martes, 18 de diciembre de 2012

La foto de Durán

Hoy renuncio. 

Te aviso, te anuncio - Shakira



Lo malo no es pegarse el desayuno continental en la puta mejor suite del hotelazo que sea. Lo malo es que vaya alguien y te retrate. El otro día le preguntó Jordi Ebole al señor Duran-Lleida mostrándole la foto. En ella aparece el tipo con el periódico extendido ante mil manjares que reservan a la suite presidencial. La que le pondrían a Kennedy si volviera con el tarro intacto de entre los muertos. ¿Te arrepientes de esta foto? Y éste hizo un mohín blando, asintiendo estudiadamente, que sí vaya, que le habían dicho que esa foto no la pondrían, como siempre los periodistas confundiendo, sacando de contexto, ensuciando hojas de servicio impecables. Duran se dolía aún bajo las gafas, le había hecho daño aquella instantánea, porque tener tan buena imagen en aquel salón de categoría le había dado mala imagen. Será porque uno piensa que si la tuviera que pagar de su propio bolsillo igual Duran iba a la Pensión Flores, donde no cambian las sábanas más que los jueves. Y conste que lo digo por político, que son todos más o menos del mismo tipo, no por catalán. Los hay muy mal pensados.

¿Sabían la de que los políticos cobraban billete business de avión y luego viajaban con Ryanair? La incomodidad de ser rebaño en clase turista lo compensas con un extra para el bote. Para que luego se les diga que no se mezclan con la gente moliente.

Aunque eso era antes, parece ser que ahora tienen que enseñar los billetes para que se los paguen. Así que ahora viajan todos ellos en business, como un señor.




En estos tiempos que te vean vivir con todo lujo está mal visto. Sobretodo si vives de la cosa pública. Al menos tendrías que tener la discreción que si gastan otros tantos. Que sacan bolsadas de billetes de 500 euros recién trincados a los ayuntamientos, diputaciones o lo que sea que pagamos los ciudadanos. Lleva a Suiza, a Andorra, donde sea es lo de menos. Y lleva tanto como puedas, sin freno. Por que parar si siempre se puede tener un poco más.

Yo trincar de lo público lo tengo difícil porque allí solamente dejan meter mano a gente con el carné. Y el carné solamente se gana tras ejercer de disciplinado palmero durante unos cuantos años. Y yo ya no tengo edad ni ganas de aplaudir a casi nadie. Así que  estoy pensando en atracar un banco, mejor si es de la competencia. Como soy de naturaleza torpón es muy posible que con todo hecho me vea incapaz de abrir la puerta para darme el piro, ya con el botín en la mano. Me veo preguntando azoradamente ¿pero esta es de las de tire o de las de empuje? ¿Podrías darme al botoncito para que me pierda calle abajo?

Pero a mí seguro que me cazaban. Como un tonto, intentando abrir la puerta. Los empleados descojonándose vivos de que los nervios de hombre honrado en el fondo me tengan paralizado. Y tanto da que abra como que no, porque patizambo no puedo correr más de lo que corría Raúl, que se fue a jubilarse no sé si a Qatar, donde todos los problemas son tener demasiado dinero.

Detenido y esposado ante el furgón policial haría la de Durán. Lo malo no es coger la mejor habitación con cargo a los ciudadanos. Darse la vida que uno se merece aunque nadie sepa dar cuenta de una sola de tus cualidades. Lo malo es que quede constancia.  Que alguien surja para retratarte.

Lo malo no es el robo, de una forma u otra, viviendo como un marajá o pegando un palo a una oficina, sino que llegaran para detenernos. A él con una foto insidiosa. A mí con todos los Geos del Congreso de los diputados.

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