viernes, 15 de octubre de 2021

Parecía que los 220 millones serían ya cosa de un suertudo que me iba a copiar el Mercedes pequeño y el estudio en la estación de esquí, pero no, no sé bien que pasó el martes, lo declararon vacante y esa locura de millones siguen esperando dueño para está noche. Yo, como no podía ser de otro modo, he vuelto a comprar, si me dejó estafar por AliExpress cuando todos los indicios apuntan a salir corriendo cómo no voy a derramar unas cuantas monedas más por esta fortunaza inconcebible.

A veces no pienso que esto es el timo de la estampita, que soy un tonto, aunque no más de lo que parezco. Es solo un número, nada más. Que esa cantidad exorbitante no está más cerca con el boleto en el bolsillo que lo que estaba antes de haber comprado, y que como tantas veces no servirá para nada. Pero por otro lado siento también un extraño poder cuando sé que existe la posibilidad, por remota que sea. Puede ser que está noche sea mágica, es posible, y si no mañana todo será más o menos como hoy. Las cosas seguirán todas en su sitio y habrá que mirar al siguiente sorteo con ojos nuevos por ver si merece la pena que te engañes otra vez.

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