miércoles, 26 de noviembre de 2008

Entre mil cosas

Te puedo dar todo, añadía, excepto entusiasmo.

Rebajas de enero - Joaquín Sabina



Si no fuera porque me da una pereza tremenda detallar que me cambio de piso, y todo el lío que llevo encima para dar de alta allí la línea telefónica, y volver a contratar allí el ADSL con mi operador, a falta de mejores ofertas...

Y es la punta de un iceberg que se asoma tímidamente. Debajo hay mucho más. Creo que vivo rodeado de fenómenos que van a más velocidad que yo. Y no es porque yo no pueda coger una velocidad suficiente, ocurre que hoy no tengo ganas, preferiría sentarme en el sillón a oír música en busca del sueño. Una tonta somnolencia mientras hiela la calle. La verdad es que el todo es un jaleo del que creo que solamente saldré el día que empiece mis vacaciones.

Yo he ido diciendo que estoy bajando una pendiente hacia mis vacaciones, eso de que el tiempo juega a mi favor, de que caigo por la inercia, por la gravedad que me mantiene en el suelo, que no hay forma de detenerme ya, y sin embargo hubiera preferido llegar como un barquichuelo apenas mecido en el centro de un estanque, y es que voy rebotando contra el suelo, como quien desciende ladera abajo por terreno escarpado y seguro de irse a estrellar.

Por suerte yo no puedo estrellarme ya. Pero tengo miedo igual.

Maldito tiempo.

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