sábado, 22 de marzo de 2008

La enferma

Soy un completo incompleto.

Completo incompleto - Jarabe de Palo



Apareció muerta ayer Chantal, aquella mujer con aquel raro cáncer que la deformó el rostro además de provocarle dolores inhumanos. Ella había pedido que la ayudarán a morir por lo legal, y ha muerto sola, probablemente envenenada, sin que le dieran la razón, aunque al final que se la dieran o no le importara un bledo. Pues quien está pidiendo morir rara vez atiende a razones que no sean las de su desesperanza. La petición en si misma no es sino un formalismo, un medio quizá para abrir los ojos al resto, pero cualquiera que no esté del todo impedido logrará su objetivo aunque la manera no sea la idónea, la muerte tal y como se ansía.

Chantal fue encontrada muerta ayer en su casa. Ni siquiera tuvo que hacer las maletas para ir a morir a otro país como había anunciado. Y yo tengo que reconocer que su caso así como todos aquellos en los que prima la enfermedad sobre la vida me producen un terror irracional.

A mi me sirven para darme cuenta de lo frágil que es la vida. Reparo entonces en este enemigo íntimo que es el tiempo. Que nos empuja hacia un futuro incierto. Yo pido para mí que todo el daño que tenga que recibir sea el ya recibido.

Porque a menudo me siento desamparado y tengo la convicción triste de que para algunos males no habrá consuelo. Se llega a la vida solo,


se muere en la soledad más absoluta.

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