viernes, 1 de mayo de 2009

Camps, la gripe y Nadal

Qui vol entrar en un joc ben diferent?

No és nou - Gossos



Volveré un día sobre el diálogo amoroso de Camps y el testaferro de Correa en Valencia. Pero no será hoy. Como dice José Mota, "hoy no, maññññaaaaana".

Solamente lo nombro porque ayer le pedían explicaciones en el hemiciclo regional y el tipo, literalmente, se "escojonaba" de la risa. Como si el tema fuera para mondarse. Explicaciones pocas, claras ninguna, pues guardando las palabras de amor para "el bigotes" al otro lado del hilo telefónico piensa que no tiene nada que aclarar, no a la oposición, desde luego. ¿Y a la ciudadanía? Hablará en los tribunales, mantiene. Y los tribunales hablarán, claro.

Con lo bien que era el perfecto hombre gris. El tipo que nadie recordaría, átono, casi invisible y resultó ser tan corrupto como Roca. Pero hasta en sus corruptelas resultó un hombre gris. Que Roca tenía ostentosos osos blancos adornando los rincones de las mansiones, y grifería Roca de oro, como Sadam. Sin embargo el bueno-tonto de Camps se vendió por un puñado de trajes.

Claro que, mira que acabados, y que botones...


Pero en verdad que al mundo le importa bien poco. Estamos en medio de una pandemia. Una epidemia internacional que no atiende a fronteras, exportada directamente de la tierra de los burritos y los tacos.

Yo estoy entre los todavía no infectados. Toca madera.

Nadal también está sano. Y dando lecciones diarias. A mí por ejemplo, que soy incomparablemente mucho más bocazas.

Ayer le dio un repaso a un sueco Sonderling que jugó el partido de su vida y se llevó un 6-1, 6-0. Claro que a éste no le dio tregua. Le peleó todas las bolas y lo hizo correr de lo lindo. ¿Y por qué ni una concesión?

Pues porque hace dos años al fulano no se le ocurrió otra cosa que burlarse de Nadal en el Wimbledon. Búscalo por Internet y lo verás.

Con bastante mala baba, dando vueltas en redondo imitando el tiempo que Nadal se toma entre saque y saque. Sacándose el "orto de los calzones" que decía Del Potro.

Aquel partido de hace dos años lo perdió. Y ayer se llevó un baño. Una paliza para no olvidar.

Otro más lenguaraz, yo mismo, se habría descargado diciendo simplemente que Sonderling debe aprender a jugar a tenis. Y habría sido feo y merecido.

Nadal dijo nada más que había hecho uno de los mejores partidos del año, y quizá de su carrera.

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