lunes, 8 de septiembre de 2008

La cabeza rodante

Tiempo que se convirtió en ceniza.

La casa por el tejado - Fito y los fitipaldis



¿Se acuerdan ustedes del personaje de Jack Nicholson en "El Resplandor"? Con aquella cara de loco y esas barbas. Pues así me siento yo esta mañana. Un poco lunático y con la cabeza girando sobre si misma sin perder de vista la pantalla. Ya sé que es imposible, pero así tengo la cabeza, en un estado imposible, sentado ante el portátil, trabajando sobre Annlea.net mientras recorren las calles festejando la fiesta de la Guía y celebrando que un por una vez al año cayó un festivo, pared con pared al fin de semana.

Ya sé que mi estado no es el más recomendable, que tendría que estar tirando sidra al sol, aunque solo sea porque el sol lo hemos visto este verano por la tele cuando nos enseñaban las playas del levante, y apenas nos lo hemos cruzado de cara. Como si estuviera peleado con nosotros. Bastante suerte tenemos de vivir rodeados de verde, pensará. ¡Pero este verde es tan deslumbrante al sol! ¡Reluce tanto! En la vida no se puede tener todo. Unas cosas sí, otras no.

Sin embargo hoy salió un día espléndido. Espléndido fuera, neurótico dentro.


Lo malo de afrontar un nuevo desafío como es devolver Annlea a la web, aunque en lo que a mí respecta como mero escaparate, que no sé ya como podré hacer para inventar unos personajes que no sean yo disfrazado, es que es una tarea absorbente, más de mí incluso que de tiempo. Que no dejo de pensar en la web en ningún momento. Y me vuelvo por donde vine para hacer comprobaciones. Y vivo pendiente de la pantalla de ordenador.

Así llevo este finde largo y sin viaje a ningún sitio, completamente volcado en el sitio. Modificando cosas que es el largo camino de probar y cambiar solamente si me convence del todo. Y la labor es tediosa como bordar un jersey para deshacerlo del todo.

No debe ser sano obsesionarse con una idea. Los hombres a que les pasa con las mujeres se vuelven hombres peligrosos.

Tendría que pasar la mopa que espero visita la semana que viene. ¡Hay que gracioso, la mopa! Le han llamado así al chisme ese toda la vida, al menos así lo dice mi madre, pero no sé si es ese su nombre. Temo que la mopa se va a quedar corta, esto mío es tarea de la aspiradora, que es algo así como los GEO de la limpieza.

Por ahora empiezo por despegarme del ordenador. Ya parece bastante.

Me voy a la ducha.

No hay comentarios: