jueves, 4 de octubre de 2007

El feretro y los anuncios

Ha llegado Marian, el rumano que se quemó a lo bonzo a Rumanía. Lo ha hecho dentro de un ataúd, pagado por la autoridad local. Les ha costado 4200 euros llevar sus restos hasta su casa. Algo así como 10 veces lo que necesitaba el hombre para llegar en autobús con su familia.

Cuenta el periódico que los familiares han querido linchar a la viuda porque creen que no hizo suficiente para evitar su desesperación o su muerte.


Por otro lado leo aquí en Blogger que ahora se pueden poner anuncios en las entradas de texto. Supongo que con algún beneficio económico, del que sacarán provecho sobretodo aquellos que reciben más visitas. La anciana de 94 años que ha tenido un hueco en la prensa nacional por veterana de la vida, y que reconoce abiertamente que morir ahora sería una faena imperdonable, porque ha descubierto Internet y el mundo en cierta forma, y el mundo la ha descubierto a ella, y ha surgido un idilio del que no quiere despertar muriendo. Yo no necesito la publicidad a no ser que pueda escogerla.

Pondría por ejemplo una foto aleatoria de alguien que es o ha sido importante en mi vida. Y eso no se puede.

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