martes, 18 de noviembre de 2014

El Kredito.

Negro como los ángeles de Machín.

Así estoy yo sin ti - Joaquín Sabina.


Ayer conté que soy inmune a la publicidad televisiva. Y es verdad, lo que no quita que, tengo ojos en la cara, la vea cuando la echan.

La televisión está plagada de anuncios de una calidad ínfima, pero no quisiera pasar sin detenerme por el de Kredito24.es

Lo recuerdo por si alguien no sabe de qué hablo. Aparece un fulano ante un cajero automático y le da por todo pedir 500 euros, como si no fuera nada. Se ve que algunos no saben que estamos en crisis, no la ven ni la sienten, ni siquiera están al tanto del estado de su cuenta corriente. ¿No será mejor pedir algo menos por si acaso? Menuda cara de tonto se le debe quedar cuando el cajero le dice que no hay para él esos 500 euros, porque en realidad tiene, por todo tener, UN SALDO DE 0 euros. Nuestro protagonista es como Bill Gates, no sabe cuánto dinero tiene. Podrían ser mil millones o un cero patatero.

Pero no es sólo que el cajero le escapa que no le va a dar ni una pequeña parte de lo muchísimo que pide, es que además le saca la lengua y se burla de él. Creo recordar que le dice NA, NA, NA NA. Que digo que a qué banco acude este pobre, puede que a Bankia, primero te engaña y luego se burla de ti. Que desconsiderado. Yo de él me cambiaba de banco, porque si ya es bastante malo que le pidas y no te de, ni siquiera para esos pagos tan urgentes y extraordinarios, mucho peor es que sea tan faltón. Y no me vale con aquello de que ya se la devolveré cuando llegue el subsidio o la prestación, pues del cajero sabemos que tiene mala leche, no memoria.

Pero algo se debe remover en el paisano,  tan humillado ante la máquina blindada,  o acaso se le pone la misma cara de tonto que pondría alguien que pide 500 cuando tiene 0, pues aparece al quite un robotino pequeño que le da con los deditos en la espalda. ¿Cómo sabe el estado de mi cuenta si no me llega a los hombros y esta detrás? Puede que antes estuviera disfrazado de papelera junto al cajero y lo haya visto todo por una rendija entre el cuerpo y el brazo. O puede que haya salido por una trampilla, no por la del dinero, otra del propio cajero para ofrecer un préstamo de 500 en unas condiciones inmejorables. Dos empleados para dar una solución A o B. Como el cajero automático, nunca descansa. O simplemente puede que tenga un registro de caras decepcionadas en el disco duro y es lo que ha analizado detenidamente, éste se ha llevado un buen planchazo. El es de la competencia, pero no tan vil como tu propio banco, te da con los deditos en la espalda y lo que es mejor, acceso a la pasta.

De todos modos,  sea como fuere, ahí está con su bondad de metomentodo para ofrecer lo que el cajero no da. Con cara de buen robot, de no haber roto nunca un plato y de tener la solución a todos los problemas.

Yo del fulano lo secuestraba y pedía rescate. O lo vendía por piezas. Igual dentro de su corazón de hojalata hay un billete morado.

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