miércoles, 27 de octubre de 2010

Sin perdón

Puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué.

Me equivocaría otra vez - Fito y los Fitipaldis



Sin Sestea que está recorriendo Marruecos de punta a punta, tengo más tiempo para venir a escribir. Así que casi vengo con ganas. Pero hay una pega, no sé que contar.

Ayer leí que a un fulano lo habían detenido en Castellón acusándole de injurias y calumnias sobre mengano acerca de un gimnasio y no sé qué tráfico de anabolizantes. Los GEO de la informática habían dado con él rastreando ordenadores desde un principio poco prometedor: su nick era Espinete.

La cosa me ha dado que pensar. Con lo mucho que yo despotrico aquí, con tanto que pongo de vuelta y media precisamente a los que más pueden, que hay que ser tonto además para buscarse enemigos poderosos, no sé si no me estaré buscando un lío monumental hablando mal de jueces, políticos, altezas establecidas y por establecer. Que digo que si yo viviera en Marruecos y pusiera a caer de un burro a su rey (que no parece ningún lince, aunque tenga grifería de oro) probablemente estaría ya encerrado o bajo tierra. Lo mismo que si lo hiciera desde China, a estas horas igual estaba en arresto domiciliario, en la cárcel, y con un Nobel esperando a mi salida.

Es por ello que quiero pedir perdón, para que sirva de atenuante. Además yo no he achacado más delitos que el mero acto de "trincar la pasta", y eso en este país casi no es delito. Mis arengas para que el pueblo festivo ajusticie a los trincones no es sino una forma de hablar, pues la gente está muy ocupada y yo no tengo ascendencia sobre casi nadie (y no es broma). Digamos que es una forma de desahogo de alguien que sin hacerlo moriría ahogado. Por no hablar en mi descargo de que este blog está en un lugar recóndito de la Internet y no recibe más visitas que la de algún amigo fiel aunque ignoto que llega desde la Argentina o Venezuela y al que la corrupción de España le parece un juego de niños en el paraíso.

Hablando de corrupción. Han dado estos días en todos los telediarios porque de un día para otro solamente cambian algunas noticias, en lo fundamental es un copia y pega lo del día anterior, un mapeado bastante gráfico en que salen todos los países con la leyenda por colores. España sale en un color naranja bastante sospechoso. Australia y Suecia, o uno de estos de arriba, salen en amarillo de limpieza, poco más o menos porque en esos países nadie se cuela en el metro ni tiran un papel fuera de la papelera. Los políticos ya deben tener de todo y no necesitan hacer chanchullos en absoluto. Son como aquel alcalde, de los que ya no quedan, que lleva un tractor como el resto de los vecinos y que no vive del ayuntamiento sino en su propia casa. Que cuando hay un problema allí lo buscan y allí lo solucionan. En el mapa de la corrupción nosotros somos el país 30 entre 180 o así. Un 6 raspado nos dan, lo que no es para tirar cohetes, aunque peor lo tienen en Somalia que sale en rojo subido, peor rojo que el de Irak, así que para qué más explicaciones.

Sirva esta explicación como forma de cura por todo lo escrito. También soy capaz de reconocer cuando hacemos las cosas bien. De modo que dejo alto y claro que somos naranjillas y nuestra corrupción está más o menos bajo control con tendencia probable a ser menor dentro de unos años (cuando se acabe la crisis y los políticos vuelvan a recibir regalos y primas por dar licencias de obra a gente interesada). Digo, no somos los últimos de la clase ni lo vamos a ser. Siempre habrá alguien peor que nosotros, en alguna parte (ya se ocupará Estados Unidos o China de eso).

Para empezar yo sigo aquí, y no sé si lo estoy arreglando o no. Pero no puedo menos que sentirme inmensamente afortunado con esta libertad de escribir lo que me venga en gana sin que vengan a detenerme. Será porque esta web es inaccesible o será porque en el fondo soy solamente una buena persona sin mucho que contar.

De todos modos pido perdón, perdón y mil veces perdón por todo lo que llevo escrito y por todo lo que escribiré.

La verdad es que soy una especie de vengador entre la plebe que calla. Hablo por estos y por los otros a los que todo les importa un bledo. Y mucho mal no puedo estar haciendo, que nada más he utilizado palabras (por ahora). Soy como el Zorro pero sin sable y sin Zeta (esa la tiene Zapatero), pero igualmente justiciero como engañado.

De todos modos como quiero dejar asentadas las bases de este examen de conciencia voy a anticipar que quizá esta web un día deje de tener tanto texto y empiece a tener algunas fotos de mi puño y letra (cuando me compre una réflex que tengo en proyecto).

Entonces ya no será Vivo y digo. Será Vivo y miro.

Ya no habrá por donde cogerme.

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