemente serio que la selección no es un despelote, ni un caos y qué él, por viejo, sabe hacia donde van, que lleva muchos años en esto.

Lo malo es que nosotros, que de fútbol lo justo, empezamos a sospechar hacia donde vamos y no queremos ir. Por nada más que por ver un poco de fútbol que valga durante el verano, que estamos de los amistosos bien hartitos. Son mucho ruido y pocas nueces, como el juego táctico de los nuestros. No saben bien a qué juegan y así resultan poco convincentes.

Aragonés no quiere dimitir porque eso es tanto como admitir un fracaso y el hombre es capaz de los mayores engaños para encubrir los fracasos, al menos los propios, que para los de los otros tenemos por norma general menos escrupulos para admitirlos, quizá porque en el fondo los de los otros no se habrían dado en nuestras manos.

Lo mejor del asunto es que "lo del despelote" nos dio la oportunidad de pulsar, mediante encuesta, a los internautas que andan listos para todo menos para plantarle un canon a la SGAE, y así se arrojaron algunas conclusiones demoledoras. Por supuesto esta encuesta era anterior a la derrota con Suecia. A la pregunta de si "crees que la situación de la selección es un despelote" un 82% de los encuestados (entre los que me encuentro) respondieron que sí. Y votamos no menos de 20.000 almas cándidas.

El caso es que yo ahora quisiera cambiar mi voto. Porque si la selección es un despelote y un caos la cosa se va a arreglar si cambiamos a Aragonés, que está pidiendo desde su fuero interno, a gritos, ser cesado. Ponemos aquello en orden y todo en marcha. Pero me parece que el remiendo no es tan fácil. ¿Qué importa tener o no a Aragonés? ¿Qué importa que llegue a otro para tras embaucarnos de ilusión nos dejen con las mismas caras que hemos tenido siempre?

La selección no es un despelote como situación que pueda ser reparada. Es otra cosa y no tiene fácil solución. Yo si tuviera que aventurarle alguna, me quedo con coger el Valencia que es un bloque plagado de nacionales, por dar un ejemplo, y añadir los puestos que de aquel 11 ocupan los extranjeros.

Traslademos los automatismos de esos jugadores a la selección española, que está harta de juntar nombres de muchos ceros en los contratos para que se miren sin saber si presionar porque después, tiki, taka, la pasarán al que esté más cerca.

Olvidémonos sino de pedir la dimisión de Aragonés, o no se la exijamos por estas nimiedades de los resultados, todos sabemos que no van a ninguna parte, que en 100 años todos calvos, no vayamos a hacernos mala sangre por estas tonterías. Si nos dio igual que llamara a Henry negro de mierda, no vayamos ahora a sacar punta a un par de derrotas sin importancia.

Además hoy hemos madrugado subidos en el bólido de Fernando Alonso, que es asturiano como yo :)
y aunque nos saliera el chico algo bocas, como yo. Hay que reconocer que como piloto es un fuera de serie. Y un filón para la filosofía, al menos para las mías de andar por casa. Pues pensándolo bien hoy ocurrió como el año pasado con Raikkonen, lo dijo Alonso en aquella ocasión con gran gracia: Yo le presioné, ahí detrás, metido en el retrovisor hasta que se le fue todo al carajo. Simplemente se acabó rompiendo el motor.

Este finde estuve a punto de irme a Segovia, porque me he empeñado en comer cochinillo o lechazo. Caprichos de uno. Pero la cosa se quedó en agua de borrajas porque no hay manera de llegar sin tener que subir y bajar de repetidos medios de locomoción. Quien tuviera un R26 para correrlo sin pisarle. Se barajó la posibilidad de repetir Madrid en casa de mi amigo Jordi, que ahora se llama Atrehyu. Pero este finde no salió. Sestea se me quedó triste y con las ganas, y eso que las suyas eran las mismas que las mías. Lo sé porque las intercambiamos por teléfono. Así que hemos decidido hacerlo el próximo fin de semana. Ya tengo contactado al amigo y me ha dicho que el sábado nos iremos a comer a Segovia, todo por darme gusto. Y yo digo que con amigos así no podré quejarme nunca, y digo que si Sestea sonríe ya no voy a querer nada más.

Al final la vida es como dice Alonso, un presionar hasta que todo se nos vaya al carajo. No hay incertidumbre, va a pasar. Puede ser mañana o dentro de unos años. Aguantemos estoicos. Si no voy me quedo; pero iré.

Observemos cuánto tiene de heroico Aragonés, es de los que están hechos para permanecer.

jueves, 5 de octubre de 2006

Razón

O no entendí el libro o la vida, pero para mí que a Don Quijote, le llenó Dulcinea la cabeza, de molinos de viento.

miércoles, 4 de octubre de 2006

Palabras

Vuelvo y leo por encima lo escrito y encuentro que he dicho "Como una canción de Lluis Llach que viene cargada de recuerdos" y pienso entonces que me gusta más un "llega" en el lugar de ese "viene". Y lo cambio.

De manera que esto sigue siendo Vivo y digo pero ya no digo de primeras, me corrijo. Modifico lo escrito, de manera que las palabras pasan por varios filtros, se pierde espontaneidad, se gana tal vez alguna otra cosa.

Es que sé bien que una palabra puede cambiarlo todo. No en este caso desde luego, pero sí en otros. Decir o callar conduce por caminos distintos. Hay un destino determinado detrás de cada palabra, qué díficil entonces.

No se trata de acertar, se trata de vivir.

Renovando nowarsoft.com

Emblema optimizado para fondo blanco

Hace unos años compré, con toda la ilusión del mundo, un dominio que fuera el primero de un proyecto, alojamiento además de muchas otras webs que llegaran después. Estuve pensando un nombre y encontré uno que colmaba mis aspiraciones.

nowarsoft

Jugaba con la idea de esas tres palabras, no de ninguna, war de guerra, soft de suave. Era sin duda una consideración a tener en cuenta. Ninguna lo es. En todas hemos perdido. O esa otra que debía ser un principio irrenunciable de cualquiera, que lo fue antes de que en estas cosas se crearan también partidarios y retractores, No A La Guerra. A esta y a todas las que seamos capaz de inventarnos para sacar los ojos al que piensa distinto, al que no hace lo que queremos que haga. Y ese soft intruso pero tan apropiado desde que Micro-soft existe que parece que fue desde el principio de los tiempos, desde que Bill Gates decidió llevar los iconos de Apple a todos los ordenadores del mundo.

Ahora aquella idea ha quedado aparcada como una reliquia del pasado, como un juguete de valor entrañable. Como una canción de Lluis Llach que llega cargada de recuerdos.

Hoy renuevo el dominio un año más. Lo renuevo primordialmente porque es el portal del que depende Annlea y todo lo que llevamos escrito desde hace tanto, allí conseguimos entretener el tiempo para que apenas discurra; porque de su espacio infinito cuelga aún aquel periódico que quise en Internet Planeta Mundo, escrito por gente como nosotros, para contar lo que pasa con nuestras propias palabras, que a fin de cuentas es todo nuestro bagaje, lo renuevo por el esfuerzo del pasado, por esas otras webs, la de Sabina, la de Elena Anaya, ¡qué linda eres! La que fue fansite oficial de Electronic Arts, TcM Roteiro, Alrededor de Michael Jackson, FM La Liga, Valencia Esquía como asociación para un mejor precio y tantas otras.

Hoy a falta de 6 días para que el dominio caduque recibe un nuevo impulso. Me parece que este al menos dura un año entero ;).


Primer banner de nowarsoft, web original

Banner de web final con logotipo