sábado, 2 de enero de 2021

Podría estar extendiéndose como chapapote la idea de que al final me tocó la Primitiva de los 24 millones y nada más lejos de la realidad. Ni tampoco me he quedado en el 2020, lo que explicaría que no haya vuelto a decir, en lo que va de año, está boca es mía.

No se dio ni una cosa ni la otra. Sigo aquí vivito y coleando. Las Navidades han traído la noticia de que A Eusebio Sacristán, al que vi jugar de joven, una caída en un restaurante lo llevó al quirófano y los médicos a un coma inducido. Puede que una semana atrás estuviera tan ricamente comiendo cochinillo y saliendo a correr 12 kilómetros para bajarlo, y ahora está en coma. Lo que me lleva al calificativo que más le va a la palabra VIDA, a cada una de las vidas, a todas las vidas. Imprevisibilidad, nunca sabremos lo que nos va a pasar.

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