domingo, 9 de diciembre de 2012

De Mourinhos

Yo quiero ser.

A mi manera - Gipsy Kings



El otro día yo quería hablar de Mourinho. Por eso empecé hablando del Madrid. Si no de qué.

Ocurrió que luego me fui yendo por los cerros y terminé hablando de otras cosas que no quería. Me ocurre a veces, no me centro. Veremos ahora...

La mejor forma de garantizar que ocurra, que no me vaya del tema, es de este modo: MOURINHO.

Esto debiera garantizar que esta columna va a tratar en algo sobre él.

La verdad es que a Mourinho le he ido cogiendo mucha manía. Me ocurre como con el primo del que no puedes decir nada malo hasta que pasas una semana con él. Y conste que todos mis primos son gente fantástica (los poco que conozco, por lo poco que los conozco).

Yo a este paisano lo prefería de traductor, creo que por eso forjó ese carácter de raro, irascible y demente. En sus años mozos los futbolistas debían partirse de risa en su cara. ¿Un traductor para el míster y vestido de chándal? La verdad es que sí, era para partirse. Yo creí que los traductores estaban para cosas más importantes, como traducir libros y películas. O para asesorar a los presidentes de gobierno del Reino, que no hay uno que sepa inglés. Los españoles siempre tuvimos mucho tino con nuestra clase política. Convocamos al mando a lo mejor de cada casa. Uno tuvimos que parecía defenderse, o eso parecía, pero hablar inglés le daba efectos secundarios. Se le ponía un acento muy de Texas a la par que olvidaba el castellano... O te lleno el globo de aire o de agua, pero las dos cosas no. Por no hablar de su afán de creerse Cid Campeador, adalid de nuevas cruzadas donde pasear la cabra y nuestro equipamiento, última generación, que es digno de la mejor procesión por la Castellana.

De manera que Mourinho ha desarrollado ese carácter que podría dar agotar a un pelotón de psicólogos y psiquiatras. ¿Acaso no te cansas de ser Mourinho? Leí hace un tiempo que en el Reino Unido comprenden mejor a Mourinho porque allí se lo toman como un actor de comedia. Un Mr Bean de Armani, una especie de Quijote enfrentado a molinos. ¿No te das cuenta de que nunca los vencerás? ¿De qué detrás de esos habrá otros? Sin embargo aquí en España lo ven como una institución que tomar en serio. Será porque aquí se puede jugar con cualquier cosa menos con el fútbol que es cosa de tomar a pecho. Por eso se monta ese revuelo cada vez que este fulano desbarra en sus ruedas de prensa. La clave tendría que ser distinta: ¿qué puede decir éste que nos interese de veras?

Tengo la intuición de que Florentino, hombre cabal, está hasta el gorro de sus majaderías de mesías renacido. De sus aires de haber inventado la pelota.

Digo más, yo y ningún otro ha dado con la clave, y he de admitir que no me ha costado mucho. Mourinho es Cristiano Ronaldo con algunos años más. Y me refiero al carácter obviamente. Ambos se señalan el muslo en los momentos de euforia. Son tal para cual, el mismo tipo de persona que cuando mira hacia fuera están nada más disimulando.

Sin embargo pese a su gusto por los focos son mano de obra del fútbol. Nunca aportaron nada nuevo. Nada más sacan músculo por si acaso. Como culturista frente al espejo.

Para su desgracia los hay mejores y distintos. Ingeniosos y creativos. Marcando una época, dejando sello indeleble para dentro de 20 años:

Guardiola y Messi.

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