jueves, 20 de marzo de 2008

La situación idílica

Gotas de agua dulce, rayo de sol.

Gotas de agua dulce - Juanes



Parece que casi todos los presidentes de gobierno acaban molestando. Son como una mesilla mal colocada, en mitad de una puerta, para llegar a cualquier lado hay que saltarlos o tropezar con ellos.

Y es que nuestro muy derechón Aznar se ha descolgado con unas declaraciones sobre Irak tan jugosas como las que propina apenas ve un micrófono enfrente de su bigote. A juego con las que hizo durante la campaña electoral, cuando aseguró que Zapatero y el PSOE estaban a esas horas negociando con ETA, porque lo había hecho ya, lo hará en el futuro y lo está haciendo ahora mismo.

Claro que casi al tiempo ETA mató a un ex-concejal del PSOE y a Aznar se le debió quedar la bufanda de barón dandi mal anudada. Menos mal que este país a Aznar le cree lo justo, aunque alguno piense que las armas de destrucción masiva que justificaron la guerra existieron por supuesto como algo físico que se podía tocar y disparar, pero que fueron los propios iraquíes los que las destruyeron para dejar mal a los liberadores cuando llegaran. De hecho eso explicaría que hubiera tantas bajas, como ha habido, 5 años después. Se suicidaron con sus propias armas para dejarlas inutilizadas y que nadie las encontrara. Así fueran a usar en su búsqueda la última tecnología en visores nocturnos y bombas de racimo, que lo dejan todo patas arriba, capaces de desenterrar huesos quince metros bajo tierra. Las armas estaban, pueden creerle. Se trata nada mas de que nuestra convicción sea indestructible.

Yo de Aznar no suelo leer más que los titulares que saltan inopinadamente desde la primera plana contra los ojos para cortocircuitar el cerebro. Ni siquiera me puede la curiosidad de encontrar matices o algún tipo de desarrollo. Es un jarrón chino que de tan visto perdió el dibujo.

Ahora dice que la situación de Irak no es idílica y yo soy capaz de sorprenderme aún porque en mi ingenuidad creí que en Irak ahora mismo estaban "escojonaus" de la risa y viviendo en jauja. Con todas aquellas tropas y sin Sadam creí que vivir en Irak era como hacer noche en unos grandes almacenes y acompañado.

No será idílica dice, pero es muy buena. Tan buena, digo yo, que podía irse el señor Aznar de la mano de la señora Botella a vivir allí. Que seguro que le reciben con los brazos abiertos. A buen seguro que los pisos cuestan más barato que aquí en España. Yo creo que no hace falta dinero, basta con dejar de dormir para apostarse en la puerta armado y dispuesto a volar la tapa de los sesos a cualquiera que suba por la calle para preguntar por una crepería bretona.

Yo después de oír a Aznar estoy pensando en irme a Irak de vacaciones, después de todo uno espera que esos días sean los mejores del año. Con un par de chalecos antibalas por si acaso alguien me confunde con alguien de allí, con un iraquí los americanos, con un americano los iraquíes.

Dice Aznar que si se diera de nuevo la oportunidad repetiría decisiones. Volvería a la guerra si a cambio puede plantar pezuña en la mesa de Bush y hablar spanglish como si en vez de llevar un par de días en Washington hubiera nacido como una nuez de California.

Él es así. Fue el único vencedor de la guerra porque no ha perdido nunca. Perder pierden los otros. En realidad su show fue el conocido. Y la historia que cuenten después dependerá de muchos factores, y probablemente no nos coja aquí para escuchar.

Así que ¿para qué arrepentirse de nada?

Vamos siempre adelante. Alguien habrá que aplauda.

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