martes, 19 de febrero de 2008

La tormenta

Escogiste a la más guapa y a la menos buena.

Soldadito marinero - Fito y los fitipaldis



Vengo pero es como si no viniese. Porque tengo muy pocas ganas de contar nada. Y la culpa hay que buscarla en la piscina. Para que digan que hacer deporte es bueno, yo digo que hacer deporte nos quita de hacer otras cosas. Escribir insulsamente, por ejemplo.

¡Ah no, soy capaz de escribir insulsamente hasta cansado!


A ver si mañana tengo más ganas y hablo de la rodilla de Ronaldo, que seguro que a estar horas está consolando las penas comiendo un venado entero. Habrá quien diga que el muchacho se lesionó porque no había hecho suficiente calentamiento, ¡el que necesitaba tenía que ver con un nutricionista y le habría llevado varios meses! No diez minutos en la banda simulando que se ejercita. Porque a Ronaldo el ejercicio físico no le termina de convencer. Es por ello que estaba tan fondón en el Madrid. Que la camiseta se le pegaba a la tripa mostrando un perfil redondeado. Era el jugador más parecido a aquellas muñecas rusas que contienen en su interior otra muñeca igual pero más pequeña. Parecía el más jugón de un partido de solteros contra casados, jugando obviamente para el lado de los casados, que se dejan llevar por la felicidad conyugal de no tener que seducir a la mujer en cada cita, aunque ya no haya citas sino coincidencias para la cena con un solo mando de televisión. En Milán, Ronaldo no era distinto, él estaba más o menos igual porque llevaba más o menos la misma vida que en Madrid, aunque quizá con más lluvia. Aquellos que decían que estaba en forma se dejaban llevar por el artificio de su nuevo peinado ensortijado, que le hacía el efecto de una peineta de forma que parecía más alto y al alargarle la rechoncha cabeza, también más delgado.

Aunque ya nos sé si hay más lluvias en Milán o en el levante del país. Lo que es seguro es que no las hay donde tendría que haberlas, en Asturias por ejemplo. Está el paisaje pajizo y el césped empieza a ralear en algunos lugares. Dice la pantalla del ordenador que tenemos 15º por los 12 de Valencia. Y que allí está cayendo una tormenta de inundar las calles.

Claro, no pusieron alcantarillas suficientes. Simplemente no estaban preparados para los efectos del cambio climático. Tanto usar los aerosoles...

Lo ha vuelto todo del revés.

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