domingo, 6 de abril de 2008

El ministro

Y que grande fue la herida.

La paga - Juanes



Todos parecen estar de acuerdo en la unión de homosexuales para que hagan su vida todo lo feliz que puedan. Los progres y los conservadores. Yo lo celebro. En lo que no coinciden es en llamar a aquello matrimonio. Lo del matrimonio a los muy conservadores les parece una cosa de sacristía. Y lo otro más bien de confesión.

A mí la verdad es que el particular de esa discusión me importa más bien poco. Por mí llamarle matrimonio a ambas cosas está bien. Me importa más que dejemos de llamar justicia a lo que hoy llamamos justicia.

Yo creo que la vida copia al fútbol. Es la gran metáfora de las mentiras, de las verdades a medias, donde nada importa realmente. Porque los fallos, que los hay a cientos, no conllevan responsabilidades nunca. Si un equipo ficha a un entrenador por tres años y lo echan a la calle a los tres meses no ocurre absolutamente nada. Se le paga integro el contrato y se busca otro, por otros tres años.

Los errores no tienen responsables.

Estos día leo que lo último que hizo la juez que tenía en medio de medidas cautelares al alcalde de Torre Pacheco fue levántarselas. Le quitó las medidas cautelares para que se sintiera más cómodo y luego se cogió la baja por maternidad. Como sería de acertada la medida, que el sustituto lo encerró en la cárcel nada más llegar. Digo yo que observaría circunstancias que la doña no podía ver, atareada como había de estar organizándose el período vacacional.

La pregunta entonces es ¿es que cambió la ley? ¿es que no decían que era algo objetivo?

¿Cómo explicar que para un juez no haya nada punible en unas actuaciones y para el otro merezcan la prisión preventiva?

Yo no lo entiendo.

Luego hemos sabido que la juez es "pepera", lo mismo que el alcalde. Así que la malversación de caudales públicos y la prevaricación lo son menos si los lleva a cabo alguien de tu signo político. Es sencillo, te pones las gafas de ver borroso y es como si no pasara nada.

¿Esta juez recibirá algún tipo de reprimenda? ¿Alguien del Poder Judicial se cuestionará la conveniencia de retorcer la ley hacia determinados intereses? ¿U ocurrirá como en el fútbol, que nada es suficientemente grave para que alguien se lleve un berrinche?

Parece que en el ajo está el director de Polaris World. El paraíso de los resorts y los campos de golf junto a la playa por 119.000 euros se construyeron haciendo chanchullos que recuerdan al mismísimo Jesús Gil, señor de desmanes en cualquier ámbito, que iba al Congo y se traía unos cuantos morenos que no sabían ni como era un balón, pero de presencia tan imponente que le hacían cuadrar las cuentas al céntimo.

Pero es que la justicia tiene los ojos cerrados, por eso no sabe cómo anda la balanza. No sabe bien que platillo pesa más. Ya se lo diremos nosotros para que se fíe.


Los funcionarios de Justicia llevan dos meses de baja, en lo que se podría entender como un chantaje al Estado ¿o no? Pero hoy el ministro ha decidido tomar cartas en el asunto. Y ha decidido reunirse con los sindicatos.

¿Por qué ahora y no antes?

Para eso no hay respuesta. Cuentan que a estas horas a los funcionarios les llevará más de un año ponerse al día. Que los papeles se acumulan en todas partes con miles de procedimientos y procesos parados. Que el daño ocasionado es tremendo.

Pero el ministro se reúne hoy. Antes no, supongo que por problemas de agenda. Uno no sabe muy bien que es lo que hace un ministro de Justicia sino es reunirse con los funcionarios en huelga. Supongo que no hace nada. La verdad es que no se les adivinan apenas tareas.

Recuerdo que a los niños despiertos se les decía orgullosamente que iban para ministros, o para presidentes, apunto yo. Eso debía ser antes. Ahora habría que decírselo al hijo si al abrir la puerta del cuarto lo vemos tirado en la cama ensimismado. Será que va para ministro, o será que está enamorado.

Yo a este paisano no lo conozco, pero me hago a la idea comparándolo a Caldera, por ejemplo, que es ministro de Trabajo, lo que es verdaderamente paradójico. Puesto que reconozco que me cuesta creer que haga gran cosa. Solamente dar conferencias de prensa con media sonrisa, como no terminando de creer que esté donde está, ni creyendo tampoco que Pepiño Blanco haya llegado a tener el sueldo que tiene. Porque estos dos son de darse abrazos y palmadas en la espalda el uno al otro.

De este Bermejo no sabemos más que se estaba ampliando el piso, o se lo estaban arreglando, que hay que vivir confortablemente, sobre todo si se llega a ministro. No le conocemos nada más. Bueno sí, que a los dos meses decide sentarse a la mesa con los sindicatos para negociar un aumento de sueldo. Que en este país no solamente se amplían los metros de su casa.

No es un ministro de justicia, es un ministro de la eficacia.

Y su discurso triunfalista de esta noche es de dejar patidifuso. Cuenta el hombre que ha habido un acuerdo buenísimo. Tan bueno que no pudo resultar antes, me digo yo. Tan bueno, dice, que no hay vencedores ni vencidos. Supongo que algunos vencidos si hay.

Los pobres que hacen la cola para tediosos trámites y les dicen que habrá que volver mañana o pasado. Todos aquellos con procesos judiciales paralizados porque no hay quien acuda a trabajar. Sospecho del ministro durante los dos últimos meses, por lo menos.

Pero ahora quiere medallas. Habrá que hacerle un piso nuevo.

Yo he recibido la carta de Hacienda acerca de la Renta de personas físicas. Yo soy una.

Bendito 17%.

Que no falte de nada.

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