martes, 26 de octubre de 2010

El perfecto mierda

Si yo me pierdo.

Como un lobo - Miguel Bosé



A mí no se me impresiona fácilmente. Y no es porque estoy de vuelta o ya lo sé todo, que no hay nada de eso, es mucho más sencillo, no se me impresiona fácilmente. Soy muy dado a reconocer virtudes en la gente, a todos les encuentro algo bueno, pero esas cualidades me impresionan tanto como yo impresiono al hallarlas. Soy poco dado a fascinarme con una pintura o una foto, tanto la una como la otra me dejan más o menos indiferente. Las puedo llegar a encontrar bonitas, pueden traspasar la piel gruesa de mi estupidez que no sabe qué juegos cromáticos se dieron para conseguir una luz de atardecer en el lienzo, que puedo mirar contemplativamente pero que siempre me parecen una mala copia de la realidad, del atardecer de un día cualquiera con buenas vistas. Apenas sé nada de la composición armónica de los elementos en una foto y quiero aprender a hacerlas, para lo que voy a comprar una cámara, pero ninguna foto me impresiona pues me parecen poco creativas y como tales poco sorprendentes. En definitiva a los cuadros, obras de arte de museo, las culpo de lo que les falta para ser una foto que es la verdad absoluta y a las fotos las reprocho la realidad excesiva, la falta de ingenio, lo poco que inventan.Una de las pocas formas, quizá la única, en que se me puede llegar a impresionar es dándome algo a leer que valga la pena. Aún más, algo que esté bien escrito indubitablemente. Y no se necesita ser un escritor reconocido de esos que van a las feria de los libros a firmar (vender) ejemplares. Basta cualquiera que tenga ese raro don, aunque más común de lo que se podía esperar, de poder juntar dos ideas con mensaje y las sepa exponer razonablemente bien sin que importe la caligrafía.

Obviamente junto con esos ciudadanos anónimos que alguna vez me impresionaron. Que conocí por escribir junto a ellos, por aprender de ellos aunque sea un poco, a los que traté como amigos, con ellos, digo, también me han impresionado las mejores plumas que he podido leer en los periodos en que me dio por leer. Hablo de la mejor prosa en castellano, los García Márquez, Vargas Llosa, Miguel Delibes y demás.

Uno que puede impresionarme, probablemente lo hizo en el pasado pues al menos tengo leídos dos de sus libros es Arturo Pérez-Reverte. Además lo he leído en artículos de opinión en alguna revista y sí, siempre me pareció que tuviera las cosas claras y supiera explicarlas.

Hoy está de actualidad, reproduzco porqué:

"Por cierto, que no se me olvide. Vi llorar a Moratino. Ni para irse tuvo huevos".

A lo que se encendió Internet tachando al escritor de machista. A lo que él contesta:

"Veo que hay gente a la que es preciso explicar las cosas. Creía que no era necesario, a estas alturas, pero vale"
"Vamos a explicárselo a los que no saben leer sino con orejeras y ven machistas bajo cada tecla. No se es menos hombre por llorar. Nadie habla de eso"
"Se es un mierda cuando uno demuestra públicamente que no sabe irse. De ministro o de lo que sea. Moratinos adornó su retirada con un lagrimeo inapropiado. A la política y a los ministerios se va llorado de casa. Luego Moratinos, gimoteando en público, se fue como un perfecto mierda".

Y a esto el Twitter echando humo y la gente protestando y reclamando para defender a Moratinos. Una campaña en toda regla para insultar y meterse con Pérez-Reverte.


La verdad, mi verdad al menos es esta. Moratinos se fue como un perfecto mierda. No se puede decir mejor, es por eso que Reverte puede impresionarme. Los escritores que encuentran la palabra precisa son mi debilidad. No es de recibo que un político que cesa de su labor, labor que ha llevado sin brillo y sin sustancia, con esa apariencia de flacidez y poca fuerza acabe bañado en lágrimas con el pañuelo secando los ojos dentro del hemiciclo. Una reacción así nos retrata y retrata a la clase política que tenemos, que son todos una medianía absoluta, gente sin carácter, borregos, bazofia y lo mejor de todo, perfectos mierda.

Esa forma de irse no tiene otra forma de definición que como encuentra fácilmente el escritor. Es por eso que el talento literario me llega más fácilmente que otro tipo de talentos, porque lo ansíe para mí toda la vida.

¿Y qué dirían nuestros escritores de los 240.000 euros que gana Cospedal? Necesito de gente sin ataduras que se moje para dar opiniones sinceras. ¿Nos hablará de crisis esta mujer en su próxima aparición ante los medios? ¿Sabe lo que es eso? ¿Quién se lo ha contado? ¿Que me dirán los votantes del Partido Popular cuando sepan que como secretaria de dicho partido gana 167.000 euros al año? ¿Seguirán los militantes quitándose la cuota mensual de la nómina que según entra se gasta para que le mantengan el sueldo? ¿Qué trabajo de altísima capacidad desempeña para justificar todas esas pagas y esas indemnizaciones? ¿Cuál es su día a día quitando comilonas en los mejores restaurantes?

¿Dónde están los escritores que llegan para hablarnos de esto? De si es legítimo o es que yo me volví loco del todo.

Díaz Ferrán, otro que va dando lecciones por la vida plantó los pies ante los micrófonos y dejó para la posteridad su remedio infalible, ahora ya legado: "Para salir de la crisis los trabajadores deben trabajar más y cobrar menos". Y se quedó tan pancho. Esto podría pasar inadvertido en cualquier otro, pero como este es el grado sumo de desfachatez para que lo diga otro ya lo dice él, aunque en su empresa Viajes Marsans los empleados lleven meses (trabajados) sin cobrar, por no hablar de los viajes pagados y anulados sin que el dinero regresara al cliente o que se siguieran vendiendo billetes de su extinta empresa de vuelos Air Comet cuando ya no tenían licencia para volar. Pero es que en este país los mayores sinvergüenzas hacen la travesía más larga en las mejores condiciones. Y en sus ratos libres arreglan el futuro con sus recetas.

Es lo que hay y es lo que tenemos. El lugar en el que gente como esta pulula a sus anchas dando capotazos en plan torero. Don Pepiño Blanco y su plan para que se acabe la cultura del todo gratis, la Sinde y su canon ilegal de la SGAE. El país de las series de Doña Letizia y Don Felipe que será éxito de crítica y público...


Sin embargo y pese a mi desconcierto cotidiano, lo que me maravilla es ver a la gente en esta pre-campaña perpetua que es la vida acudiendo en masa a los mitines de socialistas y populares aún hoy. ¿De qué pasta están hechos? ¿Es la realidad un hecho cambiante se se percibe de forma tan dispar? ¿Porque me parece a mí inconcebible? ¿Por que ser yo tan distinto y para qué? Acaso soy un extraterrestre. ¿Que me pasó?

Creo que mi yo actual pertenece más a los libros que a la realidad. No la comprendo y me supera, de manera que en la mayor parte de ocasiones el retratado soy yo. Los locos no son ellos sino yo mismo.

Mi mundo es otro, se parece a este pero es mejor. Eso sí, en él está Sestea exactamente igual que ahora. Exactamente como fue siempre.

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