miércoles, 30 de abril de 2008

De cocinica

Cantar pa ti es mi quita pena.

El Kitapena - Manu Chao



Mira que hoy he vuelto tarde. Que nos hemos entretenido en la oficina. Mira que además he tenido que dar vueltas por el supermercado, con lo pequeño que es y no daba con la nata para cocinar, que no debemos de confundir con la nata para montar. Son dos productos parecidos pero este último suena mucho más festivo a la par que evocador. Aunque yo monto más bien poca cosa, casi casi ni siquiera cocino. Y eso que tengo a mi disposición una cocina más bien rudimentaria las 24 horas del día. Cuando entro por la puerta la veo como diciendo "soy toda tuya". Pero casi no la miro, me la sé de memoria.

Me dice mi madre que me tengo que comprar un libro para dedicarme a copiar recetas, no sabe que lo mío es la improvisación, ¿de qué otro modo haremos avanzar la alta cocina? Le digo que si metiéramos a Arguiñano en mi cocina los programas le duraban dos minutos, lo que tardara el hombre en recoger las hortalizas que se trajo de su huerta para salir por la puerta. Y es que claro, quien va a comparar esas cocinas monumentales donde rueda este hombre con mi pequeño espacio de azulejos color verde quirófano, que no hay más sitio para posar una cebolla que la propia sartén donde va a freír.

Por eso he hecho del microondas uno de mis mejores amigos, cocina él mucho más que yo. Menos hoy.

Hoy tenía el día yo con ganas de cocinar, como otros tienen el día con ganas de reñir. Y he cocinado unos espaghetti que me han quedado extraordinario.

Lo primero ha sido cocer los espaguetti en abundante agua salada, como de mar mediterráneo. Luego he frito champiñones laminados a lo que añadí más tarde unas cintas de bacon.

Cuando ambas cosas estuvieron en su punto, le añadí a la mezcla la nata junto con un pedazo de queso Cabrales que compré ayer junto a una tabla de otros quesos asturianos. Y aún más, para rizar el rizo un pedazo de queso azul, en este caso francés.

Obviamente estos quesos son quesos fuertes, conviene por tanto no abusar de ellos. Al final se trata de que presten su sabor a la salsa nada más.

"Desmigué" el queso al fuego en la nata y lo añadí todo a los espaguetti que tenía esperando a parte.

Luego vino lo más fácil.

Comerlos.

El guiso me quedó de rechupete. Pero tengo al microondas enfadado.

martes, 29 de abril de 2008

Pajarera

Yo también dije esas mentiras.

La ciudad parece un mundo - Ismael Serrano



No tengo mucha gana de hablar del fulano que tuvo secuestrada a la hija durante 24 años, a la que hizo 6 hijos para descubrirnos una nueva relación de parentesco insólita a la par que repugnante. Aquellos eran sus hijos-nietos. Y se subía a la parte pública de la casa a los bebés más ruidosos, así de sencillo, a los menos revoltosos los dejaba metidos en el zulo para que meditaran clandestinamente por los rincones, con el ruido de fondo de la tele y los anuncios. Pero no quiero hablar de eso.

En ese pelo revuelto, con esa cresta de gallo expulsado a escobazos alguien debió hallar el signo de un desequilibrio. En esa mirada loca de Dalí sin un ápice de genialidad.

Pero no lo supieron ver. Creyeron sin hacer preguntas todas y cada una de sus coartadas, de sus razones.


Pero hoy quiero hablar de otro loco. Quiero hablar de nuestro ínclito actor Andrés Pajares, que tiene la cabeza hecha una jaula de pájaros pero que en su zafio peregrinar por la locura resulta hasta entrañable, ahora que se le está olvidando hablar y solamente retiene groserías y palabras mal sonantes. Seguí con atención hace unas fechas su convocatoria a un programa de los de marujeo al por mayor. Lo que dice tan poco de mis noches de viernes o sábado que ahora mismo estoy sintiendo vergüenza, pero al final es culpa mía solamente a medias. Yo no logré hacer con ese viernes o ese sábado nada provechoso, pero no me inventé la programación de entonces. Simplemente fui testigo. Y al fin, ver a Andrés Pajares en aquellas circunstancias era muy parecido a buscarle la salida a un juego de laberinto en una revista de crucigramas. Escucharle era como asistir a una conferencia técnica de la NASA, se nos derrama el contenido a borbotones porque el cerebro nos va demasiado despacio para entender, sólo que en este caso no es nuestro cerebro con retardo, sino el suyo. Las ideas no usan frases para expresarse. Son un archipiélago de saltos. Un puñado de petardos estallando aislados. Chocolate, caramelo y galleta. Andrés Pajares piensa como habla Radomir Antic. Ni uno ni otro saben lo que dicen. Pero en el mundo del fútbol no hay verdades universales ni disparate que agote el crédito.

En la vida suele haber menos oportunidades.
Cada una perdida es una puerta que se cierra.

Sin embargo, el bueno de Andrés Pajares acudía previo pago, para asegurar que su vida familiar es un caos y yo sospecho que se ha enrolado en el ejército de la provocacion y el taco grueso porque debió callarlos todos por educar a sus hijos conforme a las buenas costumbres, y claro, le han salido tan rematadamente mal que ahora quiere educar a los vuestros mostrando que no hace falta hilar una frase con coherencia para aparecen en la caja tonta.

Transcurrió el programa entero sin que los periodistas pudieran entrevistarlo. Muy audaz por su parte, pues se llevo crudo el montante sin tener que atenderlos siquiera. Simplemente se dedicó a repetir sin gracia que le gustaba follar ¿te gusta a ti? preguntaba. Y los periodistas no sabían que decir porque aquello escapaba a las 4 preguntas preparadas en casa. Así que sonreían tontamente cuando se veían en el centro de la cámara.

Al menos aquella aparición sirvió para dos cosas. Constatar que la noche que destrozó la habitación del hotel de Madrid donde vive no estaba drogado, que hubiera sido la mejor de las noticias, y que está desarrollando una forma de mirar bastante extraña e inquietante. Hasta la comisura de la boca se le está viniendo arriba como la de Jack Nicholson de Joker. En definitiva a Andrés Pajares se le está revolviendo tanto la pajarera que se le nota hasta callado. Y habla con la lengua enredada como si de hinchada no le cupiera en la boca.

Si eso no lo hacen las drogas o el alcohol entonces su problema tiene difícil solución. Tiene el cerebro parcialmente fosilizado. Al menos la parte que no usa para pestañear, caminar o como él dice, follar.

No soy psiquiatra, pero se nos ha quedado fijo al norte. Y si algo le sobresalta entonces se vuelve de aspavientos y barbaridades, como huyendo por un bosque terrorífico.

Hoy ha llevado su episodio un poco más allá. Se ha puesto una peluca y un bigote y se ha ido con una pistola de pega a asaltar un bufete de abogados. Le han terminado reduciendo, aunque antes le ha dado tiempo a rociar a unos cuantos con su spray anti-violador.

Pobre hombre. Vaya fácil que es perder la cabeza. Los demás no debemos confiarnos.

Estamos al borde de la delgada línea roja.

lunes, 28 de abril de 2008

Vanilla Sky

¿En quien podía confiar?

Vanilla Sky

Integrándolos

Seremos tu cordón umbilical.

La 69.G - Joaquín Sabina.



Hoy he hecho dos cosas de gran importancia. Uno, he puesto la lavadora. Llevaba todo el fin de semana con ganas de ponerla pero no me atrevía. La pereza de cargar toda esa ropa hasta introducirla en un "bujero" tan pequeño como tiene el chisme me tenía paralizado. Y dos, he ido a la piscina a nadar. La natación me deja nuevo, hasta me veo más joven.

Tengo que reconocer que en un primer momento al hacer la primera de las tareas me di por conforme y me dije que habiendo cumplido con una no había porque tentar a la suerte llevando a cabo la otra. Alguien dirá que bastante tendrá que ver una y otra, que no son incompatibles, ya lo sé; pero si no nos dejamos nada para luego ¿qué haremos mañana?

Como viene siendo habitual vengo vivo para decir, y bebo en las candentes noticias de nuestros diarios digitales. Así he conocido que Rajoy no da una puntada sin hilo, y como se ha hecho tan amigo de Camps le ha exportado la idea del contrato de integración, que es una cosa muy buena, a tenor de la insistencia en implantarlo, y del que ya vamos conociendo cualidades tan valiosas que uno se pregunta como subsistió hasta ahora.

Habrá un antes y un después del contrato de marras. Vamos a recibir más inmigrantes solamente por el placer de firmarlo.

Cuando uno ve a alguien mayor, bastante entrado en años vaya, vestido con traje y corbata tiende a pensar que está ante alguien serio, claro que la prueba del algodón viene después, cuando el fulano abre la boca.

Por eso ver sentado a la mesa al conseller de Inmigración y Ciudadanía de la Generalitat Valenciana Rafael Blasco puede imponer un poco, pero si luego se le oye hablar de implantar el contrato de integración de Rajoy, que pronto implantará también a su niña en algún barrio de Valencia o Murcia, ahora que Madrid se le hace hostil, entonces cualquiera piensa que ser conseller de tantas cosas como ser conseller de la nada, o ser conseller de las nubes y de las estrellas, o de los átomos, o de las lentejas.

Nos aclara Don Rafael que los inmigrantes deberán asumir "nuestro modelo de convivencia y nuestra escala de valores" pero como quiera que aquello es hablar del sexo de los ángeles, nos tercia una aclaración para que se le vea instruido en la materia, no por contra habrá sido el propio Rajoy el que le habrá brindado provechosas clases particulares. "Que los inmigrantes se comprometan a respetar los derechos humanos y el sistema democrático".

Mira tú por donde Blasco da en el clavo. ¿En qué salvaje oeste hemos sobrevivido hasta hoy que necesitamos que los inmigrantes respeten los derechos humanos a partir de ahora?

Yo me echo a temblar pensando en cuanto pueden tardar en aprobar lo del contrato vinculante del binomio Rajoy-Blasco. Espero que cuando lo aprueben lo hagan con efecto retroactivo para que los que ya están tengan a bien respetar los derechos humanos también, y no solo los que lleguen a la Comunitat a partir de ahora. Bien pensado en un acierto, a partir de ahora todos aquellos foráneos que tuvieran la intención de ir a la Comunidad Valenciana para vulnerar cualquiera de los derechos humanos se lo pensarán dos veces. Esto es ingeniería política del más alto nivel.

Temor me entra por el resto de comunidades. Por esta patria verde asturiana, con lo bonita que es y lo desamparada que queda sin contratos de integración a los que acogernos. Quizá podamos hacer una fotocopia del de allí y puedan firmar los de aquí también los mismos deberes que allí se recojan tan sagazmente.

Porque tú imagina que en las próximas elecciones los inmigrantes quisieran vulnerar nuestro sistema democrático. Por ejemplo haciendo piquetes ante los colegios electorales para que no podamos entrar a votar. Sin embargo si les damos a firmar el contrato, entonces no pueden hacerlo. Ni nos van a echar por los suelos las urnas con los votos, ni nos van a hackear el recuento electoral para que nos salga de presi Sarkozy, Chávez o Aznar.

De manera que ya sabemos lo que es el contrato de integración. No era algo que tuviéramos muy claro porque a Rajoy dos debates de dos horas no le alcanzaron para entrar en pormenores. Y como el otro no estaba por la labor de preguntar...

Sin embargo, ahora nos damos cuenta, estos políticos se las saben todas. Tantas horas de arduo trabajo les da para conseguir hallazgos de dejar boquiabierta a la ciudadanía de este país mediano.

No son personas, son genios.

Siempre tienen un as en la manga. Un conejo en la chistera.

Yo no podría quererlos más. Creo que estoy enamorado.

domingo, 27 de abril de 2008

El alquiler

Suerte que es haberte conocido.

Suerte - Shakira



Hemos conocido esta semana que alguna gente pone anuncios para alquilar habitaciones de la casa, buscan compañía de piso y piden algo a cambio.

Lo normal es querer que se contribuya con una cantidad económica que haga más llevaderos los gastos mensuales, pero en estos casos notorios, anunciados en portales inmobiliarios, lo que se pide es otra cosa. No tocante al bolsillo sino a la piel que hay debajo. Se pide, sin sal ni azúcar, un poco de sexo eventual. O mucho con frecuencia, depende de la renta que el nuevo negocio está ahorrando, supongo. Se pide un pago en especie, en altas temperaturas, en carne.

Lo cierto es que quizá conseguirlo se ha convertido en algo tan difícil que hay que ingeniar nuevos métodos más directos. Ponerse una camisa para salir de marcha que dijera "Estoy dispuesto a hacerlo casi con cualquiera", con ese "casi" salvador que permita al menos un par de descartes si vienen mal dadas. O con este método casi contractual en que todos ganan. La cuestión supongo es abaratar la cuestión física, que es como hacer abdominales en bancada sudando por el otro, sin que haya que mediar con arduas tareas de seducción e ingenio constante y menos aún con la proposición tácita de que hacer el amor acabará en boda.

A decir verdad solamente leí acerca de hombres necesitados. Una prueba más de que ellas tienen la sartén por el mango. O de que hay demasiados mangos huérfanos y sin expectativas que no suenen desesperadas.

Uno de ellos aclaraba tomando un café a una de las candidatas que no espera que lo vayan a hacer a diario. Es una aclaración necesaria, porque yo por ejemplo estoy dispuesto a pagar la renta, la mía sí contante en euros, una vez al mes, pero no más. No quiero tanto a mi casera.

Así que la moza quizá respiró tranquila pensando que después de todo, siendo así no pintaba tan mal, o quizá tan necesitada o más lo miró como diciendo no empecemos ahora con el rebajeo. Estamos o no estamos.

Otro fulano pedía una foto por Internet para poder cribar entre las candidatas, debía haber recibido bastantes ofertas y quería reunirse solo con aquellas que tuvieran opciones reales de ocupar el piso, que es ocupar su cama. Supongo que ya puestos a pedir, mejor fotos ligeras de ropa, que esos jerseys gordos de lana son tan poco insinuantes como una sotana.

Lo principal será llegar a un acuerdo.

- ¿Con qué frecuencia lo haremos?
- ¿Quieres pagar comunidad, luz y agua?
- Por supuesto que no.
- Entonces 3 veces a la semana.

Y para estas cosas conviene fijar los días de antemano, para que el otro no haga planes. Claro que no han de ser días fijos inamovibles, que si a uno le toma la primera comunión el sobrino o rompe una pierna el asunto siempre podrá retrasarse. Así no sería raro que a la noche se oyeran velados reproches.

- Me debes un plazo de la renta. A ver cuando podemos ponernos al día que a este paso se nos va a juntar con lo de la semana que viene.


Y otra cosa será cuando haya que renegociar los términos. Al año por ejemplo.

- Con la subida del IPC vamos a tener que añadir una o un par de veces más mensuales. No hace falta fijar fechas, podemos improvisar a ver cómo cuadra en las semanas.

A lo que ella podría contestar, contestataria:

- La subida del IPC no da más que para un magreo puntual o para dejar la puerta del baño abierta a la hora de la ducha. No pidas peras al olmo.


Al final en estos casos si algo sobra es la confianza. Tanta como para insinuar:

- Me estás echando un trasero que no sé si no tendremos que rescindir el contrato. Ya sabes lo mucho cansa y lo poco gusta.


Nos estamos concediendo los mejores años de nuestras vidas.


En cualquier caso es obvio que hablando se entiende la gente. Que lo importante es llegar a puntos de encuentro, ponerse de acuerdo en los detalles, dejar atados los flecos para que no haya cosas pendientes.

- Fíjemos los días Lunes, Jueves y Sábado por ejemplo.
- Mejor no, deja los fines de semana libres para que pueda visitar a mi novio.
- Pues Lunes, Miércoles y Jueves. Así puedes salir ya el viernes por la tarde y le sacas más jugo al fin de semana.

Yo mismo estoy considerando la opción seriamente. Tengo una habitación libre con dos camas. Vamos que la moza puede traerse compañía si es menester, eso sí para sus ratos libres. Que en estas cosas hay que pedir esta suerte de compromiso con seriedad. Se trata de un pacto al que hay que atenerse. Y cumplir con él profesionalmente. Para determinados negocios conviene fijar hasta los detalles de menor importancia. El límite es la libertad de cada cual.

Lo malo es que yo tengo tan mala suerte de que seguro me tocaba la única con ciclo diario. O con jaqueca constante.

Y lo más que diría, con preocupación real, es aquello de "a ver si te curas".

Soy muy buenecico.

sábado, 26 de abril de 2008

La Audiencia

Yo salí a la calle y olvidé pagar.

Cien días - Ismael Serrano



La última de la Audiencia la protagonizan el mediático Gómez Bermúdez y un fiscal algo resentido que se apellida Gordillo.

Ambos se llevan mal desde que el tribunal presidido por ese magistrado desestimara unos cargos que Gordillo mantenía contra una presunta terrorista de ETA. La razón, poca cosa, la fiscalía no presentó al testigo que la había reconocido. Ni falta que hace diría el avispado fiscal para sus adentros. Y luego a viva voz:

- Ni falta que hace, señoría.

Son cosas que pasan en todas las fiscalías, no presentas al testigo fundamental y los cargos desaparecen por falta de pruebas.


Pero esa forma de resolver no le gustó al fiscal, así que cuando unos días más tarde se presentaron los mismos tres para tratar consecuencias de otro delito, juez, fiscal y presunta, el fiscal se empeñó en hacer suspender el juicio con las excusas más banales.

Obviamente el juez no lo admitió, nadie sale en un póster como una pared de grande mirando de soslayo a los malos de la historia, como vigilante implacable, para dejarse suspender juicios por naderías. Escribir el libro y promocionarlo convenientemente llevó demasiado trabajo para arruinar prestigio a estas alturas.

Así que el fiscal Gordillo tuvo que sufrir en sus carnes una segunda derrota dolorosísima. Y seguro que ya está deseando volverse a encontrar en el camino de Gómez-Bermúdez porque entonces tal vez consiga vencer, en la guerra sorda de quedar por encima del otro. Lo mismo que Joker con Batman. Aunque estos dos pareciera que juegan en el mismo equipo no es así. Al final en materia de tribunales y leyes el resultado depende en gran medida de las personas a quienes concierne. Como aprobar un examen y hasta recibir unas clases cualquiera. Debieran ser iguales para todos pero no lo son.

Por eso es habitual que los tribunales se quiten la razón unos a otros. Porque la justicia es una ballena en el fondo del océano, muy grande sí, pero que cada uno ve de una manera distinta y difusa, por estar tan lejos; y quien no la ve se la inventa.


Todo esto a los profanos de la materia nos suena como a patio de colegio entre niños mal criados que quieren tener siempre razón, o al menos salirse con la suya. Pero es lo que hay. Son los elementos de nuestras esferas más altas.


Sestea está a punto de desembarcar en un puesto de mayor responsabilidad en el organigrama de Justicia. A cargo de un juzgado. Yo le tengo dicho que lo probable sea que ella termine de bedel mientras algún subordinado toma las decisiones más importantes. Ella cree que no ocurrirá, bastante costó conseguir aquel despacho.

Pero es tan poca cosa, y es tan blandita como sentar una muñeca en el sillón presidencial. Algo así como Zapatero pero más graciosa, mucho más lista y la mitad de alta.

Menos mal que se la ve buena de lejos. Nadie en sus cabales querría disgustarla.

viernes, 25 de abril de 2008

Una de tantas

No me mientas, no me digas la verdad.

Flaca - Andrés Calamaro



El otro día, anteanoche al acostarme se me vino a la cabeza algo que quería contar aquí. Joer, me parecía algo bastante importante y hasta urgente. Me vi diciéndome, de tan importante no se me podrá olvidar. Y se me ha olvidado. Estoy estrujando el cerebro pero creo que tiene el tamaño de un kleenex. Es como un resguardo de esos nuevos, impresos térmicamente y que al guardarlos en la cartera terminan perdiendo la tinta y se quedan blanquinosos. Los miras y no sabes de donde vienen aunque sí hacia donde van. Mi cerebro se está quedando en blanco y va a ser culpa de que volvió el buen tiempo que alegra el alma. Me manejo despreocupado y jovial, sin los pesares que dan las lluvias persistentes.

Sospecho que este desajuste neuronal es consecuencia de que cuando veo "Saber y Ganar" e intento convertirme yo también en la calculadora humana siempre me quedo empantanado en la segunda o tercera operación si son fáciles. Pero es que este es un programa diabólico, exige usar la cabeza más allá de lo que aconsejan las nuevas tecnologías. ¿Quién quiere hacer todas esas operaciones si las calculadoras son nuestras amigas?

¿Para qué nos sirvió aprender que era un logaritmo neperiano?

Yo todavía no me crucé con ninguno. Y espero tener suerte en este puñado largo que me queda, porque si me echara uno a la cara no sabría siquiera como mirarle. Lo mismo que si me hablara un alemán en su lengua vernácula ¡qué forma tan tonta de poner las cosas difíciles!

Le teníamos que haber dicho al señor profesor que estaba malgastando su vida, esas compañías... que no digo yo que acompañarse de senos sea malo, pero los cosenos y los logaritmos... alcanzar algún modo de felicidad recorre a veces intrincados vericuetos.


Así que esta arribada va a ser una de esas en que vengo nada más por llenar un poco de espacio blanco (escribo en negro sobre fondo negro, luego al ser colgado la cosa se vuelve del revés). La verdad es que no tengo mucho que decir. Normal si el encefalograma ahora saldría plano.

Es obvio que a estas alturas de "post" más de uno de los que me visita periódicamente habrá desertado maldiciendo el regreso. Pero me niego a acabar aún. La entrada me quedaría ajustada más o menos a las líneas que propone Sonia "echando el ancla", y yo soy cabezota para llevar la contraria. Explayémonos todo lo que podamos, démosle al cuerpo ese gusto de contar por contar, incluso si no hay nada que decir. Sumemos a este montón de líneas insustanciales unas pocas más. Que con cada línea estemos más y más cerca del éxtasis de tener bajo control sintaxis, vaya poderío, gramática y hasta ortografía. Y hagámoslo con buena letra. Verdana según creo.

Hagamos el aún más difícil. Consigamos 5 líneas más.

Vivo y digo ahora mismo. Quizá sea lo más importante de todo. La verdad misma es que nada importa más que el minuto actual. Para tener pasado hay que tener memoria, para tener futuro, fe. Nada importa más que este presente fugaz. No sé tú, pero el mío podría ser mejor.

Menos mal que estoy abonado a creer.

Muevo montañas a diario.

miércoles, 23 de abril de 2008

El negociazo

Se despedirán de ti cada mañana.

Dónde estarás - Ismael Serrano




Dicen que el fútbol copia a la vida porque como aquella no es justo. A veces premia al que menos lo merece, como la vida.

Yo no sé si Koeman merece o no premio. Lo que sé que no es mucho, tiene que ver con anticipar a una milla de distancia, ¿dije milla?, a mil kilómetros, un negocio que acaba en ruina.

Y no porque yo sea un dechado de virtudes, ni porque tenga una intuición infalible. Ni siquiera se me dan bien los números, igual que a Koeman, al menos los números que tienen que ver con el fútbol. Aunque a él las cuentas a final de mes le vayan a salir más redondas que las mías, aunque ya tampoco haya para mí nada fuera de mi alcance. Que siempre fui de conformar con poco y de pocos lujos.

Probablemente a Koeman le vayan los lujos más. Tendrá perdido entre los papeles de la escuela holandesa de fútbol la máxima más universal del fútbol y de la vida. Lo importante es la victoria, o más sencillamente ganar por encima de cualquier otra cosa.

Por eso recomienda Koeman a los periodistas que aprendan fútbol antes de presentarse con un micrófono ante sus ojos, y tiene razón, y que aprendan también periodismo, que la mayoría andan cortos de ideas y amarrados a los tópicos intercambiables como un loro al nombre que consigue el mijo o el alpiste. Recomienda Koeman que aprendan de fútbol para ver si le aciertan la disposición táctica del partido aunque él olvidó que las victorias en fútbol son lo único importante, y que después de todo nadie acertaría con la disposición del caos, todos aquellos jugadores moviéndose de lado a lado, subiendo los laterales, bajando los centrocampistas, y no como un movimiento coordinado fruto de los entrenamientos, sino como resultado de la falta de criterio o la necesidad de quitarse de en medio para pasar más inadvertido.

A Koeman las cuentas del fútbol se le quedaron trabadas, demasiadas cenas tras derrota. Pero ahora que el Valencia inicia el negociazo le empiezan a cuadrar los números para decir ¡eureka! y pensar que una retirada a tiempo nunca fue una victoria tan rotunda.

Obviamente el error no es de Koeman, que ha muerto con las botas puestas empeñado en que sus jugadores hicieran la forma del tulipán sobre el verde césped, aunque luego terminara casi siempre como el rosario de la aurora. La culpa es de la directiva del Valencia que ha decidido mostrar cómo se puede llevar una empresa a la ruina, quizá no deportiva, pero sí económica.

¿En qué empresa cesarían a un trabajador con contrato por tres años a los pocos meses teniendo que pagarle el contrato integro?

La lógica dice que en ninguna. Aunque solamente sea por ese raro concepto de la coherencia, de aguantar por el compromiso adquirido, sino de la palabra dada sí por el papel firmado. Por el propósito firme de entonces, por la sangría económica.

Pero hay una, que no es única desde luego en el generoso mundo del fútbol y sus disparates. En el Valencia Club de Fútbol, escuela de empresariales donde todo es del color de las cosas sin importancia y esponjoso como las nubes.

Lo mejor de todo es que según parece quisieron blindar a Koeman, del que no sabían apenas nada, bueno sí, que tiraba muy bien las faltas cuando ya empezaba a apuntar las formas de oficinista fondón de la actualidad, pero como entrenador apenas nada. Que había entrenado en Portugal y Holanda con resultados discretos. No obstante, lo querían blindado no fuera a venir al Barça a llevárselo a mitad de proyecto. Entonces él accedió a ponerse una claúsula como las estrellas, a cambio de tener el contrato bajo llave frente a la otra parte, que son los mismos que lo contrataban.

Y aunque en el fútbol está todo inventado, y es evidente que los entrenadores están sometidos a la tiranía del resultado los mandamases del Valencia firmaron esos tres años pensando que igual se les quedaba corto. ¡Qué importa que luego te puedas arrepentir! ¡Qué importa que luego te arrepientas! Mil casos se dieron antes, mil se darán a partir de ahora pero no aprenderán porque en el fútbol gobierna el desgobierno y el despropósito. Y nada vale para mañana porque el presente es lo único que vale.

Pagas y santas pascuas.


Decía el bueno de Koeman con el finiquito bajo el brazo que ha ganado una experiencia y ha perdido una ilusión, es un pensamiento precioso que concierne a la vida tanto como al fútbol. ¿Por qué quién no ha perdido alguna ilusión?

Yo perdí unas cuantas y sigo hacia delante.


Pero Koeman tiene 10 millones de euros para administrar la pena de verse sin trabajo por ahora. Porque al final, en el caso improbable que descienda el Valencia lo habrá hecho sin Koeman en el banquillo, que no vayan a colgarle a él ese muerto. Y si se salva sus derrotas serán olvidadas como se olvidan las derrotas y hasta las victorias semanales del fútbol. Son papel mojado como todos los días grises.

Pero que nadie olvide el título logrado, ese lapso mágico vivido con él en el banquillo, esa copa del Rey que le servirá para escoger equipo sacando pecho, porque Koeman está ya en la los libros del Valencia, por un título que solamente se había ganado 6 veces en la anhelante historia de un club con pocas razones para el orgullo fuera de su afición ruidosa.

Quizá un día incluso nos pueda la nostalgia por devolver a Koeman al banquillo valencianista. Pensando que con él se ganaban los títulos que faltarán.

Mientras tanto le dejan un recuerdo. 10 millones de euros para que no olvide que el fútbol se dan milagros casi todos los días.

Al fin, es un cielo que pertenece al mundo de los sueños.

lunes, 21 de abril de 2008

El espejo

¿Qué hay de malo en perseguir los sueños?

Realidad o sueño - Jarabe de Palo



Vengo de visitar a Sonia en su blog. Ya se dio el caso de que una entrada mía motivaba en ella un artículo nuevo y distinto. Dos personas para dos formas de ver las cosas. Ya viví algo parecido con mi añorado Mercuzzo, aunque entonces entre los dos se establecía una sana competencia literaria, de la que él solía salir vencedor y yo vencido. Él era mucho más metódico y probablemente más talentoso, aunque según él yo tenía la rara habilidad de rozar la sensibilidad como si las palabras fueran capaces de ir desnudando a la persona. Pero esto debió darse rara vez y fue siempre sin querer.

Hoy soy yo el que me traigo retenido apenas un artículo de Sonia sobre "el blog carnívoro". Un blog que hay que alimentar para que sobreviva por encima incluso de la vida del autor. Vive la vida solamente para contarla.

En mi opinión sus temores son infundados. Yo no puedo hablar por otros, solamente por mí, y yo me sentí escritor desde muy joven. Y de aquel escritor hoy quedan nada más un puñado de relatos, un premio sin uso y este blog. Es toda mi herencia.

Nada en comparación con lo especial que me hizo sentir a veces. Nada ante las magníficas oportunidades que me brindó, en su mayoría en forma de desconocidos que se hicieron imprescindibles. Cegados por intentar ser sublimes sin interrupción. Pensar en imposibles es una forma de acercar su consecución. De volverlos de carne y hueso. La meta no parece tan lejos. Y al menos en una sola línea logramos serlo. Algunos de ellos incluso con más frecuencia.

La verdad es que me siento como dijo mi amiga Gaddira el día en que recogía y apagaba las luces de su blog, no sé vivir sin escribirme.

Tal vez yo sea de esos. Fagocitado por mi deseo de sentirme escritor. De recordarme escritor. Porque así tendré presente que alguna vez yo también me levanté de la cama porque la cabeza hervía con personajes y relatos. Sabiendo además que al día siguiente la historia no se escribiría del mismo modo. Que era entonces o nunca. Soy una persona consumida por el autor de este blog de tantos años. Me he dejado aquí mucho de lo que soy.

He sido devorado por el espejo.


Escribir un blog es escribir un poco para los otros. Lo privado, se quedó en las libretas de tapa gorda a modo de diario de mi niñez. Allí están todas aquellas cosas sin importancia, asidas al gusanillo de una libreta. Y ahora parecidas cosas quedan para mí. Es lo que pienso y callo.

Después de todo, ¿cuánto importa que te visiten?


Sonia habla de dejar de escribir el blog algún día, para que no se convierta en una forma de esclavitud. Al fin y al cabo dice que es un juego y de todos los juegos uno termina cansando. Puede que yo también deje de escribir.

Pero me temo que sea el mismo día en que me muera. O quizá la víspera.

domingo, 20 de abril de 2008

Llueve

Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.

Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.



Tengo miedo - Pablo Neruda




Llueve, antes hizo sol.

Estoy escuchando gaitas para despedir la tarde.

No me voy a acordar de ella.

sábado, 19 de abril de 2008

Amigo

...

Todo, amigo, lo he hecho para ti. Todo esto

que sin mirar verás en mi estancia desnuda:
todo esto que se eleva por los muros derechos
—como mi corazón— siempre buscando altura.

Te sonríes —amigo... ¡Qué importa! Nadie sabe

entregar en las manos lo que se esconde adentro,
pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te lo doy... Menos aquel recuerdo...

...

Amigo - Pablo Neruda




Esta tarde he vuelto a leer.

Desidia

La justicia está arrestada por orden de la avaricia.

Abrazado a la tristeza - Fito y los fitipaldis



Haz lo que quieras. Está todo en venta.

Leo que Roca, el fulano que tenía un cuadro de Picasso en el baño para entretener la sentada y un oso polar en el salón, ya está libre de nuevo. Libre para aflojar los grifos bañados en oro y para ir por la vida pensando que no hay nada que no compre el dinero.

Hay dos tipos de personas que reciben más sonrisas. Tienen por tanto, más posibilidades de ser felices. Los guapos y los ricos.


El juzgado le ha pedido un millón de euros que es una cantidad bastante asequible para el que ha estado haciendo chanchullos a cientos con un beneficio millonario. Lo ha puesto sobre la mesa y ha salido montado en su Mercedes.

En estos tiempos se reproducen los fallos judiciales, que arrancan en la desidia más absoluta. Que un militar está obsesionado con una mujer, que la maltrata, que la tiene amenazada e incluso intenta suicidarse delante de los agentes que lo detienen. No pasa nada. En el juzgado determinan que hacer por hacer no tiene sentido. Que es mejor pensar bien los pasos a dar, no vayamos a precipitarnos. Que es cierto que quizá lo prudente sea quitarle el arma privada que compró, por no tener derecho a una por trabajo, pero ve tú a saber si no se estará cometiendo una injusticia. ¿Por qué cuantas posibilidades hay de que este hombre la necesite para algo legítimo? Imagina que quiera sacarla a relucir en algún campo de tiro, o en el campo abierto, quizá allí con suerte le de para detener a un pirómano. ¿O no no está entre las atribuciones de un militar detener a nadie? Entonces le dará la posibilidad única de abatir un jabalí, o simplemente estar alerta por si nos invaden los soldados americanos desde el aire, o los marcianos que son casi lo mismo.

El resultado final es conocido. El militar mata a la mujer y a su actual compañero sentimental, otro militar, que a juzgar por las declaraciones de los políticos debía ir todo el día con el arma desenfundada por si acaso. Pues él era toda la protección que tenían.

Luego el hombre se descerraja un tiro, el último y echa el cierre a la historia sin dejar feliz a nadie pero sí unas cuantas preguntas flotando en el ambiente enrarecido de la justicia minúscula de este país.

¿Son así de incompetentes por naturaleza o se van haciendo?


Y una sospecha. Estos casos se dan a cientos. Vivimos en medio de un abandono total. Solamente ocurre que contamos con la suerte de que en la mayoría de los casos la situación creada fatalmente no estalla. Después de todo algunas personas no se convertirían en asesinos nunca por muy mal que les vaya la vida. Y esas páginas se cierran sin ruido, como el naufragio de un barco.


La verdad es que no importa la justicia, ni importa la causa, lo único importante es hacer lo menos posible. Dejarse ir suavemente. Salir 20 minutos antes si tercia para llegar pronto a encender la tele ¡cómo está el mundo! y ganar cuanto más mejor.

Quizá sintonices a Luis Aragonés en uno de sus medidos discursos del tal y tal. Viviendo a cuerpo de rey sin rendir cuentas pero en plan voceras si le tocan la moral roja. No importan los resultados, ni los errores. Uno está para dejarse llevar y otros para observar sin actuar. Una sola palabra podría quebrar esta magia, este minuto perpetuo de calma.


En estos días se ha conocido el caso de un sacerdote dueño de una fundación que fue sisando a un matrimonio enfermo todos sus ahorros y propiedades. Pero que nadie piense que es que les pedía por la cuota del asilo más de lo mandado, es que se apropió de alrededor de 600.000 euros y de 60 propiedades.

Sería que con lo propio no tenía suficiente. Así que le han condenado a 5 años que dan para pedir perdón muchas veces, aunque no sé si suficientes.

Y al notario que estaba inmerso en todo el tinglado lo multan por falsificación por imprudencia grave y santas pascuas. Va a poder seguir dando fe pública poniendo una firma sin apenas constatar nada.

Al final se trata de cobrar para seguir en medio de este transcurso plácido.

Este río de agua templada nos lleva, despacito por favor. No te muevas apenas. Susurra al oído palabras bonitas tan bajo, dulcemente,

cierra los ojos, el amor te quiere. Te mece el amor.

Te duermes.

viernes, 18 de abril de 2008

Futuros

Que difícil se ha vuelto.

Premonición - David Bisbal



Si uno habla con otras personas se da cuenta de que en su mayor parte la vida no les salió como habían planeado. En el mejor caso son unos matices, en otros las piezas no llegaron a encajar nunca. Que algunos caminan por la vida arrastrando los pies.

A mí se me hace difícil imaginar el futuro. Sé que se moverá dentro de unos parámetros ya establecidos. Hablamos de lo previsible, lo que no debiera cambiar fácilmente.

Sin embargo lo que antes se dio por supuesto hoy permanece en suspenso. Lo seguro entonces permanece hoy solamente en medio de lo posible.

Lo que antes preocupó hoy se ha evaporado. Las razones de la incertidumbre han cambiado.

Miro al futuro y mi vista no alcanza.

Soy protagonista y sin embargo, no sé que va a pasar.

miércoles, 16 de abril de 2008

Invisibles

No se va la herida grande que me queda.

Hoy me voy - Juanes



Quería mencionar el caso del fulano que llevaba 8 años maltratando a su madre y que terminó por cortarle la cabeza para bajarse con ella a la calle. La envolvió en un trapo y le iba diciendo que ahora que estaba callada la quería mucho.

Parece obvio que este hombre no estaba mentalmente en condiciones. Pero parece que nadie se dio cuenta hasta que decapitó a la madre. Pertenece a esa gran cantidad de gente harto sorprendente, excéntrico pero inofensivo, uno de tantos de aquellos a los que nunca creeríamos capaces de algo así. Había estado internado dos veces en un psiquiátrico sin que faltaran razones, fue observado de cerca por puntillosos psiquiatras con una determinación final: no hacer por él ni por su madre nada de nada.

Dejarlo correr a ver donde lo lleva el viento o sus acciones.


La cuestión, como tantas otras veces es, ¿se pudo evitar esta muerte? ¿Estaba esta mujer condenada por qué no se podía hacer nada? ¿Es la ley incapaz de proteger a las personas? ¿Son incapaces las personas de encontrar el modo de protegerse?

¿Importaba esta vida?, ¿Importa esta muerte?


Por supuesto ahora saldrán a la palestra unos cuántos médicos de bata blanca y muy mediáticos para decir que este muchacho está desequilibrado. Pero que no hubo forma de anticiparnos a sus obtusos pensamientos. Después de todo puede que fuera de los que lanzaba migas de pan a las palomas, y en eso no había nada malo. Lo que discurriera su cabeza queda solo para el recinto de su casa y para los cortos de miras que lo trataron alguna vez y que ahora se lavarán las manos. Eran las drogas, eran las costumbres, era que se pudo decir más alto pero no más claro.

Después de todo la vida sigue. Lo más honrado es seguir con ella, a ver que tal resulta.


El director financiero del museo Guggenheim ha sido destituido de su puesto de director financiero. Porque estaba desviando dinero del museo a sus propias cuentas. Un defecto como cualquier otro. Medio millón de euros que ha prometido devolver euro a euro. Debe ser que su sueldo de mileurista se le quedaba corto para comprar polos Lacoste originales. O tal vez bastó que pudiera hacerlo para hacerlo. Algunos se creen tan listos que piensan que están por encima de todo y de todos. Si llevaba un montón de años sisando sin rendir cuentas... ¿por qué habría de cambiar ahora?

¿Cómo recorrerá las calles? ¿Qué cara pondrá a los vecinos cuando se los cruce? ¿Habrá alguien que aún le hable de usted? ¿Lo querrán contratar en algún lado apelando a su buen corazón o a su apariencia de marca?

¿Qué queda de un hombre si dejó de ser honesto?

Un paria atormentado sin futuro.

¿Y cómo era antes?

Era un tonto con la suerte de pasar inadvertido. Lo fue todo el tiempo, solamente ocurre que no nos dimos cuenta. Mirábamos sin ver. Se nos hicieron invisibles

Tuvo que ocurrir un suceso revelador. Entonces a la luz descubrimos el detalle.

Si tarde o no es irrelevante, en este milenio lo transcurrido no es nada en comparación a lo que ha de venir.

martes, 15 de abril de 2008

Un principio

Yo no sé tú... creo en Casandra.

Casandra - Ismael Serrano

lunes, 14 de abril de 2008

Agoreros

Todos los asuntos nos irán mejor jugando juntos.

El Barrio Sésamo - (Fragmento de Don Pimpón)



He visitado hace un rato el blog de Tormenta. En una de sus entradas habla de la ley de Murphy. La conozco bien. En verdad es un poco de Murphy y un poco mía. La descubrimos al tiempo, pero él se llevó la fama y yo los reveses, así que mira tú por donde, de los dos, él fue el más afortunado.

Pensaba el otro día que si yo tuviera que contratar un seguro nunca lo haría con Mapfre, no lo haría porque en su anuncio de cenizos agoreros me han metido miedo. Pues sus clientes son, a tenor de lo que dice, aquellos a los que el coche se les queda parado entre dos gasolineras, y son aquellos a los que les ocurren todas esas cosas tan terribles de frenar con el semáforo en verde y acelerar con el en rojo. Yo no quiero tener un seguro con alguien que mantiene que si puede salir mal saldrá mal.

Y lo peor es que para ese discurso ni siquiera han sido cuidadosos pues dicen que la avería, que se produce siempre, cuanto más de noche y más lejos mejor. ¿No tendría que ser peor? ¿Escogieron la palabra adecuada?

Probablemente los profesionales que facturan estos ingenios televisivos son como yo, no revisan lo escrito. Lo dan por bueno y así nos queda. A ellos y a mí. Pero siempre se me dio mejor encontrar el fallo en lo ajeno que en lo propio. Quizá porque de los demás siempre espero más que de mí mismo.

En realidad no soy de contratar ningún seguro que no sea obligatorio. Conozco casos de personas que se pagaron el entierro varias docenas de veces en vida. Y todo porque no los dejen tirados por cualquier lado. A mí la verdad es que esa posibilidad no me preocupa en absoluto. Ya se encargara quien quiera de darme sepultura o de lanzarme al mar, o de encerrarme en una urna de cristal convertido en un puñado de cenizas. Y sino que me dejen arrumbado en un rincón, tan tranquilo como cuando estoy dormido.

La verdad es que aún no decidí que quiero que sea de mí. Puede ser un buen momento éste para decidirlo. Quiero que a mí me conviertan en una canción. Lo haría yo, pero no sé componer nada, y no tengo oído ni musical ni casi de ningún tipo. Que gasten mis ahorros si los hay entonces en encargar a un compositor una melodía instrumental que sea solamente mía, que sirva para recordarme la rara vez que alguien quiera hacerlo. Sé que estas cosas se hacen a la hora de crear un cortometraje o un documental. Me quiero convertido en una canción breve.

Después de todo mi legado no merecerá precisamente un opera de Wagner. Que apenas dejaré atrás un puñado de relatos y este blog, al que auguro larga vida. Pues está creado como las fotografías para sobrevivirme. Y hasta para sobreviviros a vosotros. Obviamente para entonces no habrá entradas nuevas, pero bastará con las que haya escritas para acercarse a lo que fui.

Comentaba por el Messenger el otro día con Su que soy lo que escribo pero también lo que callo. Es cierto que ambas cosas están diciendo de mí. El retrato se compone de palabras y de silencios.


Ha fallecido Chema, el panadero de Barrio Sésamo. Vuelve a la los medios por su muerte. Perdida la gran fama y convertido gerente de un teatro. Yo crecí con él, con Espinete y con Don Pimpón. Tenía 8 años.

Entonces el mundo nos parecía algo mejor de lo que es. Bendita inocencia.

Hasta los programas para niños hoy, parecen otra cosa.

Que vuelva Espinete, el único erizo que se vestía un camisón para dormir mientras iba desnudo de aquí para allá, todo el día. Pero no una versión nueva. Que vuelvan los mismos capítulos de entonces. Tal vez no se vean en calidad de televisión digital, fotograma a fotograma.

Pero volveremos a ver a Chema de joven. Y será como si no hubiera pasado el tiempo. Porque las personas al contrario que los personajes, envejecemos. Y aunque puede que mucho antes ya seamos nada más un recuerdo, con la muerte será como si desapareciéramos definitivamente. Simplemente no tendrán donde hallarnos.

Menos a mí. Yo me voy a convertir en una canción.

La música no puede morir.

domingo, 13 de abril de 2008

De investiduras

Son caminos de caminos.

Minas piedras - Juanes



Vengo de tomar un siesta ¿o me tomó ella a mí? Se ha puesto a chispear allá fuera, o como dicen por estos lares, a orballar.

Estamos pintando de verde las montañas.


No sé que me pasa, pero no puedo reprimir mis ganas de volver a hablar de los políticos. Será que no dejan de salir en televisión ni tras acabar su larguísima campaña electoral. Ellos son así, de no dar tregua al ciudadano corriente y moliente. Me pueden las ganas de farfullar sobre los políticos, raro espécimen, que no de política, que yo de política no sé nada de nada, y procuraré no saber nada por muchos años que viva. Dejemos la política para los políticos y procuremos mezclarnos con ellos lo menos posible. No se nos vaya a pegar algo. Mejor desde aquí, desde la barrera, porque los políticos son mi debilidad, mi talón de Aquiles, aunque ya sé que para nada bueno. Que solamente sé decir cosas malillas. Pero es culpa de ellos que son peor aún de lo que yo cuento.

Dame un segundo que pongo la lavadora.

Ya tá.


Hoy escuchamos decir a Rajoy como una queja que el gobierno que ha escogido Zapatero es continuista, digo yo que natural. ¿O acaso esperaba que le diera las carteras ministeriales a Zaplana y a Acebes? O tal vez esperaba el buen hombre que cogiera por las solapas su contrato de integración, aunque nunca supimos que era exactamente, para aplicarlo con rigor "aznarino". A Rajoy le molesta que Zapatero sea continuista en estos próximos 4 años con lo que fuera que empezó los 4 anteriores. Digo yo que para eso lo votarían lo españoles ¿o no?

Pero lo peor no es eso. Es que Pepiño Blanco sale a la palestra con la desorientación que de costumbre para decir que el gobierno no es continuista, y deja en el aire la impresión de que a nadie cabal se le ocurriría una barbaridad tan grande.

Así que ser continuista es una cosa mala. Y tan mala digo yo. Creo que ni siquiera figura en el diccionario.

Al menos todas las partes parecen de acuerdo en que es un punto y seguido. Que para unos es una cosa muy buena y para otros muy mala, aunque para todos signifique lo mismo. Viva la demagogia. Menos mal que yo también tiro de ella de vez en cuando. No es de uso exclusivo de los políticos. ¡Qué malo es escucharse tanto! Maldita sea, uno no habla para los otros sino para si mismo.


Llama la atención el orgullo pueril de Zapatero al decir que es el presidente con más ministras de la historia de España. Que es el primer presidente que nombra a una mujer ministra de defensa, y el primero en nombrar una ministra de tan solo 31 años ¡si yo soy mayor!

A mí todas estas medidas me parecen muy bien, aunque no dejan de parecerme tan anecdóticas como para que no reparar en ellas tanto. Todo lo contrario que Zapatero que lo cuenta como si fuera un golpe de efecto, un artificio que no tiene en cuenta las personas sino el libro Guiness de los los récords donde quedarán guardadas junto a su nombre , y así continúa esta España con un pie en la historia y otro en el futuro desde un resquemor provinciano apenas resuelto. Después de todo los vecinos no se comprenden. Se nos antojan tan lejos como si fueran extraterrestres.


En fin, tengo que fregar el suelo de la cocina y el baño.

Tienen los azulejos iguales. Menos mal que no confundo las habitaciones. Yo utilizo lejía diluida en agua. Una lejía que contiene a buen seguro un buen puñado de antioxidantes y con un aroma afrutado, me parece. Así ambas terminan oliendo como si estuvieran abiertas al monte. Me he vuelto tan rústico que en los supermercados grandes circulo como por un museo. Con cuidado de no perderme ni de estropear nada.

Soy un rural convencido; sin vuelta de hoja.

sábado, 12 de abril de 2008

El discurrir

Dónde está el bien, dónde está el mal.

Esta boca es mía - Joaquín Sabina



Está discurriendo mi vida como discurren todas. Primero despacito y ahora rápidamente. Los meses se mezclan y pasan consumiendo años demasiado breves.

Otras veces me enfrasco en el fin de semana y me resulta como las tardes en que visitaba a mis abuelos en una residencia a las afueras de Valencia. Mis padres nos llevaban para que les viéramos y para que nos vieran.

El recuerdo tiene un poso triste, quizá por la ausencia. Quizá porque allí mismo ellos no se parecían en nada a lo que habían sido. Su vida había transcurrido en Palencia y su estancia en el levante obedecía nada más a su edad y al azar caprichoso que hay en todas las vidas y que decide que nosotros viviéramos allí.

A veces los fines de semana se me vuelven demasiado lentos, como las tardes junto a mis abuelos para ver caer la tarde, la prisa no tenía ningún sentido porque nadie se iba a ningún lado.

Llegaron a cansarme aquellas visitas, y me escurrí muchas veces de acudir con excusas peregrinas. Luego dejé de ir porque ya no me llevaban, como no llevaban a ninguna de mis hermanas, mi abuelo enfermó de alzheimer y terminó maniático y obsesivo enfrentado a la persona que más lo quiso en toda su vida, mi abuela. El pequeño mundo que conformaban era el de dos continentes en guerra. Y la culpa no era de él ni de ella. Era de la enfermedad que le hizo olvidar como era ella, y como era él antes.

Pero yo reparé en su falta mucho después de que desaparecieran ambos. Primero él, y a pesar de quererlo tanto como para que algunos recuerdos vayan a acompañarme toda mi vida, apenas le dediqué en aquellos días un solo pensamiento. Luego ella, algunos años después, y su muerte no me afectó apenas. Ocurrió casi sin que yo me diera cuenta.

Fue mucho más tarde, cuando me recordaba tomando un horchata con mi abuelo en las explanadas de Alicante, bebiendo también la suya. Acompañándolo a los toros, donde yo me tapaba los ojos pues siempre derribaban al picador si yo miraba. Y recordaba la época aquella remota en el tiempo en que yo le levantaba la boina y le daba suavemente en la cabeza como Benny Hill con su amigo en el programa de la tele. Y mi abuelo se reía porque aquello le hacía mucha gracia.

Recuerdo a mi abuela que nos visitaba en casa por Navidad y como leía la letra menuda de las revistas, con mucha mejor vista de que la que yo tenía entonces, mejor incluso de la que yo tendré nunca. Y recuerdo coger su mano y repasar sus arrugas con la mía, definitivamente tenía mano de persona mayor.

Fue después, cuando llegó el recuerdo vivo que yo reparé en que ya no estaban. Y fue entonces como si me abrieran el pecho, para convocar un eco perpetuo por su marcha.


Las tardes a veces se me vuelven un lago sin vida. Pero alguna enseñanza habremos obtenido para el futuro aunque sea falso que el tiempo nunca es perdido.


Hoy estuve haciéndome la comida viendo el capítulo de los Simpson. En él Homer cree que morirá al día siguiente. Se lo ha dicho el médico. Que tomó un pescado envenenado y le dan solamente 24 horas de vida. Indoloras al menos hasta la última parte. Él pasa la noche anterior haciendo una lista de cosas que quiere hacer a lo largo del día siguiente. Luego se acuesta.

Por supuesto no hace todas aquellas cosas, nuevas cosas impiden que cumpla con todo. Al anochecer visita cada cuarto de sus hijos para arroparlos y se acuesta con Marge. De madrugada se levanta para sentarse en la butaca frente a la ventana del amanecer. Coge una biblia en cintas y se pone a escucharla esperando su final.

A la mañana siguiente Marge se encuentra sola en la cama y lo busca por la casa aterrada. Lo encuentra vencido en el sillón pero al tocar su cara percibe que la baba de su boca está tibia. Entonces lo despierta eufórica por encontrarlo vivo. Y él salta de alegría y gritando que está vivo,

¡lo está!

y que a partir de entonces vivirá la vida a tope.

Quizá sea cierto. Dimos por hecho el estado de estar vivos como si no tuviera ninguna importancia. Pero tendríamos que alegrarnos enormemente de presenciar los días. De vivir y decir, maldita sea, todo lo que se pueda.

Los días tienen un valor incalculable. Son un tesoro, todos, sin excepción. Por una razón fundamental e indiscutible:

Conforman un periodo finito.

Banderas y besos

Un seguro inseguro.

Completo incompleto - Jarabe de palo



Leí hace unos días que los hombres somos más propensos que las mujeres a confundir los gestos de amistad con los de algún interés que vaya más allá. Simplemente nos tratan como amigo y nosotros creemos estar en medio de un emocionante flirteo con alas, como en el anuncio de Red Bull. Al fin y al cabo se utilizan las mismas artes para lo uno y lo otro, tocarse, intercambiar miradas...

Pero en la práctica nosotros nos confundimos más y ellas menos. Ellas aciertan más con las veces en que nuestro lenguaje corporal está advirtiendo que con nuestra amistad van más que sobradas. Quizá nosotros somos más claros a la hora de emitir las señales y más imaginativos a la hora de recibirlas. Nos quedamos preguntándonos ¿qué habrá querido decir? Para terminar concluyendo que aquella está coladita por nuestros huesos. Quizá tengan a favor ese sexto sentido femenino que has hace más eficaces y menos propensas al ridículo.

En todo lo que atañe a la vida, con la única excepción del fútbol, la mujer sabe más. Va un par de pasos por delante. No me duele reconocerlo.

Para este caso particular tengo yo una explicación como todas las mías, absolutamente desprovista de rigor científico. Simplemente estamos en sus manos. Quizá no en las del 100% de todas ellas, pero sí en las de un porcentaje de bastante importancia. De manera que terminamos confundiéndonos porque en verdad nuestra voluntad les pertenece. De forma que será lo que ellas quieran.

Yo lo tengo comprobado. Y no solamente en carne propia. Que aún a estas horas convoco comités de expertos para llegar a la misma conclusión. Lo tenemos crudo.


¿Y el amor? ¿Cómo medirlo?

Evidentemente no con la cantidad de veces que uno es capaz de decir TE QUIERO sin que se vuelva de almíbar. Habrá que encontrar otras razones.

Las hay a cientos. Sentirse querido es una sensación que no se puede contar, ni se puede exportar, pues el querer varía de persona a persona. Aunque se puede querer recíprocamente, que es una forma de corresponder justa. Logra que la otra persona se sienta querida también.

Si yo me tuviera que quedar con algún detalle, anecdótico si quieres, me quedaría con algo de tan poca importancia como la puntualidad a la hora de quedar. Es un buen comienzo.

Si ambos son puntuales en una cita es que existe un interés básico como los ladrillos de base de una pared. Esto que podría no significar nada, significa.

Si la ves apretando el paso para llegar en hora, entonces es que comenzó el germen del amor. Si salió con tiempo de sobra porque nada importa más, si administró el tiempo anterior imbuida en el deseo de llegar, entonces es que se está enamorando.

Ningún rato vale más que en compañía del ser amado.

Discurre distinto. Los minutos se vuelven de porcelana. El reloj no importa porque el tiempo se mide de otra manera.

Con besos.

miércoles, 9 de abril de 2008

La soja

Lalalá, lalalá.

The man in me - BSO The big Lebowski



Le han dado a mi amigo Alberto unas pautas para adelgazar. No es que este gordico, pero es que quiere empezar la operación bikini para el verano. Bueno, en nuestro caso la operación bañador.

Hay que tomar una pieza de fruta antes de todas las comidas y beber un preparado de soja en vez de la leche del café con leche.

Yo que no necesito perder gran cosa, nada que no haya perdido ya, me niego a tomar la fruta de rigor, rompería con mi muy observada tradición de no tomar fruta más que en zumos. Aunque hoy hice una excepción con el postre. Vino a vernos el jefe de mi jefe y comimos todos en un sitio a dos pasos. A la hora del postre yo dije muy sagazmente que hay que tomar fruta por ser muy saludable, y me pedí un helado de esos que van dentro de la piel de una naranja valenciana. ¡Si hasta sabía a naranja! Tenía la ramita verde sobre un trozo de la cáscara a modo de boina. Verdad verdadera.

Así que de las dos pautas recomendadas, y estando en plena forma, que no digo yo que no, ni que no esté estupendo, me he acogido a lo de beber la soja dichosa. Que tampoco sé porque le dicen al preparado de soja ¡si lleva soja solamente en el 13% de su contenido! La mayoría es agua, creo, aunque tal vez también algún componente muy químico con poder de intimidación sobre el colesterol y los triglicéridos. La cosa es como si a alguien que le cogiera el bolso a la novia por aliviarla del peso fuera a ser tratado desde entonces como mujer mientras llevara el bolso en las manos. Puesto que ¿cuánto supone ese complemento en la apariencia de uno? ¿un mísero 13% acaso? Así fuera original de Tous.

No podemos coger parte para tratarla como un todo. No es justo. ¿Cómo una porción tan pequeña puede caracterizar la totalidad?

En realidad un 13% no es nada o casi nada. Si en un anuncio nos dijeran que algo es preferido por el 13% de los consumidores que lo prueban diríamos sin temor a ser tachados de esnobs que vaya producto mierda, con perdón. Que si solamente lo quieren el 13% es que es muy malo. Que no gusta a casi nadie. Porque un 13% es casi inapreciable. Un fracaso rotundo.

Menos en lo que respecta a la soja. 13% lo convierte en soja y no hay más que hablar.

Hoy tuve mi primera experiencia. Yo abría la boca para que pasara aquello por la garganta pero no me sabía a nada. ¿Será que ni siquiera abrí la boca? Creo que debo entrenar a las papilas gustativas. No son capaces de encontrarle el sabor a la soja. Además mi café que es como el Nescafé pero de marca pobre, no hacía buenas migas. Que vale que se deshizo más o menos satisfactoriamente, con la ayuda de la cucharilla, claro. Pero no sabía a nada. La soja se comió el sabor del café como prometen que se va a comer el colesterol si es que está alto. Aunque también puede ser que la culpa sea de mi café. Que ese bote lleva mucho tiempo en el armario. Hay que darle en las paredes para que se despegue, y removerle el fondo petrificado A quien se le ocurre ir a mezclar soja de ViveSoy que debe ser una de las mejores con un café soluble de saldo.

Mañana volveré a probar, aunque creo que cuando pueda me vuelvo a pasar a la leche. Que está mucho más rica, y después de todo no aspiro a tener a mi edad los abdominales marcados. Estoy en el punto más alto de la ola. Llámalo cresta, si quieres.

Además las vaquitas son nuestras amigas.

Menos las de la encefalopatía espongiformen bovina. Pero esas pobres no tienen la culpa.

Están locas.

martes, 8 de abril de 2008

El regreso

Si dos no se engañan mal pueden tener desengaños.

Rebajas de enero - Joaquín Sabina



¿Cómo hace uno para volver a escribir tras el mensaje de ayer?

Vale que no hablo de mí. Y vale que me da rabia porque encuentro en otros la sinceridad que creo que a mí me falta. Llegan hasta lo que piensan, la verdad misma desnuda, y las entradas parecen radiografías del corazón. Y lo más curioso es que considero que soy honesto y sincero con todas las personas con las que trato, pero en este espacio aparezco nada más una especie de Quijote en duelo contra un sin fin de molinos de viento. Pero apenas se intuye nada de lo que soy porque no lo dejo entrever.

Pero ese es mi sino. No voy a cambiarlo.

Lo otro no me sale. Demasiado pudor, supongo.

Para saber lo que pienso, tendrán que preguntar directamente.

lunes, 7 de abril de 2008

Yo

I will always love you.

Leona Lewis


Llego solamente por un minuto. Impactado por el blog de Nayara. En un párrafo dice más verdad de la que cuento yo en cientos de artículos para este espacio.

La pregunta se precipita ¿dónde estoy yo?

¿En que momento me perdí?

¿Por qué esto dice tan poco de mí? ¿Por qué no ir directamente a lo importante?

Vivo rodeado de guardaespaldas, pero no en realidad no existen. Soy yo guardando las distancias con todo y todos.

Soy la única isla de un planeta de océanos de agua. Tengo un escudo protector aunque no haya nadie más. Estoy protegido frente a todo, a falta de enemigos.

Javier se ha perdido en este espacio. Me he ido diluyendo. Transformando como una vela encendida. Tantas máscaras...

Lo que queda es irreconocible.

domingo, 6 de abril de 2008

El ministro

Y que grande fue la herida.

La paga - Juanes



Todos parecen estar de acuerdo en la unión de homosexuales para que hagan su vida todo lo feliz que puedan. Los progres y los conservadores. Yo lo celebro. En lo que no coinciden es en llamar a aquello matrimonio. Lo del matrimonio a los muy conservadores les parece una cosa de sacristía. Y lo otro más bien de confesión.

A mí la verdad es que el particular de esa discusión me importa más bien poco. Por mí llamarle matrimonio a ambas cosas está bien. Me importa más que dejemos de llamar justicia a lo que hoy llamamos justicia.

Yo creo que la vida copia al fútbol. Es la gran metáfora de las mentiras, de las verdades a medias, donde nada importa realmente. Porque los fallos, que los hay a cientos, no conllevan responsabilidades nunca. Si un equipo ficha a un entrenador por tres años y lo echan a la calle a los tres meses no ocurre absolutamente nada. Se le paga integro el contrato y se busca otro, por otros tres años.

Los errores no tienen responsables.

Estos día leo que lo último que hizo la juez que tenía en medio de medidas cautelares al alcalde de Torre Pacheco fue levántarselas. Le quitó las medidas cautelares para que se sintiera más cómodo y luego se cogió la baja por maternidad. Como sería de acertada la medida, que el sustituto lo encerró en la cárcel nada más llegar. Digo yo que observaría circunstancias que la doña no podía ver, atareada como había de estar organizándose el período vacacional.

La pregunta entonces es ¿es que cambió la ley? ¿es que no decían que era algo objetivo?

¿Cómo explicar que para un juez no haya nada punible en unas actuaciones y para el otro merezcan la prisión preventiva?

Yo no lo entiendo.

Luego hemos sabido que la juez es "pepera", lo mismo que el alcalde. Así que la malversación de caudales públicos y la prevaricación lo son menos si los lleva a cabo alguien de tu signo político. Es sencillo, te pones las gafas de ver borroso y es como si no pasara nada.

¿Esta juez recibirá algún tipo de reprimenda? ¿Alguien del Poder Judicial se cuestionará la conveniencia de retorcer la ley hacia determinados intereses? ¿U ocurrirá como en el fútbol, que nada es suficientemente grave para que alguien se lleve un berrinche?

Parece que en el ajo está el director de Polaris World. El paraíso de los resorts y los campos de golf junto a la playa por 119.000 euros se construyeron haciendo chanchullos que recuerdan al mismísimo Jesús Gil, señor de desmanes en cualquier ámbito, que iba al Congo y se traía unos cuantos morenos que no sabían ni como era un balón, pero de presencia tan imponente que le hacían cuadrar las cuentas al céntimo.

Pero es que la justicia tiene los ojos cerrados, por eso no sabe cómo anda la balanza. No sabe bien que platillo pesa más. Ya se lo diremos nosotros para que se fíe.


Los funcionarios de Justicia llevan dos meses de baja, en lo que se podría entender como un chantaje al Estado ¿o no? Pero hoy el ministro ha decidido tomar cartas en el asunto. Y ha decidido reunirse con los sindicatos.

¿Por qué ahora y no antes?

Para eso no hay respuesta. Cuentan que a estas horas a los funcionarios les llevará más de un año ponerse al día. Que los papeles se acumulan en todas partes con miles de procedimientos y procesos parados. Que el daño ocasionado es tremendo.

Pero el ministro se reúne hoy. Antes no, supongo que por problemas de agenda. Uno no sabe muy bien que es lo que hace un ministro de Justicia sino es reunirse con los funcionarios en huelga. Supongo que no hace nada. La verdad es que no se les adivinan apenas tareas.

Recuerdo que a los niños despiertos se les decía orgullosamente que iban para ministros, o para presidentes, apunto yo. Eso debía ser antes. Ahora habría que decírselo al hijo si al abrir la puerta del cuarto lo vemos tirado en la cama ensimismado. Será que va para ministro, o será que está enamorado.

Yo a este paisano no lo conozco, pero me hago a la idea comparándolo a Caldera, por ejemplo, que es ministro de Trabajo, lo que es verdaderamente paradójico. Puesto que reconozco que me cuesta creer que haga gran cosa. Solamente dar conferencias de prensa con media sonrisa, como no terminando de creer que esté donde está, ni creyendo tampoco que Pepiño Blanco haya llegado a tener el sueldo que tiene. Porque estos dos son de darse abrazos y palmadas en la espalda el uno al otro.

De este Bermejo no sabemos más que se estaba ampliando el piso, o se lo estaban arreglando, que hay que vivir confortablemente, sobre todo si se llega a ministro. No le conocemos nada más. Bueno sí, que a los dos meses decide sentarse a la mesa con los sindicatos para negociar un aumento de sueldo. Que en este país no solamente se amplían los metros de su casa.

No es un ministro de justicia, es un ministro de la eficacia.

Y su discurso triunfalista de esta noche es de dejar patidifuso. Cuenta el hombre que ha habido un acuerdo buenísimo. Tan bueno que no pudo resultar antes, me digo yo. Tan bueno, dice, que no hay vencedores ni vencidos. Supongo que algunos vencidos si hay.

Los pobres que hacen la cola para tediosos trámites y les dicen que habrá que volver mañana o pasado. Todos aquellos con procesos judiciales paralizados porque no hay quien acuda a trabajar. Sospecho del ministro durante los dos últimos meses, por lo menos.

Pero ahora quiere medallas. Habrá que hacerle un piso nuevo.

Yo he recibido la carta de Hacienda acerca de la Renta de personas físicas. Yo soy una.

Bendito 17%.

Que no falte de nada.

jueves, 3 de abril de 2008

El examen

Comienzo de los días que han de venir.

Kilómetro cero - Ismael Serrano



Hoy ha sido un día largo y emocionante.

Sestea ha aprobado el segundo examen para Secretario Judicial. El más difícil. 4 temas cantados ante un tribunal en Madrid. Llevaba aprendidos más de 150.

Le queda un tercero, en teoría eliminatorio, pero con los aprobados que llevan no van a cubrir todas las plazas. Además es la primera vez que se realiza. Así que se cuenta que quizá quede en una prueba para subir nota.

De ser así estaría el trabajo hecho. El esfuerzo de tantos años en pos de un sueño al fin recompensado.

Sea como sea, más tarde o más temprano, algunos sueños se cumplen.

El querer puede.

Los sueños se hacen realidad, es lógico,

para eso se tienen.