viernes, 19 de octubre de 2007

La conexión

Pues resulta que tengo la madre de las conexiones aquí en mi casa de Valencia. Sospecho que pueda ser de los de Sanidad de abajo, que son muy generosos y desprendidos en todo lo referente a conexiones inalámbricas. Porque no solamente tienen la conexión más veloz sino que la tienen protegida lo mismo que Bush la mesa de caoba, cualquier mindundi le pone los pies encima. Yo nada más he necesitado un portátil de bella factura, y alta, aunque pagado a plazos con lo del plan Avanza, que de verdad ha hecho un favor a esta economía doméstica, ya no tan sumergida; da para un ordenador a pagar cómodamente, con buen tiempo por delante, lo hemos convertido en un recibo periódico, algo así como un esbozo de hipoteca, a la que tendremos tiempo de acostumbrarnos en el futuro.Que quien tiene un ordenador tiene bastante. El mío además va a las mil maravillas. No tengo queja yo, que soy de quejarme tanto.


Cuando voy a mirar el estado de la conexión que es sitio óptimo para saber la velocidad a la que me conecto no puedo evitar admirarme de esas 54 Mb/s. Me siento al volante de un Ferrari de los de fórmula 1. Como Fernando Alonso acordándome del padre de Louis Hamilton.

Vamos que ayer me descargué un programa de 180 Mb y lo obtuve en alrededor de 3 o 4 minutos. Iba a más de media mega por segundo, aún tengo vértigo. Nada que ver con mi conexión habitual, que sin ser tan lenta como una tortuga pierde con esta por comparación. Así que mejor para ella si no las comparamos. La mía va paso a paso y me cuesta dinero. Será que es de las que mira para atrás. Lo mismo que una persona que caminara girada hacia el camino recorrido en vez de mirando donde dará el próximo paso. Que distinta a esta otra, la obtengo gratis y va a toda mecha.

Leo a estas horas que un juez que es alguien como tú o como yo entiende que no hay delito en poner a funcionar la mula de las descargas. Que no hay que cerrar una web porque recoja unos cuantos enlaces, que son ruta hacia las descargas en otra parte.

Los de la SGAE tienen que estar que trinan. Para mí que Ramoncín debe estar mordiéndose las uñas. Será una mala semana para él, seguro. Como todas sin que nadie compre sus discos, sin poderse mear sobre nadie desde ningún escenario, sin tertulia a la que acudir de experto charlatán y para más inri con un juez aliado en la confabulación diabólica de los piratas de banda ancha.

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