domingo, 31 de enero de 2021

He dejado crecer mi barba sobretodo por dejar crecer mi bigote. Los bigotes solos no se llevan. Son como un niño desamparado en un centro comercial. Si se dan tienen que darse acompañados de su padre que es la barba. El último solitario y reivindicativo se lo llevó a la tumba José María Íñigo. Para mí es una forma de cambiar de cara. De dejar de parecer un  eterno adolescente como Michael J Fox, pero principalmente una medida todavía más audaz de protegerme contra la Covid.

La barba como digo es mera cuestión estética, acompañamiento de viento, lo fundamental es el bigote. Cuántos enfermaron de Covid llevando bigote? No hay estadísticas fiables, pero ya os digo yo que pocos.

El bigote crece como salen las hormigas del hormiguero en un ataque o cataclismo, abultadamete y reconcentrado, en una cantidad por centímetro cuadrado que ya soñaría lo tupido de mi cabeza. A cambio modifica los olores y provoca algunos picores, pero benditos a cambio de la nueva seguridad que proporciona. No deja de ser una manera natural de hacer crecer el labio, y  reducir por tanto la oquedad de las fosas nasales; he aquí el quid de la cuestión, reduce el espacio por el que se podría filtrar cualquier partícula con el virus de la enfermedad. Las posibilidades de que queden atrapadas sin pasar, como los coches en los controles de salida de una ciudad cerrada perimetralmente se multiplican exponencialmente. Son, por decirlo así, el machaca del pub que te pide la invitación o te revisa el calzado.

Y no estoy diciendo, de ningún modo, que un buen bigote vaya a sustituir a una mascarilla en la labor, pero es innegable que por su propia morfología pone trabas en la transmisión. Es una barrera más. Un peaje de pago. Eso y boquita cerrada casi podrían bastar.

Otra opción es dejar crecer los pelos de dentro de la nariz, sería algo así como abordar el problema desde dentro. Pero a mí esta solución me gusta menos. Y te hace parecer alguien descuidado físicamente y nada más preocupado por su salud. Aunque ciertamente esos pelos y un buen bigote pudieran ser el antídoto perfecto para colarte confiadamente en cualquier fiesta de las que salen cada día en el telediario. Claro que ya te anticipo que tampoco ligarás demasiado.

Algunas mujeres, las que puedan, leyendo mis razones, esta oda al bigote, podrían verse tentadas de dejarse crecer uno, aunque yo no lo recomiendo tampoco, en este caso por pura razón estética, como la barba acompaña el bigote. Lo que abre una interesante disyuntiva: Estética o seguridad? Probablemente puedan lograr un efecto parecido poniendo extra de carmín en los labios, como un pegote, aunque nada de esto es seguro. Mi especialidad no es la barra de labios, no la usé nunca.

Lo que es capital aclarar sobre el asunto, antes de cerrarlo, es que tan buen servicio hace para prevenir la enfermedad como contraproducente es si la Covid te alcanza. Entonces necesitarás de todo el aire que puedan inspirar tus pulmones. Convendrá entonces rasurar el bigote, deja la barba si no te quieres entretener en frivolidades. Abrir toda vía para un mejor respirar podría ser la diferencia entre la vida y la muerte. Al final, si algo nos ha enseñado esta pandemia terrible es que todo se reduce a una moneda al aire. Nadie sabe que va a salir ni como responderá cada cual. 

También puedes poner la música, coger un libro o ver una peli en casa. La enfermedad no escala balcones ni repta por debajo de las puertas. Sólo te llega si la vas a buscar.

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