lunes, 6 de octubre de 2008

Al rescate

No me has preguntado si me da igual o no.

Este mundo va - Miguel Bosé y Leonor Waiting



He decidido salir al rescate del Dow Jones. Así que enunciaré las palabras salvadoras, y todo volverá a ser como antes. La bolsa quedará resplandeciente y será como si Bush nunca hubiera existido.

Bueno, en serio, se desploma todo el teatrillo, y sé que más de uno le estará echando la culpa al Xuac, que algún movimiento habrá hecho en los últimos días, y se ha contagiado la banca de una depresión que no se arregla con un paseo de Botín, corbata roja al cuello, por los boxes de Ferrari. Fijo que el Xuac ha comprado de todo un poco, como el picoteo de una boda a modo de aperitivo, y en todo lo que ha metido mano afloran los números rojos.

Él es así, pero quiero hacer sangre con él, que cada desplome es una estaca en su corazón de hombre enamorado de la bolsa, y si la línea del tiempo es constante, la bolsa es fluctuación constante también, a su manera, como la vida, y lo que antes valía ya no vale. Vivimos en cambio sucesivo, con altos y bajos, como papel de máquina de la verdad, y todo es mentira en realidad, todo cambia aunque parezca que no nos movemos.

El Xuac es un hombre ilusionado con el mañana, todo el que juega a la bolsa lo es, y él con más razón porque es de batacazo diario, y sigue erre que erre. Parece mentira que alguien que vive con un pie en el mundo de los sueños, en lo que será mañana, de varitas mágicas que hacen realidad la aspiración,

va a ser como quieres que sea,

en la agitación que sube el champán como la espuma pueda ser votante asiduo de la derecha. Es sólo un ingenuo idealista con sobredosis de golf.

Yo estoy pensando en adquirir un paquete pequeño de acciones del Santander, que salen muy sonrientes, corbata en ristre en los carteles publicitarios, y si esa gente tiene razones para sonreír será que sobran razones. Pongamos que mil euros para llevar, a ver cuántos vuelven, que la bolsa es como la guerra, sabes cuanto entregas pero no cuanto de ello regresará vivo o si hará prisioneros.

Como yo no sé mucho me tengo que guiar nada más por la intuición, y si acaso mirando el histórico, si nunca estuvo tan bajo será que le toca subir, vamos, digo yo, aunque sea entrar para que se declare la bancarrota. Y en estas cosas no gana la banca, que no siempre gana. También pierde.

Lo más curioso es que la respuesta vuelve a estar en Estados Unidos. Cuando Bush dice que va a rescatar la economía con los fondos de los contribuyentes, para que se puedan seguir pagando los finiquitos de millones de euros de los jerifaltes, la bolsa se remueve gozosa, como en un baile sugerente que seduce a todos los mercados, son vasos comunicantes. Bush sueña como Martin Luther King y la bolsa le devuelve la confianza generando beneficios. Aquí pasaría igual, pero el IBEX se toma muy poco en serio nada de lo que tenga que decir Zapatero. Y no es de extrañar, claro. No busquen razones en que los españoles creemos menos que los americanos en nuestra clase política, que supongo que venimos a creer lo mismo. Es más sencillo, los españoles no cerramos filas junto a nadie, somos aves libres y solitarias para sobrevolar nuestras vidas, que son lo único importante. Cada uno la de cada cuál, miguita a miguita, sendero a sendero. Sin embargo estos americanos son muy de "todos a una fuenteovejuna", y si el presidente gana las elecciones con chanchullos bastante aparentes lo dan por bueno y se colocan legión detrás de él, seguidores y detractores juntos, solo porque en su solapa está la bandera de las barras y las estrellas petrificada.

Yo quiero que suban las acciones del BBVA, que tengo una fortunaza desparramada desde hace tiempo. Y llegará el día de recoger la siembra y no me va a dar para llenar la hucha. Aunque ahora que lo pienso si tengo que buscar culpables, quizá deba demandar a Bush por gestionar tan mal los últimos años, en fin, denunciarle ante algún tribunal internacional por las guerras puede interesar como añadido, pero fundamentalmente exigirle responsabilidades por el desplome de mis acciones. ¿O su gestión no ha dañado mi patrimonio? Ay madre, qué miedo, patrimonio, suena como matrimonio pero es peor, que digo que matrimonio suena a compartir mientras patrimonio a lo de uno y nadie más. Pero volvamos buscar culpables, se puede decir que su gestión sin gestión da un resultado que me atañe. Me ha perjudicado ¿o no es verdad?

Sentémoslo en el tribunal como a Capone para que lo juzguen. Que no responderá por los muertos, pero lo hará por las monedas.

Impulsor de todas las crisis.

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